Con información de La Nación/GDA
Este 17 de marzo es el Día de San Patricio, una de las festividades más populares en todo el mundo. Esta celebración tiene sus raíces en la historia religiosa, pero con el tiempo se ha convertido en una fiesta cultural llena de desfiles, música, comida y bebida, en la que las personas se visten de verde y celebran la herencia irlandesa.
El Día de San Patricio se celebra con grandes desfiles donde las multitudes se reúnen para disfrutar de la música tradicional irlandesa, danzas y, por supuesto, mucha comida y bebida. Los desfiles suelen ser acompañados de carrozas decoradas, bandas de música y grupos folklóricos que celebran la cultura irlandesa.
Como es habitual, este lunes hubo grandes desfiles en ciudades como Dublín, en Irlanda, Nueva York y Boston, en Estados Unidos. En otras localidades del mundo muchos optaron por reunirse en bares, como fue en Melbourne, Australia, en el último día de funcionamiento del antiguo local The Quiet Man Irish Pub, que cerró sus puertas.

El origen del Día de San Patricio
San Patricio nació en el siglo IV en lo que hoy es Inglaterra y fue llevado a Irlanda como prisionero cuando tenía 16 años. Después de escapar, regresó a Irlanda como misionero para difundir el cristianismo. Se le atribuye la conversión de muchos irlandeses al cristianismo y la erradicación del paganismo en la isla. La fecha de su muerte, el 17 de marzo de 461, es la que se celebra como el Día de San Patricio.
A lo largo de los siglos, la festividad se convirtió en una celebración de la cultura y la identidad irlandesa, en particular en lugares con grandes comunidades de inmigrantes irlandeses, como Estados Unidos. En el siglo XIX, en América comenzaron a organizar desfiles y eventos para conmemorar a San Patricio y, al mismo tiempo, para promover el orgullo por su herencia cultural.

El color verde y su relación con Irlanda
El color verde se asocia con Irlanda, un país conocido como “La isla esmeralda” debido a sus paisajes cubiertos de vegetación. Este color simboliza la fertilidad de la tierra irlandesa, pero también tiene un significado más profundo: el verde es un color que representa la esperanza y la renovación. Además, se cree que está relacionado con el “Shamrock” o trébol de tres hojas, que San Patricio usó como una herramienta para explicar el concepto cristiano de la Trinidad.

Según la leyenda, el trébol fue el símbolo que Patricio utilizó para enseñar que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo eran tres entidades distintas, pero parte de un solo ser. Este gesto quedó grabado en la memoria colectiva de los irlandeses, convirtiendo al trébol, y por ende al color verde, en un símbolo nacional.
La costumbre de vestir ropa verde durante el Día de San Patricio se originó como una forma de honrar las tradiciones irlandesas y de rendir homenaje a la figura de San Patricio. Con el tiempo, esta tradición se extendió más allá de las comunidades irlandesas, y hoy en día es una de las costumbres más populares de la festividad.
El uso del verde no se limita solo a la ropa, las personas adornan sus hogares, negocios y calles con todo tipo de decoraciones en verde, desde banderas hasta globos. Las bebidas y los alimentos también adoptan el color, con cerveza teñida de verde y postres que incorporan este tono característico. Incluso los ríos, como el de Chicago, se tiñen de verde como parte de las festividades.

Una de las razones por las que la gente usa verde en el Día de San Patricio está vinculada a una antigua superstición. Se dice que aquellos que no visten verde durante la festividad corren el riesgo de ser “pellizcados” por otros. Esta práctica tiene su origen en una leyenda popular, según la cual los duendecillos, seres míticos de la cultura celta, usaban el verde para volverse invisibles. Aquellos que no vestían ese color no podían evitar ser vistos y, por lo tanto, eran objetivo de los duendecillos que los “pellizcaban” como una broma.
Con el tiempo, esta leyenda se transformó en una tradición de “pellizcar” a las personas que no llevan verde, lo que se convirtió en una broma inofensiva que muchos disfrutan durante las festividades. Aunque este gesto ya no está relacionado con los duendecillos, sigue siendo una parte divertida de la celebración.
