RESEÑA
La actriz se convirtió en la nueva maestra de la cocina uruguaya, tras vencer a El Gordo Verde en la segunda temporada del programa de Canal 10
"Dejamos todo”, dijo Juan Andrés “Gordo” Verde cuando terminado el momento de las degustaciones, volvió al camarín junto a Paula Silva. Y fue así: la de la segunda temporada de MasterChef: Celebrity Uruguay fue una de las mejores finales que ha tenido el reality en su versión nacional, en Canal 10, tanto en las ediciones amateurs como en las de famosos. El sacerdote y la actriz sobresalieron con su trabajo, fueron originales y coronaron con broche de oro una temporada de pleno crecimiento.
Pero aunque ambos tuvieron méritos para ganar, la competencia solo reconoce a un campeón y pasadas las 23.30 se anunció en vivo que la nueva ganadora de MasterChef: Celebrity Uruguay era Paula Silva. Ganó, además del clásico trofeo del programa, 250 mil pesos en efectivo, un curso de cocina en el Crandon, una visita de tres días al restaurante Celler de Can Roca español, y un auto SEAT Leon 0km.
Silva, protagonista de la película uruguaya En el pozo (2018), había conquistado en 2017 el reality show argentino Despedida de solteros, cuyo premio era la fiesta de casamiento —con el actor Facundo Santo Remedio—, la luna de miel y un apartamento.
En esta temporada, cuando se acercaba a instancias definitivas y comenzaba a posicionarse como una posible candidata al título, la actriz había bromeado con la posibilidad de vivir de ganar realities.
Este jueves, cuando eso dejó de ser un chiste para convertirse en realidad, Silva anunció que con el dinero recibido quería, además de ayudar al refugio de animales con el que se había comprometido, apoyar la causa del Gordo Verde. Es que desde el inicio, el sacerdote había dicho que, en caso de triunfar, el premio económico lo iba a destinar al barrio Santa Eugenia. Sin embargo, hoy el cura reveló que había aparecido un donante que le había prometido que en caso de que él no se transformara en el nuevo maestro de la cocina, iba a recibir igual los $ 250.000 para poder cumplir con su objetivo. Al final, en este MasterChef ganaron todos.
Cómo fue la final de "MasterChef: Celebrity"
Como en todas las temporadas, toda la final de MasterChef fue grabada previamente a excepción de la lectura de voto, que se hizo en vivo para evitar posibles filtraciones respecto al ganador.
También como en las temporadas anteriores, en la última prueba los competidores tuvieron que hacer, en 120 minutos, un menú libre de tres pasos. Los dos trabajaron tranquilos, concentrados y alentándose el uno al otro, ante la atenta mirada de algunos familiares, seres queridos y ex participantes desde el famoso balcón.
Los nervios se compartieron en el Estudio 9, pero lo que predominó fue una sensación de disfrute que también envolvió, sobre todo a la hora de las degustaciones, a un jurado en versión expandida. Porque además de Sergio Puglia, Ximena Torres y Laurent Laine, estuvo Nilson Viazzo, el primer ganador de MasterChef: Uruguay, para probar platillos y dar una evaluación. Al final, los cuatro votaron de manera individual y teniendo en cuenta el rendimiento en 10 categorías distintas.
La prueba fue extremadamente pareja y de alto nivel, y para Silva y Verde solo hubo elogios y apenas alguna mínima crítica constructiva.
Paula Silva hizo, de entrada, unos rolls de berenjena rellenos de mortadela y pistachos; unos caramel de ricotta, espinaca y queso de cabra en salsa de manteca, salvia y tomates cherry, con masa bicolor de huevo y remolacha, como plato principal y homenaje a su abuela; y una panna cotta al basílico que fue su gran acierto, de cierre.
El uso de tomates confitados y de albahaca en el postre fueron felicitados por todo el jurado, que además encontró en Silva un trabajo muy fino a nivel estético, donde le sacó una pequeña ventaja a Verde.
De la pana cotta, la experta en dulces Ximena Torres le dijo que era “muy original”, y Puglia resumió: “Has hecho una creación acá (...) La presentación me parece soberbia, la textura es perfecta, la infusión de la albahaca es de una modernidad excepcional. En este postre lograste el resumen de lo que significa una cumbre de sabor”.
El Gordo Verde, en tanto, empezó con un vitel toné con alcaparras crocantes y huevos de codorniz —una deconstrucción de un clásico que fue celebrada con unanimidad—, una polenta cremosa “mar y tierra” con langostinos y chorizo, y una papieska con frambuesas especiadas que, explicó, era el postre favorito de Juan Pablo II. El Papa fue su inspiración hasta para el emplatado y con eso conquistó a todos los expertos, aunque Puglia opinó que había sido “machete” con la porción de frutos rojos servida.
Si Silva destacó a nivel presentación, el punto fuerte de Verde fue el riesgo que corrió en sus platillos: en el primero, porque se animó a romper las reglas del vitel toné para sorprender con un giro personal; en el segundo, por una inusual combinación de proteínas; y en el último, porque los dulces eran su reconocido punto débil y logró un buen resultado.
Todo eso, mientras el programa iba al aire, era seguido por los propios finalistas y seres queridos desde una sala próxima al estudio. Los chistes y los aplausos le dieron a esa previa un ambiente de entrecasa, que sirvió para aflojar tensiones hasta el momento de volver a las cocinas más famosas del país para la gran definición.
Para cuando se volvieron a abrir las puertas del set culinario montado en Estudio 9, Paula Silva y El Gordo Verde ya estaban rodeados por muchos de los participantes de esta temporada de celebrities. Al estudio volvieron los semifinalistas Sebastián Almada y Denis Ramos, además de Florencia Infante, Patricio Giménez con su perra Rumba, Agus Padilla, Josefina Damiani, Claudia Umpiérrez, Marcelo “Pato” Sosa, Carmen Morán, Vanina Escudero, Patricia Pita, Patricia Madrid y Julio Ríos, que llenaron de ovaciones y aplausos a sus compañeros.
Justo antes de que se conociera la decisión final y cuando los nervios del vivo ya tenían a todos conmovidos, Verde dijo: “El programa lo hicimos todos, pase lo que pase”, y la alegría compartida reafirmó sus palabras. La temporada estuvo marcada por un fuerte vínculo entre los concursantes y en la emisión, eso fue más evidente que nunca.
Silva, instantes antes de saberse ganadora, declaró: “Rompimos un montón de límites, una vegetariana que no sabía cocinar y un cura que superó un montón de prejuicios”. Ese, dijo, era el mensaje ideal para cerrar MasterChef: que superarse de esta manera es posible. Y si viene con premios bajo el brazo, mejor aún.