La Asociación de Trasplantados del Uruguay cumple 20 años de apoyo sanitario y social

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ATUR

ANIVERSARIO

En estas dos décadas de existencia ha logrado muchos avances tanto en la salud de sus asociados como en ser soporte económico y social cuando las situaciones lo demandan.

"Al principio nos miraban como diciendo ‘estos pacientes que apenas han solucionado su vida, ¿qué quieren hacer?’ Un médico me llegó a decir: ‘¿Por qué no te dedicás a disfrutar el trasplante?’ y yo le respondí: ‘Quiero devolverle a la sociedad lo que esta me dio’”. Así recordó José Fernández, trasplantado renal hace más de 21 años, sus comienzos buscando darle vida a la Asociación de Trasplantados del Uruguay (ATUR) que preside hoy.

En aquel entonces compartía sus esfuerzos con Miguel Castillo, primer presidente de la asociación, que falleció hace cuatro años. Juntos lograron que el 1° de setiembre de 2000 quedara instaurada ATUR, integrada en sus inicios por unas 20 personas entre trasplantados y pacientes en lista de espera.

“Luego de varias negociaciones entre diferentes grupos de trasplantados, tanto cardíacos como de médula o hepáticos (que aún no eran trasplantados en Uruguay) y los renales, que éramos mayoría, entendimos que teníamos que hacer algo para unirnos para lograba avanzar en lo que queríamos, que era la donación tácita”, contó Fernández a El País.

En 2010 se consiguió reformar la ley e instaurar que todos los mayores de 18 años en Uruguay sean donantes de órganos, salvo que manifiesten lo contrario. Eso se aplica desde 2012 y ha logrado, entre otras cosas, que la lista de espera se reduzca en casi un 50%. Hoy la integran 465 personas, “lo que quiere decir que todavía tenemos necesidad de órganos”, remarcó.

El presidente de ATUR destacó que nuestro país cuenta con una tasa de 25 trasplantes y donantes por millón de habitantes, una cifra muy buena ya que a nivel mundial se ocupa el quinto lugar luego de Croacia, Portugal, Francia y España. “Pero se puede mejorar”, insistió.

Rica historia de aportes a Uruguay y la región.

Para celebrar los 20 años de ATUR, dado que no se recomienda realizar actividades presenciales con población de riesgo, a mediados de este mes tienen previsto hacer una conferencia vía web para Uruguay, América Latina y el Caribe en la que van a contar su rica historia. Su presidente, José Fernández, destacó que han incidido en otros países. Hoy están ayudando a Paraguay a evolucionar en los trasplantes de médula y en los sistemas de diálisis. También han colaborado con Chile, Ecuador y Perú. En este último país hubo un momento en que al paciente se le pagaban solo 20 diálisis, con lo cual se iba a terminar muriendo. ATUR, mediante CLAYPCO y haciendo denuncias en la OPS y en la OMS, logró que se revirtiera la situación.

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José Fernández, presidente de ATUR, fue trasplantado de riñón hace más de 21 años.

Temas pendientes y una sede propia

Por estos días ATUR participará del abordaje de dos temas. Uno es el trasplante cruzado, que se produce cuando no se consigue un donante dentro de la familia entonces se recurre a alguien por fuera pero aportándole a cambio el donante que la persona que colaboró necesita. El otro es el trasplante a corazón parado, que consiste en permitir que las emergencias móviles mantengan con vida parte de los órganos de una persona acaba de fallecer para que puedan servir para un trasplante. Además, setiembre es el mes de la médula ósea y ese tema estará presente en la agenda. Por otra parte, ATUR consiguió que CAUTE-Antel (Caja de Auxilio de Funcionarios de UTE y Antel) le cediera un lugar dentro de su sede de Agraciada 2417 para que la asociación cuente con un espacio físico propio. Actualmente ATUR estudia la posibilidad de tener allí una habitación acondicionada para recibir pacientes del interior del país.

Logros.

“ATUR se creó para la defensa del paciente trasplantado y para difundir la cultura de la donación y el trasplante en el Uruguay”, señaló Fernández. En esa línea es mucho lo que se ha obtenido a lo largo de estos 20 años.

La práctica del deporte y el ejercicio físico fue uno de los puntapiés iniciales de la asociación. El primer proyecto en el que se trabajó fue la organización de juegos para trasplantados para mostrar la calidad de vida de los pacientes e incentivar a los uruguayos a ser donantes voluntarios (cuando no existía la donación tácita).

“Queríamos demostrar que la persona lograba calidad de vida y una segunda oportunidad”, apuntó Fernández, destacado y premiado atleta que ha representado a Uruguay en el exterior.

Hoy ATUR integra la WTGF (World Transplant Games Federation), el CLAYCOP (Consejo Latinoamericano y del Caribe de organizaciones de pacientes trasplantados y en situación de trasplante) y la recientemente creada Federación Latinoamericana de pacientes en actividad física. Gracias a ello participa de mundiales y competencias internacionales con muy buenos resultados.

Después están los logros estrictamente sanitarios, que son muchos. En 2003 comenzaron a trabajar junto al Banco de Órganos para integrar el Banco Mundial de Donantes de Médula Ósea, que actualmente cuenta con casi 35 millones de donantes vivos y cerca de un millón de cordones umbilicales.

“Si sos un país integrante y tenés un paciente que necesita una médula y no consigue compatibilidad dentro de su país o de su familia, se puede hacer un cruzamiento y tratar de conseguir esas células en otro país”, explicó Fernández. Para ello fue fundamental haber conseguido en 2005 modificar la ley y autorizar la donación interviva no consanguínea, o sea que el donante no tiene por qué ser familiar del paciente.

Otra conquista fue lograr destrabar el trasplante de hígado en Uruguay, que se estaba intentando hacer en el Hospital Militar. Se alcanzó en 2010 y hoy el país va camino a ser referente en América en este tipo de intervenciones.

Además, ATUR ha incidido en los trasplantes renales pediátricos, que habían sido suspendidos en 2017 y que hoy se realizan con normalidad en la Asociación Española. “Ahí trabajamos en conjunto con el Instituto Nacional de Donación y Trasplante (INDT) y el Instituto de Nefrología y Urología del Uruguay”, apuntó Fernández.

Añadió que también han influido en los procesos de diálisis y trasplante apoyando la llegada de nueva tecnología.

Además, desde 2018 ATUR es una comisión de apoyo dentro del INDT, autorizada por el Ministerio de Salud Pública (MSP). “Eso quiere decir que estamos dentro del lugar en el que se procuran los órganos para apoyar, ayudar y hasta acompañar cuando se hacen auditorías para mostrar la calidad de vida de los trasplantados y contribuir a que se mejoren los trasplantes. Eso es inédito en el mundo”, subrayó.

A todo esto hay que sumar la parte social de contención que brinda ATUR, mucha de la cual ha estado presente en la pandemia de la COVID-19 (ver recuadro).

Así se ha construido lo que Fernández ha definido como “el periplo de ATUR, con triunfos y derrotas”. Un camino en el que rescatan lo que los propios médicos de trasplante les han ido inculcando sobre la importancia de continuar siempre hacia adelante.

“Ellos nos dicen que lo que estamos logrando es que, al momento de partir de este mundo, podamos trascender en otra persona y hacer el legado más importante que puede realizar un ser humano, que es desprenderse de sí mismo. Por eso usamos la frase ‘la vida vívela, luego dónala’. Uno tiene que ser responsable de su vida, vivirla a pleno y al partir, si puede donar algo que trascienda en otro, será muy importante”, concluyó Fernández.

ATUR
Son varias las actividades que se realizan durante el año en todo el país.

Acciones inmediatas para la pandemia

“No medimos si la persona es socia o no de ATUR, lo que medimos es si necesita apoyo, ya sea emocional, económico, de traslado… o sea, buscamos soluciones a los problemas”, dijo José Fernández sobre el rol adoptado por la asociación ante la pandemia de la COVID-19.
El presidente de ATUR contó que, ni bien se decretó la emergencia sanitaria, el pasado 13 de marzo, entablaron conversaciones con el Fondo Nacional de Recursos para que la medicación inmunosupresora llegara al domicilio de los pacientes y no tuvieran que ir a buscarla. Para ello se realizó un acuerdo con el laboratorio responsable, el que prefirió no ser nombrado.
Otras de las acciones tuvo que ver con facilitar el traslado de los pacientes a los centros de diálisis. Para ello se instrumentó una aplicación que coordina un sistema de remises y Uber, que también es utilizada por pacientes oncológicos y de múltiples patologías que necesitan no suspender sus tratamientos.
ATUR también estuvo presente en la entrega de canastas alimenticias para los pacientes con dificultades económicas, fueron aportadas por el Estado o por la propia asociación. A esto se sumó conseguir una donación de tapabocas con el laboratorio Libra cuando estos escaseaban en plaza.
Fernández destacó especialmente que con el sistema de delegados departamentales que maneja ATUR se logró monitorear el estado de los pacientes de manera de poder afirmar con orgullo que en lo que va de la pandemia “en Uruguay no ha habido ningún caso de pacientes trasplantados, en diálisis o en lista de espera con COVID-19. En América Latina y el Caribe somos el único país que hemos transcurrido la pandemia sin ese problema”, confirmó.

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