Por Samuel Lima, Nicolás Iory y Guilherme Queiroz, O Globo/GDA
La empresaria Mireylle Fries, de 41 años, una de las víctimas del accidente aéreo en Ubatuba, en la costa brasileña de São Paulo, enfrenta un grave estado de salud en el Hospital Regional de Caraguatatuba, informó este viernes el gobierno estatal.

Su esposo, Bruno Almeida Souza, de 48 años, y sus hijos Ayla y Lucca, de 4 y 6 años, también se encuentran internados en la institución, considerada referencia para casos de mediana y alta complejidad en la región. El Departamento de Salud del Estado afirma que se mantienen estables.

Fueron retirados conscientes de los restos de la aeronave, pero "desorientados", según un informe del Departamento de Bomberos. Luego los llevaron a la Santa Casa de Ubatuba. La mujer habría sido operada de urgencia en el lugar, según la alcaldesa de la ciudad, Flávia Pascoal.

Anoche, los cuatro fueron trasladados al hospital de Caraguatatuba, con el apoyo de un helicóptero de la Policía Militar. Sin embargo, el piloto, Paulo Seghetto, de 55 años, quedó atrapado entre los escombros y no pudo sobrevivir a la tragedia.

La aeronave despegó del aeropuerto municipal de Mineiros, en Goiás, a las 8:54 horas, según el sitio FlightRadar24, e intentó aterrizar en Ubatuba alrededor de las 10:00 horas. El operador del aeropuerto declaró que las condiciones meteorológicas estaban "degradadas, con lluvia y pista mojada".

Los videos que circulan en las redes sociales muestran el momento en que el avión sale de la pista. El avión choca contra la valla del aeropuerto y cruza una concurrida avenida del centro de la ciudad en llamas, hasta detenerse en Praia do Cruzeiro, ya en el mar.

Una peatón, identificada como Rosana Vieira, también fue atendida durante el incidente y tuvo que ser trasladada al hospital, pero se encuentra bien. Intentó huir de la situación y acabó torciendo su pie.

El avión también chocó contra el automóvil del conductor de la aplicación Júlio César Talarico, que en ese momento estaba con un pasajero. No resultaron heridos, y en el parte de la Policía Civil sólo se registraron daños en el capó del vehículo.

Foto: O Globo/GDA.

El avión estrellado en Ubatuba pertenece a una familia que se enriqueció con la producción de soja y la venta de maquinaria agrícola en el municipio de Mineiros, en la región suroeste de Goiás.

Los propietarios del avión están identificados en el Registro Aeronáutico Brasileño (RAB) de la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac). El avión Cessna modelo 525, prefijo PR-GFS, fue fabricado en 2008 y adquirido por los hermanos Nelvo, Celso y Milton Fries en 2010.

Milton, ya fallecido, era el marido de Maria Gertrudes Fries, quien ahora también figura como propietaria de la aeronave, así como de los herederos Mireylle, Crystopher y Leyna, quienes compartían las acciones del patriarca.

Maria Gertrudes figura actualmente como socia de cuatro empresas, entre ellas un holding, dos empresas de producción agrícola y una empresa de maquinaria, adquiridas el año pasado por John Deere. El capital de las empresas declarado a la Hacienda Federal supera los R$ 79 millones.

El avión se encuentra en regla, con un Certificado de Verificación de Aeronavegabilidad (CVA) válido hasta el 3 de septiembre de 2025. Según el registro, tiene capacidad para siete pasajeros, además del piloto, y opera con dos motores a reacción. Simplemente no está autorizado para taxis aéreos.

El piloto fallecido, por su parte, estudió en una escuela de Ribeirão Preto, en el interior de São Paulo, pero comenzó su carrera como copiloto en la empresa Sete Táxi Aéreo, con sede en Goiânia, en 1997, donde trabajaba. durante más de 13 años.

Luego, Seghetto pasó a ser empleado de la ex Passaredo, hoy Voepass, empresa que recientemente estuvo involucrada en otra tragedia en el interior de São Paulo, el accidente de Vinhedo (SP), que terminó con 62 muertos. Sin embargo, desde 2014 el piloto se dedica al servicio de aviación ejecutiva, según publicó en sus redes sociales.

Foto: O Globo/GDA.

La pista del aeropuerto de Ubatuba no sería lo suficientemente larga, en la dirección elegida por el piloto, para aterrizar el modelo accidentado, según datos de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB) y especificaciones del fabricante.

El tamaño total de la pista única del aeropuerto es de 940 metros. Un informe del Departamento de Control del Espacio Aéreo señala, sin embargo, que, en la dirección elegida para el aterrizaje, los 380 metros iniciales no estaban disponibles debido al relieve del tramo.

Quedarían por tanto 560 metros para la maniobra, que aún se desarrolló en condiciones meteorológicas adversas y con la pista mojada. Según Cessna, el fabricante del avión, para un aterrizaje seguro del modelo se necesitarían 789 metros en condiciones normales.

Rede Voa, concesionaria del aeropuerto, afirmó en un comunicado que la indisponibilidad de la parte inicial del "cabecera 09" (que significa dirección playa de la pista) se debe a la geografía del terreno. Si el piloto hubiera entrado por el lado opuesto, llamado 27, habría podido utilizar toda la longitud de la pista, afirma la compañía.

"Sólo el promontorio 09, seleccionado por el piloto, tiene un retranqueo de 380 m debido a la topografía del lugar", afirma la Rede Voa, en nota enviada al informe. "El aeropuerto no cuenta con control de tráfico aéreo debido al bajo movimiento, alrededor de 5 mil movimientos por año".

Según empleados del aeropuerto consultados por O Globo, la llegada de aviones "no necesariamente" tiene una dirección preferencial. En 2018 se produjo un accidente aéreo que dejó diez heridos con un avión que intentaba aterrizar en el umbral 27, es decir, en sentido contrario al accidente de este jueves. La aeronave provenía de Angra dos Reis y se estrelló cerca de la carretera Rio-Santos.

En comparación, la pista principal del aeropuerto de Congonhas, en São Paulo, que tiene capacidad para recibir vuelos comerciales mucho más grandes, tiene 1.940 metros de largo. La pista principal del aeropuerto Santos Dumont, en Río de Janeiro, tiene 1.323 metros de largo.