Por años, los investigadores han sospechado que una mala salud bucal, incluyendo la pérdida de dientes, las caries y las encías que sangran, se asocian a un mayor riesgo de tener cáncer pancreático.
Ahora, un estudio respaldado por el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. demostró que existen dos cepas de bacterias que están en la boca de las personas, las que cuando aumentan en cantidad, incrementan entre 50 y 59% el riesgo de desarrollar tumor de páncreas.
Este es el hallazgo principal que hicieron los científicos del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, el que presentaron en la reunión anual de la American Association for Cancer Research, que se realizó la semana pasada en Nueva Orleans.
Esto permitiría hacer un diagnóstico precoz de este tumor, algo muy necesario, ya que es de desarrollo silencioso y cuando empieza a dar síntomas, son muy inespecíficos.
"Nuestro estudio ofrece la primera evidencia directa de que los cambios específicos en la mezcla de microbios que existe en la boca —el llamado microbioma oral— representan un factor de riesgo para cáncer pancreático. En el mismo sentido, influyen una edad avanzada, ser hombre, fumar, ser de raza negra, y tener una historia familiar de la enfermedad", dice Jiyoung Ahn, investigadora y epidemióloga del Departamento de Salud de Poblaciones de la Universidad de Nueva York.
"Estos cambios bacterianos en la boca podrían indicarnos quién tiene un mayor riesgo de desarrollar este tumor". La idea es tomar una muestra bucal de las personas con un enjuague, y estudiar la presencia de los distintos tipos de bacterias e identificar las que representan un mayor riesgo.
A futuro se espera contar con test genéticos baratos y rápidos, para detectar a las personas que están en riesgo de enfermar y ofrecerles tratamientos preventivos. Dos bacterias, la Porphyromonas gingivalis y la Aggregatibacter actinomycetemcomitans son las que generan preocupación. EL MERCURIO/GDA
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