ENTREVISTA
La niña que vive en el Cerro desde hace tres años se llevó el "botón dorado" de Claudia Fernández, y habla de su travesía de Cuba a Uruguay.
Saydis Calzado, la niña de 12 años que el lunes se llevó un botón dorado de Got Talent, llegó a Uruguay hace tres años. Se vino acompañada por sus abuelos desde Cuba en viaje entre a pie y en barco por ríos de cuatro días y que empezó en La Habana y pasó por Panamá, Guyana Francesa, Brasil y entraron e Uruguay por Rivera.
Su madre, Sayma, quien había hecho la misma travesía unos años antes, y su padrastro, la esperaban en su casita del Cerro de Montevideo.
“Fue lo más difícil que viví en mi vida”, le dijo Saydis a El País. “Lo pasé muy asustada por la incertidumbre de que algo malo podía pasar. Estuve muerta de miedo, todo el tiempo, pero para darme fuerzas fortaleza y lo único que pensaba era en mi mamá. Me decía: ‘tengo que ser valiente por mi mamá y para encontrarme con ella’. Fue difícil, pero gracias a Dios todo salió bien”.
A Saydis le gusta Uruguay. Y algo tiene que ver que el Cerro le recuerda a su país, sobre todo por los árboles y los parques. También porque en el barrio hay muchos cubanos, y entre todos se apoyan y así “me siento en familia”, dijo.
Hoy estudia en el liceo 54 del Cerro y sus materias favoritas, dice, son Matemáticas, Ciencias Físicas y Biología. Pero lo que le gusta es cantar.
Canta todo el día, incluso mientras come, contó entre risas. “Tenía tres años y cantaba en todos lados, cumpleaños, fiestas, donde quieras, ella cantaba”, agregó Sayma.
El lunes lo pudo hacer en el escenario deGot Talent donde con el “botón dorado” de Claudia Fernández se convirtió en semifinalista del certamen.
Su presentación en el programa de Canal 10 fue con una canción de Celia Cruz, aunque tenía en mente presentarse con “Havana” de Camila Cabello, pero como ya la habían hecho, cambió de idea. “Tenía varias opciones en mente, así que no fue difícil cambiar. Además me represento mucho con Celia, y la canción que elegí habla también de mi país. Por eso no me costó elegirla”, dijo.
“Aún en este minuto me cuestiono si es cierto, porque no sé cómo explicarlo desde mi corazón”, contó Sayma, la madre de Saydis sobre la travesía que hizo su hija, a quien tuvo que dejar sola.
“El salir adelante como migrante es difícil, más allá que le estamos muy agradecidos al país que nos abrió las puertas y la cálida bienvenida de los uruguayos”, dijo. “No teníamos ni un acolchado, y nos brindaron muchas cosas positivas”.
Por eso, “el tenerla a mi lado es todo, y luego verla realizar su sueño en el escenario, es una bendición muy grande”, agregó.
Sayma intentó que su hija viniera de manera legal, “pero por cuestiones de mi país no pudo y tuvo que pasar por esa travesía que pasamos todos que fue muy difícil para poder estar juntas”.
Fueron cruzando fronteras con un coyote que los fue guiando. Atravesaron la selva, tuvieron que tomar un río, y caminar mucho. “Los coyotes, a los que se contrata a lo largo del viaje, te guían, pero hay momentos en los que hay que correr”. Por ejemplo, para que no los viera la policía brasileña, pasaban varias horas escondidos en la selva esperando el amanecer. Es bien difícil”, resumió Sayma.
Por eso dice que su hija es “una pequeña guerrera, porque pasó por todas esas cosas. La verdad que no lloró hasta que no me vio. Y todavía se me hace un nudo en la garganta cada vez que lo digo. Por eso no me gusta contarlo”, dijo Sayma.
El País charló con Saydis sobre la experiencia.
—¿Habías estudiado canto?
— Sí, estudié en la Escuela de Música en Cuba y aquí voy a clases de canto y teatro en la Escuela de La Voz en Punta Carretas.
—¿Te sorprendió el botón dorado?
—Sí, bastante, no me lo esperaba. Y menos cuando Claudia tocó el botón rojo. Me asusté y me dije: ‘no le gustó’. Pero después, cuando tocó el botón dorado, quedé en shock.
—¿Cómo fue verte en la tele?
—Fue algo que siempre esperé. Miro los Got Talent de todos los países y el de Uruguay es el que más veo para saber como es aquí. El lunes estuve llorando durante todo el programa hasta que terminó, porque no es lo mismo ver a otras personas que verme a mí ahí cantando. Fue muy emocionante.
—¿Tu mamá canta?
—Sí, pero en Cuba no tuvo la oportunidad que tuve yo. Por eso dije que iba a representar a mi mamá y a cantar por ella, porque ha estado ahí todo el tiempo conmigo, apoyándome como siempre, al igual que toda mi familia.
—¿Ya tenés pensada cuál va a ser la canción para la semifinal?
—Sí, ya tengo algo en mente. Pero no te lo voy a contar.