MEDUSAS
En los últimos días la presencia de medusas en las costas se hizo más notoria. Sin embargo no todas son de la misma especie y algunas son más tóxicas que otras.
Grandes, enormes, pequeñas, con muchos tentáculos, con pocos, de colores, transparentes. Las formas en las que se pueden presentar las medusas, o aguavivas, en las costas de Uruguay son variadas y de su tipo depende su toxicidad.
Durante los últimos días varios veraneantes que se acercaron a las playas de Rocha y Maldonado constataron la presencia de estos animales marinos, incluso en algunos casos en grandes cantidades.
"Sentí un cuchillo en la médula"
Maximiliano Licandro terminó su turno de guardavidas el sábado en Cabo Polonio, agarró su tabla y se tiró a surfar de bermuda en la cañada de la playa Sur, donde se topó con una medusa que no olvidará. “Me agarró en la mano derecha, la muñeca, abajo del brazo, el biceps, el pectoral, las costillas, el hombro y un poco en la nariz. El ardor inmediato es impresionante. Inmediatamente me di cuenta que no era una aguaviva común. ¡Está heavy!”, contó Licandro a sus colegas en un audio de WhatsApp.
Fue hasta la torre de guardavidas y se echó vinagre, el antídoto recomendado por los médicos para calmar el primer ardor. “Pero seguía quemando fuerte”, recuerda Licandro, que caminó 700 metros hasta la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara). “Empecé a hacer una reacción alérgica. Todo el cuerpo prendido fuego. Los dedos de los pies entumecidos y mucho dolor. Sentí un cuchillo en la médula, en la espalda baja”, agregó.
Entonces, tomó dos Kalitron (un antialérgico cuyo principio activo es la clorfeniramina), pero como el dolor aumentaba, llamó a su hermano, médico, quien le recomendó prednisona, un antiinflamatorio potente. “Sentía las toxinas en las piernas”, pero la prednisona y otro antialérgico lo dejaron dormir cerca de las cuatro de la madrugada.
En Dinara le dijeron que lo afectó una medusa cubo (tamoya haplonema) o una relojito (olindias sambaquiensis), especies que llegaron a Rocha y generan efectos urticantes. “En los últimos cuatro días, gastamos 11 botellas de vinagre en afectados por aguavivas”, dijo Licandro a El País. Además, dos mujeres con rigidez en brazos, por tocar medusas, fueron evacuadas de Cabo Polonio por Prefectura.
El director de la policlínica de Comero de La Paloma, Víctor Oribe, dijo a El País que el domingo atendieron entre ocho y 10 pacientes afectados por estas medusas, que pueden causar insuficiencia respiratoria. “Ninguno requirió internación ni morfina”, aclaró.
"En Punta del Este (Maldonado), en la playa Mansa, lo que hay mucho una medusa que el nombre vulgar es 'medusa de la cruz' y el científico 'lychnoriza lucerna'", explicó a El País Gabriela Failla, investigadora en la Sección Zoología de Invertebrados del Departamento de Biología Animal de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.
Esta misma especie también tuvo gran presencia en Canelones durante el fin de semana, comentó la experta.
Failla indicó que estas medusas son de grandes tamaños, tienen los bordes violetas y en el margen de la campana no tiene tentáculos. "Lo que sí tiene es lo que se denomina 'brazos orales', que son unos tentáculos muy gruesos en el centro. En total son ocho", explicó.
"Estas medusas en general desarrollan tamaños muy grandes, pueden tener 40 o 60 centímetros de diámetro (aunque también pueden ser chiquititas) y son de toxicidad moderada", expresó la investigadora y agregó: "Impresionan más por el tamaño, pero la toxicidad no es tanta".
Este tipo de aguavivas se diferencia de las que se pudieron ver en el puerto de Punta del Este en diciembre, cuando las imágenes de varias personas que pasaron por el lugar mostraban el agua llena de estos animales. "Esa es la 'chrysaora lactea', es más chiquita y tiene un montón de tentáculos muy largos -que pueden medir hasta dos metros- tanto en la campana como en el centro", explicó Failla. "A veces la gente no las ve, pero igual resultan picadas por la lo largo de los tentáculos", agregó.
"Pueden ser de muchos colores: violetas, amarillas, blancas, rosadas" y, sin embargo, son todas de la misma especie. "Lo que pasa es que la coloración es distinta, es como una persona rubia, una morocha, una pelirroja", ejemplificó.
La toxicidad de estas aguavivas que son más pequeñas en tamaño respecto a las medusas de la cruz, es mucho mayor. "En este momento en Punta del Este de las que más hay es de las de la cruz, pero de las otras también hay, están como mezcladas. Las más aparentes son las más grandotas", detalló.
En Rocha, en cambio, ocurre al revés. Hay una mayor presencia de las chrysaora lacteas. "Me escribió un biólogo y me dijo que es impresionante la densidad que hay, que la gente no se quiere meter porque sale picada", relató.
En ese departamento también está apareciendo una que, en su nombre popular, es denominada "relojito". Su nombre científico es menos amigable: "olindias sambaquiensis".
"El relojito es sumamente urticante, es una medusa que tiene los tentáculos de un color rosado chicle bien fuerte, si bien la medusa en sí es bastante transparente lo que hace difícil verla, porque además tendrá unos diez centímetros de diámetro, tal vez un poquito más", explicó Failla.
Por otro lado, también se detectó la presencia en Rocha de las "tamoya haplonema", también denominadas "cubo medusas". Esta aguaviva es "sumamente tóxica", incluso comparable a la fragata portuguesa.
"Se encontró la semana pasada en Piriápolis también, pero se vio una sola, es decir que no es que está llegando en grandes cantidades", explicó la investigadora.
¿Por qué llegan las medusas?
La explicación respecto al por qué de la gran llegada de aguavivas a las costas es sencilla: la falta de lluvias.
"Todo esto se debe a las corrientes de agua cálida que están llegando de Brasil, que es lo que nosotros llamamos la tropicalización de las aguas, lo que implica que el agua esté mucho más salada y verde", explicó Failla.
"La corriente de Brasil está avanzando más sobre las costas uruguayas porque no hay lluvias, entonces no hay descarga de agua dulce del Río de la Plata que es la que no permite la entrada de agua marina a Uruguay. Es como un tire y afloje entre las corrientes", agregó la investigadora.
Algunos organismos marinos, como las medusas, son típicos de estas corrientes. "Además no tienen la posibilidad de nadar por sus propios medios, sino que van con las corrientes", indicó.
Protocolo ante picaduras de medusas
Si bien la forma de actuar ante una picadura dependerá de la medusa que haya tocado a la persona, existen algunas generalidades en cuanto a las formas de actuar y las precauciones que se deben tener en cuenta.
Lo primero que se debe hacer es lavar la zona afectada con agua salada, "porque muchas veces los tentáculos quedan pegados, las personas no se dan cuenta y siguen liberando la toxina. Al lavarse con agua salada es que si hay tentáculos adheridos se desprendan".
Luego, la recomendación es aplicar vinagre. "El vinagre comercial que se compra normalmente sirve, así, sin diluir, porque lo ideal sería ácido acético diluido al 5%, pero generalmente nadie lo tiene a mano, entonces el vinagre cubriría ese requerimiento".
También se aconseja aplicar frío en la zona afectada, siempre y cuando no se tenga contacto directamente con agua dulce. "Jamás te podés lavar con agua dulce la zona afectada, esto es porque genera una reacción que ayuda a la liberación de la toxina", indicó Failla.
Por este motivo se aconseja no aplicar hielo directamente, sino envuelto en tela, una bolsa o cualquier aislante que no permita el contacto con el agua. También sirven las compresas frías.
"Esto es lo elemental, si después de esto, a los 15 o 20 minutos la persona empieza a sentirse mal, a tener otro tipo de síntomas como problemas para respirar, náuseas, dolor de cabeza, entonces hay que concurrir a un centro asistencial porque seguramente van a tener que aplicar algún medicamento más fuerte", indicó la investigadora.