TECNOLOGÍA
China completa su sistema BDS y se independiza de la tecnología de Estados Unidos.
China completó esta semana su sistema de navegación Beidou (BDS) con el lanzamiento de su último satélite, que le permitirá ofrecer servicios de geolocalización a nivel global y le conferirá independencia de la tecnología GPS estadounidense tanto a nivel militar como civil.
El último satélite de la serie BDS-3 despegó a las 09.43 hora local (01.43 GMT) del pasado martes portado por un cohete de la serie 'Larga Marcha 3B' desde el centro de lanzamiento de Xichang, en un valle oculto entre montañas del suroeste del país.
Apenas 25 minutos después, entró en la órbita terrestre y desplegó sus paneles solares, que le proporcionarán energía para su funcionamiento.
"El satélite ha entrado en órbita y desplegado sus paneles solares. No hay ninguna anomalía, el lanzamiento ha sido un completo éxito", aseguró tras la operación -retransmitida en directo por la televisión estatal- el comandante Yin Xiangyuan, que ofreció la cuenta atrás previa al lanzamiento.
Unos segundos después, el jefe del centro de control de Xichang, Zhang Xueyu, confirmó el "éxito completo" del lanzamiento, y extendió sus felicitaciones a todos los trabajadores que han participado en el proyecto.
La conclusión del sistema BDS, con 35 satélites, representa un paso significativo en el imparable desarrollo espacial del gigante asiático de las últimas décadas y le permitirá ofrecer al mundo servicios de posicionamiento global con mayor precisión que su alternativa estadounidense, según los responsables chinos.
Un trabajo de décadas.
"El sistema traerá nuevos hitos a los sistemas de navegación globales y será el mejor del mundo", destacó a la televisión estatal el director de la Oficina China de Navegación por Satélite y portavoz del BDS, Ran Chegqi.
El último satélite es el mayor de su serie y está equipado con propelentes para maniobrar en órbita.
Completa la red de 35 aparatos de la tercera generación (BDS-3) del sistema Beidou (Osa Mayor en chino), que el país asiático impulsó en 2015 para poder ofrecer una cobertura global de posicionamiento.
El lanzamiento de este último estaba previsto hace una semana, el pasado 16 de junio, pero se suspendió en el último momento por "problemas técnicos" en el cohete propulsor, de los que no se proporcionaron más detalles.
China comenzó a construir el Beidou hace 20 años, con el objetivo de ser autosuficiente en tecnología de navegación y disponer de un sistema alternativo al GPS, desarrollado por el Ejército de EE. UU.
Los militares chinos querían además disponer de un sistema propio y reducir su dependencia del predominio espacial estadounidense.
Se compone de dos constelaciones de satélites separadas. El Beidou-1 consta de tres satélites que desde el año 2000 han ofrecido cobertura limitada y servicios de navegación y posicionamiento para China y algunos países vecinos.
El Beidou-2 comenzó a operar en diciembre de 2011 con diez satélites en órbita y ha ofrecido servicios de navegación y posicionamiento a los países de la región Asia-Pacífico.
Con el Beidou-3, el sistema alcanzará una cobertura global este año y estaría listo para proporcionar una alternativa a los otros tres existentes en la actualidad: el GPS, el Galileo europeo y el GLONASS ruso.
Más preciso que el GPS.
Con 35 satélites, Beidou cuenta con más que los 31 del sistema estadounidense y también con más que el GLONASS y el Galileo.
Según sus promotores, Beidou ofrece un margen de desviación en la precisión de 10 centímetros, frente a los 30 centímetros del GPS.
Además de navegación y posicionamiento, el BDS ofrecerá servicios de comunicación gracias a su mayor ancho de banda e incorpora relojes atómicos más estables y precisos, según la Academia China de Tecnología del Espacio.
Los BDS-3 han aumentado la capacidad de sus mensajes cortos de 120 a 1.200 caracteres chinos mientras que el ancho de banda les permite ampliar el número de usuarios de 500.000 a 5 millones.
También pueden proporcionar servicios precisos de posición al punto (PPP) lo que permite aplicaciones como la conducción autónoma o el atraque preciso para embarcaciones.
El arquitecto del BDS, Yang Changfeng, dijo al diario oficial Global Times que el sistema es compatible con el GPS, el GLONASS y el Galileo, y que los usuarios podrán elegir libremente el que mejor cobertura tenga de los cuatro, que conjuntamente dispondrán de más de cien satélites.
La inversión estimada de China en el proyecto supera los 10.000 millones de dólares (9.000 millones de euros).
Cerca de 200 países han solicitado ya a China las tecnologías BDS, que exporta actualmente a más de 120 naciones.
"Una verdadera potencia espacial".
"El impulso de China para proporcionar cobertura global ha sido completamente exitoso y significa que nos movemos de ser una importante nación en el sector espacial a convertirnos en una verdadera potencia", afirmó Yang.
Expertos estadounidenses han reconocido que el Beidou, al haberse diseñado algunas décadas después del GPS, ha aprendido de la experiencia de éste y ha mejorado la precisión de la geolocalización.
En China el 70 por ciento de los teléfonos móviles pueden recibir las señales de posicionamiento BDS, así como los sistemas de navegación de taxis, autobuses y camiones.
El sistema Beidou ha proporcionado servicios a decenas de empresas y sectores en China, desde el transporte a la agricultura, pasando por la transmisión de energía eléctrica o la pesca.
A finales de 2019 se usaba en más de 6,5 millones de vehículos, 40.000 del servicio postal y de reparto, 80.000 autobuses y 36 ciudades del país.
Cerca de 70.000 pesqueros y embarcaciones aduaneras disponen de terminales del sistema y más de 10.000 personas han sido rescatadas gracias al mismo, según los medios oficiales chinos.