El domingo a la noche y en unafinal que se vibró con más intensidad de lo habitual de este lado del Río de la Plata, por tener a un compatriota en la definición, Bautista Mascia hizo historia al convertirse en el primer uruguayo en ganar Gran Hermano Argentina. El que entró a la casa definiéndose como "un Tincho evolucionado" y diciendo que solo quería que su mamá se sintiera orgullosa de él fue de menos a más, y a paso lento se puso al público de su lado, conforme decidía empezar a jugar y tejer estrategias.

"Uno entra con lo que tiene y trae de la vida y hace lo que puede, nadie te enseña a jugar Gran Hermano. Yo jugué como mi corazón y mi cabeza me dijo", contestó el campeón a Laura Ubfal, cuando en el último programa de la temporada le preguntó por qué creía que había ganado el reality. Dijo también que sus mejores armas habían sido la lealtad y la honestidad.

Contra todos los pronósticos (incluso Virginia Demo había dicho que un uruguayo no podía ganar Gran Hermano Argentina), sin hacer mucho ruido y con un fandom que movió cielo y tierra para votar sin parar, Bautista se coronó campeón, y volvió a demostrar que en instancias finales, la gente tiende a elegir al que le gustaría tener como amigo, al que aspira a ser o comparte sus valores, y no tanto al mejor estratega.

Cayó muy bien dentro y fuera de la casa. No tuvo conflictos, vivió una historia de amor con Denisse González, conformó una alianza sólida con los Bro, se mostró genuino, se permitió emocionarse, leyó la casa, y en la última etapa también demostró que le importaba jugar. En definitiva, supo vivir y sentir la casa de Gran Hermano. E incluso ese perfil bajo de los primeros meses lo ayudó a pasar inadvertido ante el arrollador fandom de Furia, que no se detuvo en él como un objetivo a eliminar, y así logró avanzar.

Humildad, compañerismo y juego limpio fueron la base de su éxito. Aunque también colaboró que fuera un muchacho joven, lindo y hegemónico: así lo perciben cuatro integrantes de Gran Hermano. La Previa, el programa de Canal 10. ¿Por qué ganó Bautista? A continuación, el análisis de Natalie Yoffe, Emiliano Rodríguez, Sofía Tardáguila y Agustín Gil.

Sofía Tardáguila considera que entre las claves del triunfo estuvo que logró forjar una imagen positiva dentro y fuera de la casa, no generó conflictos y despertó cariño entre la gente. "Hasta los primeros cuatro meses lo único negativo que tenía era su juego extremadamente pasivo", comenta.

Observa, además, que comparte un perfil similar a Marco Ginocchio, ganador de la edición anterior de Gran Hermano: "Es un poco lo que vende y le gusta a la sociedad, que es la que vota: un pibe joven, lindo, hegemónico, heterosexual y buena gente".

En instancias finales, asegura, el público se inclina más por el aspiracional que por ese o esa que le regaló más juego o entretenimiento: "Votan al participante con el que se sienten más representados o porque es la persona que ellos quieren ser. Por ahí tenés los mismos defectos que Emmanuel Vich, pero en algún punto siempre querés ser el pibe bueno y popular al que todos quieren dentro y fuera de la casa".

Agustín Gil considera que Bautista ganó porque supo vivir la casa de Gran Hermano, y porque en la última etapa se notaba que le importaba jugar. “Se supo mantener al margen de los conflictos cuando había que hacerlo, y el día que tuvo que salir al cruce por sus amigos o su grupo, también lo logró”.

Jugó cuando tuvo que hacerlo, y no falló: “Entregó un liderazgo, nominó cuando había que nominar, justificaba bien en el confesionario”, enumera. Y le aportó otro par de condimentos adicionales: “Lo vimos con sus valores humanos, enamorarse, defender a sus amigos, que eso también le gusta al televidente”.

Foto: Raffaella D’Albora

Recordó también una charla que tuvieron en la previa de Canal 10 con María Payssé, mamá del ganador, donde se mostró sorprendida por la forma en que Bauti se refirió a su papá dentro de la casa. "Dijo que nunca lo había escuchado hablar a flor de piel del tema, y eso creo que el público lo vio. Vio a un tipo que se permitió emocionarse, llorar, y jugar. Todo esto se resume en que se permitió vivir la casa de Gran Hermano, y el público lo que premió fue eso".

Natalie Yoffe fue muy crítica con el juego de Bautista en los primeros meses de competencia, por su excesiva pasividad. Sin embargo, a la distancia, reconoce que esa actitud jugó a favor del uruguayo: “Mantener un perfil bajo todo ese tiempo fue lo que lo llevó a llegar tan lejos en la competencia, a tal punto de ganarla. Si hubiera tenido en esos primeros meses un perfil alto, Furia y su fandom lo hubieran sacado de competencia porque lo hubieran visto como un rival fuerte”, expresa.

La gente, opina, terminó premiándolo por "su grado de humildad, compañerismo y juego limpio”, cualidades compartidas con el anterior campeón, Marcos Ginocchio.

Conquistar un fandom propio, ganarse la simpatía del público argentino y el apoyo del uruguayo son, según Emiliano Rodríguez, aspectos fundamentales en la coronación de Bautista. El mérito, opina, es aún mayor, dado que tenía enfrente a Emmanuel, un jugador respaldado por Furia, protagonista de la edición 2024.

Si bien en un principio pasó inadvertido, el analista estima que Bautista logró dar un giro a su juego al tener un romance, tejer alianzas, y meterse de lleno en las estrategias y el armado de placas.

"Supo adaptarse a cada momento de la casa y encontrar un lugar que le permitiera sobrevivir, sin pasar a ser invisible, pero sin levantar tanto el perfil como para resultar eliminado", opina.

Por último, entiende que reúne los valores que cautivan al público general (no al fanático), como la amistad, el amor, la lealtad: "Todas estas cosas coexistieron para que el domingo se lograra coronar como el campeón de la edición más larga del reality en Argentina".