Entrevista
La organización británica Population Matters se encarga de concienciar a las personas sobre la importancia de reducir el crecimiento poblacional en el mundo.
Alistair Currie es jefe de campañas de Population Mattersdesde hace cuatro años; durante la mayor parte de su vida, este profesional británico trabajó para acercar distintas formas de concienciación a la población en organizaciones como PETA, Cruelty Free International y Free Tibet.
Currie –quien antes era enfermero– se define como una persona a la que le gustan las causas “difíciles” de comprender para las personas como son los derechos de los animales o el crecimiento poblacional.
Respecto a lo último, la ONU estima que derivará en 9.700 millones de personas para 2050. Para sostener eso necesitaríamos los recursos renovables de tres planetas Tierra. Se calcula que la cifra subirá a 11 mil millones de habitantes en 2100. Desde ese lugar, Currie intenta llevar la visión de la organización británica a países de habla no inglesa y en ese contexto conversó con El País.
—¿Cuál es su función como jefe de campañas de Population Matters?
—El trabajo de mi equipo es crear cambios. Nuestra tarea implica informar a las personas sobre los problemas que existen, por qué suceden y cómo los podemos resolver. Hacemos foco en aquello que consideramos importante y vemos cómo se puede cambiar. En particular, desde Population Matters lo que buscamos es que las personas sean conscientes sobre el tamaño de su familia al momento de tener hijos. La planificación y el número de hijos es muy importante para brindar más oportunidades a las personas.
¿Qué hace Population MattersÇ?
Population Matters realiza campañas para lograr una población humana sostenible, proteger el mundo natural y mejorar la vida de las personas. La organización alienta a que las familias sean más pequeñas, inspirando a las personas a reducir el consumo excesivo y vivir dentro de los límites naturales del planeta. Apoya los derechos humanos, el empoderamiento de la mujer y la justicia global.
—¿Dónde funciona Population Matters?
—Es una organización basada en el Reino Unido, estamos en línea y tenemos redes sociales dedicadas a diferentes partes del país hacia donde se dirige la mayor parte del trabajo. Pero, además, tenemos alcance internacional. Queremos transmitir que si la población mundial crece mucho se perderá la biodiversidad y aumentará la extinción de especies. Promovemos el acceso a anticonceptivos y este tipo de políticas para demostrar cómo el control de la población afecta la naturaleza.
—¿Trabajan con América Latina?
—De momento no tenemos ningún trabajo específico en América Latina; sin embargo, hace un tiempo tenemos una página de Facebook en español que la manejan unos fantásticos voluntarios de Argentina y ha sido una experiencia genial. La fundaron hace alrededor de un año y medio y no sabíamos cómo funcionaría. Afortunadamente, la comunidad está creciendo y consideramos que es importante porque es el segundo idioma más hablado en el mundo. Es un pequeño comienzo estar ahí y el trabajo que estamos haciendo en español tiene que ver con la comunicación de los problemas sobre la educación y hablar sobre el tamaño de la familia.
—Population Matters hace foco en el empoderamiento femenino, ¿por qué?
—Existen una serie de puntos que favorecen que las familias sean más numerosas. El crecimiento de la población está vinculado con que las familias más pobres tienen más hijos. La cuestión principal es darle a las personas la opción de decidir y de eso se trata el empoderamiento. Cuando observamos los obstáculos vemos que, desafortunadamente, en el mundo hay 217 millones de mujeres que no tienen acceso o no usan métodos anticonceptivos y por eso quedan embarazadas. Increíblemente, esos números han aumentado en los últimos 30 años. Entonces, para hacer eso buscamos que mejoren los servicios de salud. Por ejemplo, lo que hace Population Matters en países de Oriente son campañas para mejorar la planificación familiar. La asistencia es muy importante y el valor se traduce en disminución de la mortalidad de niños y madres gestantes. Además, los países que tienen mejor educación y mejor salud ayudan a que las mujeres no tengan hijos a una edad temprana y es muy beneficioso.
—¿Qué sucede en países como Uruguay donde se tiene un problema de envejecimiento de la población?
—Uruguay es un país muy desarrollado en América Latina y lo que sucede es que la natalidad baja en los países donde el desarrollo social es más común. Lo que sucede es que el envejecimiento de la población provoca algunos desafíos. Considero que debe enmarcase en lo siguiente: los países más desarrollados tienen una mayor carga de huella de carbono en el medioambiente; no es la misma huella que deja una persona en África subsahariana que en el Reino Unido. Que vivan menos personas donde somos más ricos es una de las cuestiones más beneficiosas para el planeta. Cuando intentamos detener el envejecimiento de la población lo que vemos es que se agregan más personas al problema demográfico: dentro de 70 años tendremos más personas viejas. Considero que, en realidad, lo que debemos hacer es ver cómo rebalancear las economías y empezar a pensar las prioridades. Tenemos que seguir enfocándonos en lo que realmente es importante a nivel global: estamos en una crisis medioambiental. Debemos replantearnos los desafíos que las personas de Uruguay, por ejemplo, enfrentan, pero al mismo tiempo, nuestra principal prioridad debe ser tener un país más sostenible en el que los niños puedan nacer y vivir.