Bahía Vik: así es el lujo de relajarse junto al mar

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Bahia Vik. Foto: Mariana Malek

Verano 2021

Solo unos metros de dunas separan al hotel Bahía Vik de la playa de José Ignacio y las habitaciones se funden con el paisaje de la costa atlántica.

Sobre la playa La Juanita de José Ignacio, un impresionante complejo deslumbra a los veraneantes. Entre construcciones modernas y un parador playero, Bahía Vik se mimetiza con el paisaje estival.

No en vano el centenario David Rockefeller, la cantante Katy Perry o el actor Alexander Ludwig, son algunas de las figuras que se sabe que se alojaron en el lugar.

Entre el hotel y la playa no hay más que unas dunas pobladas de uñas de gato y desde las habitaciones se ve el mar; así es Bahía Vik.

Fue la belleza natural de Uruguay la que cautivó al empresario noruego, Alexander Vik –hijo de una uruguaya y un noruego– lo que lo llevó a crear sus Vik Retreats que lo pusieron como uno de los mejores del mundo.

En esta temporada 2021, Estancia Vik y Playa Vik están destinados a estancias especiales y grupales, por lo que el Bahía Vik lo está al trabajo de hotel. No obstante, los servicios que ofrece Estancia, como las cabalgatas y entrenamientos de polo se ofrecen para el público en general.

Junto al edificio principal está el pabellón donde todas las mañanas a las 10:30 horas decenas de personas se juntan para practicar yoga frente al mar. Es un servicio que no solo se ofrece a los hospedados en el hotel, sino que es abierto al público.

Bahia Vik. Foto: Mariana Malek
Bahia Vik. Foto: Mariana Malek

Más allá del pabellón está La Susana. El parador lleva su nombre en homenaje a la madre uruguaya de Alexander Vik, Susana Onetto. Con los pies en la arena, los comensales pueden elegir una variada carta que incluye entre sus especialidades pulpo, salmón a las brasas y ensaladas especiales; además, en materia de postres, innova con productos como mousse de banana con dulce de leche o un postre hecho a base de café.

A causa de la pandemia por coronavirus, Zodiaco, el restaurante que está dentro del hotel, únicamente sirve el desayuno y La Susana se encarga de los almuerzos y meriendas con un horario que va hasta el atardecer, pero sin cenas.

Bahia Vik. Foto: Mariana Malek
Bahia Vik. Foto: Mariana Malek

En Bahía Vik las cosas funcionan de manera familiar. Sus empleados prácticamente no necesitan consultar en qué habitación se queda el huésped. Dentro del edificio principal hay 10 habitaciones, casi todas dispuestas de cara a un gran patio central. Además, tiene 15 bungalows de dos y tres habitaciones, cada una equipada de manera individual rústica, que recurre al trabajo de artistas nacionales y se vale de elementos como la lana, la madera y la piedra. Los baños siguen ese concepto: incluyen bañeras y duchas de aspecto rústico. Los productos de belleza de cortesía son formulados a base de yerba mate y té verde.

Grandes ventanales y un deck con butacas coronan cada habitación, lo que da aire y privacidad a cada estancia.

Una de las curiosidades de Vik es que los dormitorios no tienen televisor. Para eso, hay un salón de juegos en el edificio principal con tele, juegos de mesa y futbolito.

Bahia Vik. Foto: Mariana Malek
Bahia Vik. Foto: Mariana Malek

Las piscinas están ubicadas estratégicamente alrededor del edificio principal, con diferentes profundidades y armonizan con el ambiente. Desde allí, el atardecer cuenta con una perspectiva privilegiada, dado que están en la altura de la duna y sin ningún edificio que corte la vista hacia el oeste.

Bahia Vik. Foto: Mariana Malek
Bahia Vik. Foto: Mariana Malek

Conocer a un nuevo público

Hasta hace poco Vik era un misterio para los uruguayos. Con tres ubicaciones: Estancia, Playa y Bahía Vik, el 70% de sus alojados provenían de Estados Unidos y Europa, mientras que el restante 30% provenía de Argentina y Brasil.

Según Tomás Laura, gerente general de Vik, en los meses de octubre y noviembre muchos uruguayos descubrieron el emprendimiento; sin embargo, la tendencia bajó para el mes de diciembre.

El gerente general de VIK Retreats, Maximiliano Broquen, agregó que el “nivel de consumo” de los uruguayos sorprendió en los primeros meses de la primavera. “Creo que la gran oportunidad que nos dio el coronavirus es que nos descubran los uruguayos y me parece que es importante. Vik es mucho más reconocido afuera que adentro y esta bueno que sepan que estamos”, indicó Broquen a El País.

De acuerdo con Tomás Laura, lo que más impacta al público es “cómo está enmarcado el hotel en la naturaleza”.

El chef ejecutivo de Zodiaco y La Susana, Marcelo Betancourt, indicó que adaptarse a la realidad de la pandemia fue un desafío. El desayuno en el hotel, por ejemplo, que era uno de los productos estrella, llevó un tiempo de adaptación y finalmente se resolvió prepararlo a la carta.

Arte y arquitectura
Bahia Vik. Foto: Mariana Malek

 El área del living y del restaurante del edificio principal del hotel impacta por su bóveda decorada con un mural que representa los signos del zodiaco. La obra fue realizada por el artista y colorista uruguayo Carlos Musso.

La arquitectura de Bahía Vik y La Susana estuvo a cargo de Marcelo Daglio. Los edificios no relegan confort para adaptarse con el entorno natural ni tampoco desentonan con él. Construidos de cara al mar, en casi todos sus ventanales se ve el océano Atlántico.

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