Póngase los auriculares. Entre a Spotify. Escriba en el buscador 8 que cuentan. Elija, de entre los cuentos, el que más le llame la atención. Decida si se va a sentar en el sillón de su casa, si va a salir a caminar por la ciudad, si va a hacer ejercicio, si va a limpiar, si no va a hacer ninguna de estas cosas. Haga algo o no haga nada, pero preste atención. Si usted es una persona, digamos, sensata, y decidió arrancar por el principio, entonces, escuchará esto: “Bienvenidas y bienvenidos a 8 que cuentan, una selección de cuentos de literatura latinoamericana. En esta primera temporada, lo que se está escribiendo hoy en Uruguay. Soy Nausícaa Palomeque y te invito a escuchar El último lancero, de Martín Bentancor”.
Lo que sigue es esto: “Por las noches sueña con ellos. Tienen barbas largas, como la suya. Manos callosas, como las suyas, ponchos deshilachados que han sido blancos y que ahora son grises”. Lo que suena es la voz de Gustavo Saffores, actor, actual integrante del elenco de la Comedia Nacional. Desde el fondo, el sonido del fuego y de los grillos y de la noche, incluso el sonido de las estrellas, generan una calma que anticipa, que prepara.
El cuento de Martín Bentancor narra una batalla insólita entre un gaucho y unos aviones, con lanzas y astucia, entre tatúes y cerros y abrojos y talas y espinillos. Y es, también, la historia que abre el proyecto 8 que cuentan, un podcast que reúne cuentos de cuatro escritores y cuatro escritoras uruguayas de la actualidad.
Es algo así cómo una antología de buena literatura uruguaya actual -Inés Bortagaray, Fernanda Trías, Rosario Lázaro, Carolina Bello, Horacio Cavallo, Martín Bentancor, Martín Lasalt y Pedro Peña-, que se encuentra en el podcast y también en dos libros: uno escrito en braille y otro en macrotipo, uno para personas que no ven y otros para personas con baja visión. A los dos puede acceder cualquier persona que quiera.
Al frente (o detrás) de todo esto, como directora y productora está Nausícaa Palomeque, periodista y profesora de literatura. Y un equipo que hizo que los cuentos dejaran de ser solo cuentos y pasaran a ser un mundo en sí mismos. Gustavo Saffores y Gabriela Pérez actriz, le pusieron voz y el diseño de sonido y la música la hizo Daniel Yafalian.
El podcast está entre los más escuchados de Uruguay en Spotify y los libros, que son cien y aún se están haciendo, serán repartidos de forma gratuita por todos los liceos del país en los que haya jóvenes con ceguera y baja visión.
El inicio
En 2016, mientras trabajaba en la radio, Nausícaa hizo su primer podcast: un episodio para Radio ambulante en el que contaba la historia de Juan Pablo, una persona con ceguera que tiene “una habilidad increíble para reconocer el sonido de los pájaros”.
En ese momento no lo supo, pero tal vez contar esa historia haya sido el inicio de este proyecto.
“Yo conté su historia y si miro ahora para atrás, ese fue un momento importante, porque empecé a pensar y a trabajar en la inclusión. Este proyecto se parece mucho a mí: yo estudié letras, me interesa la educación, la literatura, la inclusión, el podcast, me encanta el sonido. No sé cuándo empezó el proyecto, pero sí sé que si miro para atrás, todo tiene sentido”, cuenta Nausícaa, que, para financiarlo, se presentó a un fondo del Ministerio de Educación y Cultura, que ganó.
La idea -aunque puede ampliarse- era difundir autores y autoras de la actualidad. “Me parecía que incluir a escritores y escritoras actuales era un aporte, era como decir, te voy a contar, desde la subjetividad absoluta, lo que se está escribiendo acá, me hacía ilusión que el proyecto difundiera la literatura que se está escribiendo hoy. Es una forma de decir: mirá, esto no es la verdad absoluta, pero si querés hacerte una idea de literatura uruguaya hoy, acá tenés un buen plantel. Hay otros posibles, pero este es un buen plantel”.
La elección de los escritores y los cuentos es suya. El primer corte fue generacional -escritores jóvenes que estuvieran ejerciendo de manera profesional la escritura hoy-, el segundo fue paritario -que hubiese la misma cantidad de mujeres y de hombres- el tercero fue estético -que los escritores fueran buenos y los cuentos también-.
Los episodios de cada cuento, que son muy distintos en temas y en géneros, tienen, también, diferentes paisajes sonoros: hay Montevideo y hay interior, hay campo y hay playa, hay noche y hay día.
Para los libros -que tienen un código QR que lleva directo al episodio correspondiente- tuvo el asesoramiento de Florencia Espinosa, una joven con ceguera. Y de ella, también, aprendió varias cosas: que un proyecto inclusivo no tiene que ser exclusivo y que a un libro en braille lo tiene que poder leer cualquier persona, que para comunicar el proyecto en redes sociales también había que pensar en eso, que no bastaba con poner una imagen y un texto.
Cree que habrá una segunda temporada, pero todavía no quiere adelantarse a nada. Después de dos años de trabajo, de convocar a los escritores y de trabajar con los actores, de horas encerrada en un estudio con un sonidista, Nausícaa dice que no sabe por qué lo hizo. O que sí, sabe: porque a las cosas hay que hacerlas, no quedarse con las ganas y pensar en qué hubiera pasado sí.
“Yo siempre fui de crear proyectos. Si tengo una idea, por más que no tenga espacio para hacerlo, intento generarlo. A las cosas hay que hacerlas. Esto fue una locura, pero una locura hermosa”.