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El 24 de noviembre Álvaro Zunini probablemente esté buscando un televisor donde ver el partido de Uruguay contra Corea del Sur en el Mundial de Qatar. Pero para él no serán las 10 de la mañana, sino 12 horas después porque estará en Seúl disfrutando de parte del premio que ganó en el VIII Premio de Ilustración que organiza el Ministerio de Educación y Cultura.

“Es una mezcla rarísima; mis amigos futboleros se ríen mucho”, cuenta a El País este salteño de 35 años que resultó triunfador en la categoría Ilustración Única por su obra Mural de los universos conectados.

“Elegí una ilustración que tengo de una serie de dibujos de muros que quedan al descubierto cuando derrumban los edificios. Pasa muchas veces en Uruguay y en América Latina, porque en México también se ve”, explica quien tiene tres ciudadanías: uruguaya por nacimiento, italiana por sus abuelos y mexicana por adopción.

A Álvaro siempre le llamó mucho la atención la cromática y las figuras de esos muros y le parecieron el reflejo perfecto del tema propuesto para el premio: Universos conectados.

“Ahí hay distintas vidas, distintas realidades, distintos pisos de un mismo edificio que, cuando se derrumba, salen a la luz. Son todos universos separados, pero a la vez están bajo el mismo techo”, comenta.

Aclara que no dibujó un edificio en particular, sino que es uno inventado, pero con el que se encuentra con frecuencia recorriendo distintas calles montevideanas.

Considera que esa obra no es una ilustración “que desprenda virtuosismo, pero conceptualmente me encantaba y tuve la suerte de ser reconocido. Igual creo que el tema de los premios es muy subjetivo y lo que importa es estar ahí, poder exponer y tener la chance de viajar a Corea. En diseño e ilustración, los países asiáticos son un referente indiscutible”.

Álvaro estará participando en la 37° Competencia Internacional Coreana de Diseño e Ilustración. Para ello dispondrá de $ 70 mil, mientras que $ 60 mil le quedarán como premio.

El ilustrador cuenta que Mural de los universos conectados forma parte, además, de un proyecto que viene desarrollando hace muchos años de manera independiente, lo que hace que el camino sea más largo aún: un cortometraje animado.

“En parte de las escenas del corto juego con esos muros que se ven al fondo. Es todo en base a ilustración y como todo proyecto independiente lleva un montón de tiempo y se hace con mucha pasión. A veces faltan recursos, pero uno trata de resolverlo poco a poco”, señala.

Álvaro es el director, guionista e ilustrador, además de dedicarse a buscar fondos para poder terminarlo.

“Me lleva un montón de trabajo de ilustración, que me encanta y me apasiona, pero a veces hay que complementarlo con otras cosas”, admite.

Se refiere a sus otras actividades, como el trabajo que desarrolla para una agencia de publicidad de México a la que llegó gracias al creativo uruguayo Carlos “Tachinta” Betancourt, que le propuso trabajar con él en J.W. Thompson.

Se radicó en Ciudad de México en 2000, pero la pandemia le abrió la posibilidad de teletrabajar desde Uruguay y decidió aprovecharla, volviendo al país con su familia mitad uruguaya y mitad mexicana.

“Las niñas son mexicanas y los niños somos uruguayos”, bromea al hablar de su esposa Laura, mexicana como su hija Luciana (5 años), en tanto su hijo Pablo (9) nació en Uruguay.

“Familia mezclada y corazones de ambos colores. México ha sido un país que siempre me ha recibido muy bien, con un montón de oportunidades, estoy muy agradecido. Casi la mitad de mi vida la pasé ahí, así que soy un poco de acá y un poco de allá”, destaca.

Ilustrador, artista y publicista, su idea es estar siempre haciendo un poco de todo. “La vida es muy corta y hay que estar tratando de probar todo lo que uno puede. Es mi manera de pensar”, concluye.