Redacción El País
La nueva semana de las audiciones a ciegas de La Voz Uruguay comenzó este lunes con una de las historias más conmovedoras de la temporada: la de Valentino Pascual, que hizo llorar a Valeria Lynch.
El joven cantante que abrió otra emisión del programa de Canal 10 estremeció al jurado con su talento, pero también con una dura historia de vida. Logró que las cuatro sillas se dieran vuelta para pujar por él, y no dudó a la hora de decidir.
Valentino tiene 23 años, es del Cerro y su gran pasión es el canto. Comenzó a hacerlo en la iglesia, un ámbito que finalmente dejó de frecuentar, angustiado por la homofobia que sufría. "Yo siempre fui afeminado y fui amanerado, entonces para la iglesia había un problema ahí. 'No, tenés que cantar como un hombre'", contó en la entrevista de presentación de personaje.
Apegado a su abuela, quien más lo apoyó tanto en su carrera artística como en el desarrollo de su identidad, Valentino fue con ella al estudio. Natalia Oreiro le preguntó a la mujer qué sintió cuando supo que su nieto no era querido "en un ámbito determinado", y ella respondió: "Él tiene que hacer su vida, y lo demás no importa. Lo importante es que él esté bien".

Finalmente, Valentino salió al escenario para cantar "Versace on the Floor" de Bruno Mars, y logró que los cuatro coaches se dieran vuelta para intentar llevar su talento a sus respectivos equipos. A medida que le preguntaron sobre su vida, con la intención de conocer más de él, el joven contó de su pasaje por el coro de la iglesia, pero dijo que ya no la frecuentaba porque le generaba "mucho dolor". "Digo la palabra: homofobia. Mucho daño a un niño de 14 años. Yo no voy en contra de la religión ni del cristianismo, voy a defenderme a mí", manifestó.
Agustín Casanova, Lucas Sugo y Ruben Rada le dedicaron elogios, y cuando tomó la palabra Valeria Lynch, no pudo evitar quebrarse de la emoción. "Admiro que seas tan joven y hayas encontrado tu identidad, que sepas quién sos y lo digas a los cuatro vientos. Admiro además tu valentía, para afrontar ciertas cosas que a veces no son lo que uno espera del mundo. Y admiro tu enorme talento", le dijo y cuando quiso seguir, se conmovió hasta las lágrimas: "Esto que nos diste hoy... fue como un soplo de libertad".

La emoción de la argentina solo iba a crecer: al final, Valentino —que también lloró y que manifestó su particular admiración por Lynch y por Rada— eligió sumarse al equipo de Valeria Lynch, que se paró a abrazarlo para darle la bienvenida.