Nicolás Lauber
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Luego de casi un año alejado de Telenoche, tiempo en el que pudo desarrollar, dice, otras facetas que también le apasionan, el domingo regresó Santiago Wilkins a la conducción del noticiero de Canal 4.

“Publicaron la noticia de mi regreso, y no podía creer la repercusión y los comentarios positivos de la gente”, le dice Wilkins desde Punta del Este, donde está radicado, a El País. “Eso está bueno. Siempre se critica que la juventud no hace nada, y está bueno que den oportunidades a los jóvenes para mostrar lo que quieren hacer”,

Desde que era niño, Wilkins planificaba negocios y anotaba sus ideas en una libretita que su madre encontró hace poco tiempo.

“No podía creer los proyectos que se me ocurrían y los emprendimientos que quería hacer”, dice. Después empezó a trabajar en los medios, su carrera se aceleró y se enfocó en la pantalla. “Cuando renuncié al informativo empecé a profundizar más en eso otro que me encanta. Abrí una empresa de comunicación, también un proyecto gastronómico y tengo otras cosas encaminadas”.

En estos meses ausente de Telenoche también entrevistó a empresarios y figuras destacadas, quienes le contaron sus historias de éxito.

“Tengo dos pasiones en mi vida: las empresas, los negocios y estudiar por qué la gente logra el éxito para aplicar eso a mi vida; y los medios de comunicación. Con ese proyecto pude hacer las dos cosas: contar historias de éxito y a su vez trabajar en los medios”, dice el periodista de 23 años.

Foto: Difusión

—¿Costó mucho tomar la decisión de volver a Telenoche?
—Quince minutos (risas). Me llamó el gerente de Telenoche, lo hablé con mi familia, y así sucedió. Lo que sí, renuncié a los domingos en familia. Me voy después de almorzar a Montevideo y vuelvo de noche, pero no lo dudé ni un segundo. Es lo mío, me gusta, y no lo hago forzado porque me encanta. Siento que nací para esto: desde chico supe que los medios eran mi lugar.

—¿Seguís en Punta del Este?
—Sí, nunca me fui. Fui y volví todos los días durante dos años. Fue una locura, pero también es la pasión y entiendo que el futuro en los medios está en Montevideo. Los grandes medios están ahí y el sueño de todos es poder llegar a uno de esos medios. Lo pude mantener por dos años pero me empezó a tirar el hacer un proyecto personal, pero la pasión de los medios me pesó y volví. Estoy chocho.

—No te habías ido del todo del canal porque seguiste haciendo Zoom Internacional.
—Sí, cuando presenté la renuncia a Telenoche les dije que no era para irme a otro lugar, porque estoy superagradecido al canal. Fueron muy considerados conmigo desde el principio con el tema de los viajes, y por eso les dije que quería seguir en el canal. Zoom funciona muy bien porque es un programa diferente, no tiene mucha ciencia pero le fue bien desde un principio. Yo viajaba una vez por semana, y ahora que surgió esto de Telenoche viajo dos veces. Así tengo libre el resto de la semana para hacer todo lo demás que requiere tiempo. Si bien estoy viviendo en Maldonado, viajo mucho al interior por mi otro trabajo.

—¿Qué te interesa de esos otros emprendimientos que tenés?
—Son proyectos que me encantan porque me hacen sentir vivo y desafiarme. Me gusta leer sobre los temas de negocios y empresarios, y entiendo que cuando uno se siente incómodo es porque está yendo por el camino correcto. Eso se da porque es un camino que no conocías, y porque estás descubriendo cosas nuevas. Por eso siempre intento estar incómodo. Es raro, porque me gusta la incomodidad, pero quiere decir que voy por el camino correcto, haciendo algo diferente, creciendo y ampliando fronteras. A veces uno se pone a pensar si se larga o no, y yo voy con la audacia que da la juventud, porque no se abren las puertas si no te movés. Estoy con esa actitud de ir para adelante y de golpear las puertas.

—¿Cómo notás tu evolución como conductor?
—Cuando empecé, recuerdo que impostaba la voz para salir al aire, porque pensaba que tenía que ser otra persona, y nada que ver. Con el tiempo me di cuenta de que cuanto más genuino sea uno, te sentís más cómodo y la gente lo recibe así. El domingo, Laurita (Rodríguez, su compañera de Telenoche) me enseñó a sambar porque estábamos hablando en el informativo del Carnaval de Río, y hasta bailé un poco al aire en un noticiero. La gente pide dinamismo y algo diferente, y creo que ya se terminó aquello de un conductor sentado leyendo el teleprompter. Yo busco otra cosa y me parece que la gente también está necesitando eso distinto.

—¿Cómo fue ese primer día en el estudio nuevo?
—Cuando me fui, hace un año, no había cambios ni nada. El Telenoche que conocía es distinto al actual no porque están Jaime (Clara), Viviana (Ruggiero) y Emilio (Izaguirre), sino por un cambio en la estructura y la dinámica de las noticias. Si bien hay que adaptarse, la esencia se mantiene. Para ser honesto, tenía nervios antes del debut, pero fui todo el camino pensando que tenía que disfrutarlo, lo hice y así van a ser mis fines de semana. Cuando uno hace las cosas con pasión, no trabajás. Y yo volví a Telenoche con ganas de disfrutar de lo que hago. Me siento en otro perfil, no lo visualizo como trabajo, sino como mi momento de disfrutar haciendo lo que me gusta.