ENTREVISTA
La reconocida actriz habla de su carrera, sus inicios, el carnaval, la exposición y su pasaje por el programa "¿Quién es la máscara?"
"Fue muy divertido. La pasé bomba", resume Silvia Novarese su paso por ¿Quién es la máscara?. La actriz se escondía debajo de Hueva y su identidad se reveló la semana pasada sorprendiendo a los cuatro investigadores del programa. Ninguno le acertó.
"Cuando me hablaron del programa no tenía idea de lo que era. Me contaron la dinámica, les pedí un par de días para pensarlo y al final me animé. Si no hay algo que me interesa hacer en televisión, no lo hago", cuenta la actriz que estuvo en éxitos como Telecataplum y Plop.
Eso de animarse es parte del ADN de Novarese quien llegó a la actuación de casualidad, mientras estudiaba actuación en la ACJ la llamaron del teatro Circular para hacer una obra y aceptó.
"Me animé a elegir la actuación como una profesión", dice. "A mis padres casi les da un ataque de locura", agrega y comienza a reír. Sus padres nunca le impusieron que estudiara una carrera, y no creían que fuera a hacer nada. "Me veían tan bolada, todo me costaba horrible y nada de las carreras tradicionales me llamaban la atención. Iba al liceo porque no tenía más remedio pero no había nada que me conmoviera que no fuera algo artístico", dice.
Estudiaba actuación en la Asociación Cristiana de Jóvenes cuando la llamaron del teatro Circular para hacer una obra y aceptó. Al poco tiempo Fernando Condon le dijo que precisaba una chica para Telecataplum y les dijo: “bueno, y fui”, recuerda.
—En La máscara interpretaste de todo. ¿Cómo te sentiste cantando?
—Bien. Fueron seis temas bien distintos. Yo no los elegí. Si fuera cantante sí, o me hubieran dicho: “tenés que representar una escena de una obra”; ahí sí elijo, pero con cantar no pasa nada. Me pusieron temas variadísimos de Fito Páez, Shakira, Rafaella Carrá, Rombai. Fue una mezcla divertida y además con Gonzalo (Moreira) me mataba de risa porque nos conocemos desde hace años.
—Imagino que te habrá hecho acordar a esos años de Plop! cuando hacían las “noticias cantadas”.
—Claro, con las Noticias cantadas y con el coro. Todas las semanas eran temas distintos donde se mantenía la melodía de la canción y se cambiaba la letra. La elegían los libretistas y podía ser desde una cumbia a un aria de una ópera. Raúl Medina hacía los arreglos corales y cantabas cualquier cosa mientras cuadrara la noticia con la melodía. Ahí ganamos experiencia: era aprender o aprender.
—¿Cómo recordás tus primeros tiempos en televisión?
—Al principio la pasé complicado porque era otro lenguaje. Tenía que acomodar el cuerpo y no entendía nada. Además, tenés que tomar dimensión que la gente te está mirando, y en esa época la televisión de aire era todo. Era una gurisa de 19 años y sentía que todo se me venía arriba, pero fui paso a paso y me di cuenta que la televisión me gustaba.
—¿Cómo era verte en pantalla?
—Las primeras veces me aterraba. Me parecía un monstruo. Sufría, pero empecé a tratar de superar eso y a mirar las fallas para poder solucionarlas. Llegó un momento que me dije: “no está tan mal”.
—Desde 2012 hasta este año no volviste a la televisión. ¿Por qué?
—En algún momento me ofrecieron algo pero era como jurado y no estaba con ganas. Cuando algo me seduce, como ¿Quién es la máscara? acepto, y adoré participar. Es una de esas cosas de las que no te arrepentís. No hice nada en este tiempo porque no tenía ganas de hacer algo y al rato sentir que ya no quería exponerme haciendo lo mismo. Mi participación en televisión depende del ofrecimiento y de las ganas que tenga.
—¿No extrañás la pantalla?
—Cuando extrañás algo es porque te quedaste agarrado en eso y no te sentís capaz de otras cosas, creo eso. Si te sentís capaz de otras cosas nunca te quedás con esa añoranza. Lo que hice lo disfruté y fue maravilloso en ese momento. Si hiciera algo por el estilo sería totalmente diferente. Hacer un programa ahora, como hacíamos antes, no existe. Es imposible hacer algo como Telecataplum o Plop!, no hay chance. Ponerte a hacer un programa con sketches de 10 minutos, hoy es impensado.
—Tampoco ha habido humor en televisión como para sumarte. Lo más parecido fue La culpa es de Colón.
—Miraba La culpa es de Colón, pero es otro formato: son chistes. Sos vos contando chistes, no es ficción ni humor de actualidad. Está fenómeno hacer lo que hicieron las chicas, pero es otro formato. No tenés que componer personajes.
—Hace años estás vinculada a la actuación como profesora.
—Hace siete años que trabajo en el Ministerio de Educación y Cultura, y en 2019 empecé en el INAE dando clases de actuación. Ahora estoy con proyectos que tienen que ver con las artes escénicas. Siempre en lo mío pero desde otro lugar con grupos donde soy docente y directora. Me parece que de eso se trata la vida: ir acomodándote a lo que necesitás en ese momento.
—Es una demostración de que sos una mujer inquieta.
—No podría quedarme siempre en lo mismo porque me aburriría. Creo que en definitiva cuando te instalás en un lugar y no podés moverte de ahí, te anquilosás. Ese es el principio del fin, cuando no lográs separarte de esos lugares. Me encanta la televisión pero tiene que ser algo que me guste. Ir a marcar tarjeta no tiene gracia, no me divierte, y si no te divertís vos, no divertís a la gente, y así te empezás a quedar en un lugar de comodidad. A la vez comenzás a sentir que no sos capaz de hacer otra cosa. A mí me gustan los desafíos.
—Imagino que uno fue salir en Carnaval...
—Salí dos años y me divertí mucho. Lo bueno es que de cada experiencia salgas mejor, que sientas que te dejó algo, que creciste. La vida pasa por ahí. Creo que cada momento tiene su oportunidad y tenés que estar abierto a eso. Hay que dar ese salto al vacío, eso es lo más lindo, la adrenalina. Yo lo vivo así.
—En tus trabajos, ¿lo importante es divertirse?
—Sí. Entiendo que hay gente que no tiene más remedio que aceptar, y le pone la mejor cara, como en cualquier trabajo. Pero te tenés que decir: “esto no va a ser así toda la vida”. Si decretás eso y trabajás para eso seguro que vas a lograr salir de ese lugar de resignación. No hay que conformarse, hay que intentar buscar lo mejor para sí mismo, siempre.