Tecnología

Mientras las personas se confinaron para proteger su salud y aumentó el teletrabajo, sus hogares se los convirtieron en los principales blancos de los ciberataques, según las empresas de seguridad informática.

En abril, la empresa rusa Kaspersky advirtió que desde febrero se registraba un incremento de los ataques y sitios maliciosos. A fines de julio, la firma ESET lanzó otra alarma; esta vez sobre las estafas online.

En este sentido, José Luis López, director ejecutivo de ESET Uruguay, dijo a El País que el miedo y el temor al contagio se convirtieron en un terreno fértil para las estafas en línea y los ciberataques. “No hay una forma de prevenirlo porque siguen siendo rentable; siempre cae alguien”, aseguró.
Y añadió: “Aunque en Uruguay la cuarentena no fue obligatoria, si hubo un aumento del uso de internet en los hogares por el teletrabajo. Eso nos hizo más propensos a creernos un montón de información que puede ser falsa o no e incluso a exponernos a códigos maliciosos que llegaban, por ejemplo, en correos con enlaces que parecían confiables”, explicó.

López indicó que la cantidad de información y la necesidad de conocer más sobre el tema sanitario se convirtió en un riesgo ante potenciales ataques.
“No es que las formas de ataque cambiaron, sino que se adaptaron a las circunstancias que estábamos viviendo”, detalló el especialista.

Datos maquillados, mímicas de aplicaciones especializadas para la pandemia y hasta promesas de que un programa previene y protege contra el virus SARS- CoV-2 son algunos de los ejemplos que señaló el especialista.
Otra de las formas de ataque que se vio durante la pandemia está vinculada con cuentas personales de grandes empresas como Amazon, Paypal, Apple o Netflix. El usuario recibe un correo en el que se advierte que la compra, la tarjeta o la transacción fue rechazada y pide que se ingresen los datos. Muchas veces esos correos parecen haber sido enviados desde sitios oficiales pero, en realidad, son ciberestafas.

En este sentido, López indicó que es fundamental que los usuarios tengan como norma no hacer clic o proporcionar información cuando no se solicitó nada de lo que le dice el correo.

Por otro lado, el experto en seguridad informática advirtió que, a partir de la inclusión financiera y el uso de las bancas online, muchas personas han sido blancos de ataques de lo que parecen ser correos oficiales de sus bancos. “Hay que dudar si llega un correo del banco y solicita algo. Lo que hay que hacer es consultar con la institución, por ejemplo”, agregó.

Durante la pandemia, Lucía recibió un correo en el que el asunto decía una contraseña que utilizaba frecuentemente para sus cuentas en diversos sitios; afortunadamente, se dio cuenta que desde hacía algún tiempo ya no la usaba y desconfió. El mail, enviado por una tal Nanette Valberg, advertía que había infectado su computadora y que tenía videos íntimos de ella que enviaría a todos sus contactos si no pagaba US$ 9.000 en la criptomoneda bitcoins.

Una rápida búsqueda en Google alertó a Lucía de que estaba frente a una estafa.

“Cuando llega un correo de este tipo la única manera de saberlo es informarse pero, lamentablemente, mucha gente le cree más a lo que le recibe por WhatsApp que a su sentido común. Internet es una herramienta que sirve también para saber más sobre ciertos temas”, destacó el director ejecutivo de ESET.

No obstante, el especialista indicó que el grado de sofisticación de este tipo de estafas son las que hacen que el usuario se asuste más. ¿Cómo un estafador tuvo acceso a nuestras contraseñas? En los últimos años han ocurrido varias filtraciones de miles de cuentas y acceder a las contraseñas no es muy difícil. La información aparece en listados públicos.

“Lo importante es tener en cuenta que los sitios, como puede ser el caso de Twitter que sufrió una gran filtración, avisan y solicitan el cambio de contraseña cuando hay una filtración. El cambio se hace a través del propio sitio”, agregó López.