Se inauguró en el Centro Municipal de Exposiciones (el Subte) la muestra "Marcas oficiales", un emprendimiento colectivo que reúne a 24 artistas plásticos, 12 uruguayos y 12 argentinos. Esta exposición, que sentaría las bases para la creación de una Bienal de Arte Contemporáneo Rioplatense (que increíblemente aún no existe), propone una lectura, en clave artística, de los símbolos patrios de ambas naciones. La exposición se puede visitar de martes a domingo de 16 a 20 horas y permanecerá abierta hasta el 3 de setiembre.
Los artistas involucrados en "Marcas oficiales" produjeron sus obras inspirándose en ese corpus que forma el discurso oficial sobre los valores y símbolos que se proponen como presuntamente distintivos de cada país. Como es bien sabido por la historia y la ciencia política, la exaltación de los símbolos patrios son una construcción ideológica del Estado y la producción de ese discurso oficial ha tenido un proceso bastante similar en Argentina y en Uruguay, dos países jóvenes edificados en gran medida con el aporte extranjero. El desafío de estos artistas fue, entonces, decodificar la iconografía nacional que ha producido estos constructos ideológicos.
Por parte de Uruguay participan Federico Aguirre, Fernando Alvarez Cozzi, Nicolás Branca, Cristina Casabó, Julia Castagno, Mario D’Angelo, Jaqueline Lacasa, Teresa Puppo, Rulfo, Alejandro Sequeira, Daniel Umpiérrez y Pablo Uribe. El curador uruguayo de la muestra Santiago Tavella, dice en el catálogo que acompaña la muestra: "Los artistas de esta muestra realizan la peor —que viene a ser la mejor— transgresión que puede realizarse sobre el acto afirmativo por excelencia que es el discurso oficial: plantean una serie de obras que llevan inexorablemente a meditar acerca de estos edictos diseñados como afirmación de un poder".
De Argentina enviaron obras Agustín Blanco, Karina El Azem, Mara Facchin, Rosana Fuertes, Marcelo Grosman, Leonel Luna, Carlos Masotta, Eduardo Molinari, Nushi Muntaabski, Daniel Ontiveros, Mercedes Pérez Bergliaffa y Ricardo Pons. La curadora argentina Graciela Taquini ha señalado que "al incursionar por estos temas, estos jóvenes artistas, que viven en una sociedad que creció bajo el peso de la dictadura, que pasó por la instancia de una guerra absurda, que sufrió la expulsión, la anarquía, el acorralamiento y el despojo, sienten indudablemente dolor por la ausencia de valores tranquilizantes, pero a la vez persisten en la esperanza de la creación".