La Nación/GDA
Un avión Airbus A321, de la compañía británica Titan Airways, despegó del aeropuerto Stansted, de Londres, con cuatro cristales seriamente dañados, que aparentemente quedaron así por unas luces de alta potencia que fueron utilizadas durante un evento de filmación el día anterior del viaje, que tenía como destino el aeropuerto de Orlando, Florida. Al momento del incidente, que ocurrió el 4 de octubre, se trasladaba a nueve pasajeros y 11 miembros de la tripulación: tres pilotos, un ingeniero, un capitán y seis tripulantes de cabina.
El desperfecto en los cristales fue descubierto cuando el avión ya había despegado, informaron las autoridades de la compañía aérea mediante un boletín de prensa.
Según la narración oficial de los hechos, los pasajeros se sentaron juntos en medio del avión y, tras el despegue, notaron que el aire era más frío de lo normal y que se escuchaba más ruido. Fue entonces cuando el miembro de la tripulación responsable de la carga caminó hacia la parte trasera de la aeronave y notó que el sello de la ventana izquierda se agitaba con el aire.
“El jefe de carga notificó a la tripulación de cabina y luego se dirigió a la cubierta de vuelo para informar al comandante. En este momento, la aeronave estaba ascendiendo más allá de FL130 (13 mil pies), no había indicaciones anormales en la cabina de vuelo y el sistema de presurización de la aeronave funcionaba con normalidad”, describe el comunicado. Sin embargo, la tripulación decidió detener el ascenso que seguía su curso y reducir la velocidad de la aeronave. Tras inspeccionar las ventanas, marcaron el regreso al aeropuerto Stansted, 36 minutos después del despegue.
“La tripulación de cabina pidió a los pasajeros que permanecieran sentados, que mantuvieran abrochados sus cinturones de seguridad y les recordó el uso de máscaras de oxígeno en caso de ser necesario”, se lee en el boletín. El aterrizaje ocurrió sin incidentes, aseguraron las autoridades. Una vez que tocó tierra, el avión avanzó hasta la plataforma, donde los pasajeros desembarcaron con normalidad.
Cuando la aeronave apagó sus motores, la tripulación la inspeccionó desde el exterior y se dio cuenta de que faltaban dos cristales de las ventanas de la cabina y que un tercero se había desprendido. Pese a ello, “la cabina había quedado presurizada normalmente durante todo el vuelo”.
¿Qué pasó un día antes del vuelo?
Las autoridades del Air Accidents Investigation Branch confirmaron que, un día antes, la aeronave se había utilizado para a una filmación, durante la cual varios reflectores con luces se colocaron sobre las ventanas de la cabina para dar la ilusión de un amanecer: “Las luces se encendieron primero en el lado derecho del avión durante aproximadamente cinco horas y media, con la luz enfocada en las ventanas de la cabina justo detrás del ala de salida”. Lo mismo ocurrió del lado izquierdo durante aproximadamente cuatro horas.
“La investigación de la AAIB continúa con el apoyo de la BEA5, el fabricante de aviones, y el operador de aeronaves para comprender cómo se puede evitar que ocurra un suceso similar de nuevo”, indica el comunicado oficial.