Una charla, un móvil en vivo, carcajadas y el reencuentro de varias figuras legendarias del humor uruguayo. Todo eso ocurrió el martes, pasadas las 18.00, en el Museo Histórico Nacional gracias a La risa lobizona, la charla moderada por Christian Font que contó con integrantes de Telecataplúm, el programa de humor de Canal 12, creado por los hermanos Jorge y Daniel Scheck, Los Lobizones.
La risa lobizona es parte de la exposición La risa escrita que se inauguró en diciembre, que homenajea al humor uruguayo y celebra dos centenarios: el de Elina Berro, o sea Mónica, la primera mujer en escribir humor en Uruguay y Jorge Scheck.
Los Lobizones crearon un estilo de humor inteligente, moderno y filoso que comenzó en las páginas de El País, siguió en la revista Lunes y pasó, consagratoriamente, a la televisión con Telecataplúm y al teatro. Fue, además, el único programa uruguayo de exportación: en Argentina revolucionó el humor rioplatense e impulsó la carrera de un grupo de comediantes uruguayos.
En el Museo Histórico (o sea la Casa de Rivera en Rincón y Misiones), poco antes del horario previsto, el público comenzó a llenar la sala para la charla. Se acomodaron rodeados de portadas de ejemplares de Peloduro, Lunes, viejas cámaras de televisión y una gigantografía de Ricardo Espalter y Henny Trayles, parte de aquel legendario primer elenco de Telecataplúm.
Algunos canales transmitieron en vivo para sus informativos centrales algunos fragmentos del evento y entrevistaron a los participantes.
La charla moderada por Font contó con los actores Pepe Vázquez, Silvia Novarese y Hugo Giacchino, integrantes de algunos de los elencos de Telecataplúm, e Irma Scheck, hija de Daniel.
Al rato llegó Cacho de la Cruz, quien se excusó por la demora -se equivocó de dirección-, y luego de un caluroso aplauso del público y un abrazo con los integrantes, se sumó a la charla. Poco antes del cierre, se sumó Andrés Tulipano, quien llegó al programa para continuar como libretista con ese legado tan importante.
Los charlistas destacaron los valores de los homenajeados y lo primero que comentó Vázquez, fue el trato de los hermanos Scheck.
“Fue gente muy buena”, dijo. Buenas personas y buenos con los artistas. Les importaba la cultura, y tenían un excelente trato con la gente del canal. Si había alguna fiesta, nos llevaban a todos en ómnibus. Recuerdo de Jorge que, cuando terminábamos una grabación o las funciones en el teatro, antes de decir nada del espectáculo comentaba: ‘Una vez más hemos vencido a la muerte’. Cuando le pregunté por la frase contó que con el primer elenco viajaban mucho en avión y un día salieron en medio de una tormenta. Pensaron que se morían todos. Cuando aterrizaron, uno de los pilotos apareció con un vaso de whisky y dice: “señores, una vez más hemos vencido a la muerte”. Todos se rieron por la ocurrencia.
Novarese, por su parte, recordó que siempre se preocuparon de la paridad en los sueldos.
“Si ahora una mujer gana menos que un hombre, imagínense en ese entonces”, dijo. “Pero Telecataplúm era distinto, era una cooperativa donde todos ganábamos lo mismo y era mucho dinero”, dijo Novarese. “Y nunca se cuestionó, ‘esta nena recién empieza’ o ‘el señor es más chistoso que la señora’’: éramos todos iguales. Además, a la mujer no se utilizaba para que saliera mostrándose. No importaba si era linda o no. Solo era importante si era buena para lo que hacías. Simple como eso”.
Giacchino llegó al programa para cantar el tradicional jingle “Si usted quiere olvidar que está casado... Telecataplúm”; lo entonó y el público lo acompañó en uno de los lindos momentos del encuentro.
Cacho, quien también supo integrar las filas de Telecataplúm recordó la figura del ingeniero Horacio Scheck, a quien todos definieron como alguien que le gustaba, y sabía, hacer televisión.
Cacho también contó que durante un tiempo hubo dos vertientes de humor en Canal 12. El que hacía él con el Show del Mediodía, que era distinto al de Los Lobizones, con menos ensayo, menos agudo y más improvisado, dijo.
Irma Scheck repasó anécdotas y mencionó que el humor es una tradición familiar que se ha mantenido a lo largo de varias generaciones, y continúa en los nietos.
La muestra La risa escrita continuará hasta el 30 de abril en el Museo Histórico Nacional (Rincón 437) con entrada libre.
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