CIENCIA
La especie introducida por Anchorena en 1927 ahora domina casi todo el territorio; expertos analizan impactos negativos
Otra vez Aarón de Anchorena. No solo fue el responsable de introducir al jabalí en Uruguay sino también al ciervo axis (Axis axis) en 1927. Lo hizo como objeto de caza sin saber que estaba tratando con dos de las especies exóticas más dañinas del mundo. ¿Pero con esa pinta de tierno? Sí, el que recuerda a Bambi (el personaje de Disney es un venado de cola blanca) tiene una elevada capacidad de invasión, compite en forma ventajosa con los ciervos nativos e incluye los cultivos en su dieta. La lista de sus efectos negativos en la biodiversidad es larga y, al igual que sucede con el jabalí y otras especies introducidas, se desconoce su dimensión en el territorio y, según expertos, no se tienen medidas de control adecuadas.
Alexandra Cravino, Enrique González, Juan Martínez-Lanfranco y Pablo González son los autores del capítulo “Situación actual y perspectivas de investigación y manejo del ciervo axis en Uruguay” incluido en el reciente libro Especies exóticas invasoras de Uruguay: distribución, impactos ambientales y estrategias de gestión. Allí exhortan a cuantificar su expansión y evaluar los impactos y el uso cinegético de la especie para evitar lo que González cree que es cuestión de tiempo: “Se va a expandir por todo el país; lo único que le falta es subir a la Cuchilla Grande”.
De la estancia de Anchorena (Colonia) se realizaron tres traslocaciones: hacia el Parque Nacional Santa Teresa (Rocha), hacia el coto Rincón de los Matreros (Treinta y Tres) y hacia La Bacana (Florida). González, quien elaboró mapas de distribución de la especie en 2001 y 2010 y contribuyó con el de 2019, relató así lo que ha sucedido: “Es como una mancha de un líquido que se derrama pero que en este caso sigue corredores ecológicos y responde, asimismo, a la existencia de los focos secundarios”.
Para el análisis de la distribución actual, los expertos recurrieron a datos de las colecciones científicas nacionales (del Museo Nacional de Historia Naturaly de la Facultad de Ciencias), del Inventario Forestal Nacional y de monitoreos de cámaras trampa. Con todo se da cuenta de 349 registros en los 19 departamentos, con mayor concentración en el litoral oeste, particularmente hacia el norte. El departamento con el mayor número de registros fue Artigas (74), seguido por Salto (61), Paysandú (50), Río Negro (42), San José (30) y Flores (25). “Se han ido extendiendo por el valle del río Uruguay por los ríos Negro, Queguay, Daymán, Arapey y Cuareim que los fue arrimando a Brasil y ahora se han desparramado por el norte. Un día la mancha donde aun no se registra la especie se va a cerrar”, señaló González. No es una buena noticia.
Tierno a la vista pero problemático.
No hay que dejarse engañar por su aspecto tierno, el ciervo axis deja un rastro de problemas a su paso. Uno de los impactos, probablemente, es el detrimento de la población de ciervos autóctonos como el guazubirá y tal vez el venado de campo.
“Puede competir con el guazuvirá dentro del monte porque es una especie más grande, más agresiva y con defensas mucho más importantes”, explicó el mastozoólogo Enrique González a El País.
En varios países donde el ciervo axis fue introducido, se han constatado en forma recurrente evidencias de pérdida general de diversidad de plantas y animales, daños a cultivos agrícolas y forestales, destrucción de sotobosque, erosión del suelo, daños directos a flora leñosa (por raspado de la corteza, por ejemplo) y competencia con los herbívoros nativos y el ganado, siendo además transmisor de parásitos y patógenos.
Desde el punto de vista sanitario, si bien no hay investigaciones a nivel nacional, este ciervo es potencial portador y transmisor de tuberculosis y de enfermedades transmitidas por las garrapatas tanto a especies nativas como a animales de producción.
En Uruguay, sin embargo, no se han realizado investigaciones dirigidas a evaluar los impactos provocados por la especie, salvo observaciones aisladas.
¿Controles?
¿Qué podría controlar la población? La caza es la única estrategia a juicio de los expertos que puede tener algún efecto sobre la especie. Eso sí, la caza debe hacerse con base en estudios ecológicos. “Esta es una invasión”, apuntó González. El experto descarta la medida de esterilización porque requiere de logística, presupuesto y coordinación.
Su caza estaba regulada por el decreto 164/996 que permite abatir en cualquier momento del año hasta cinco ejemplares y trasladar un máximo de tres por persona durante 15 días consecutivos desde la emisión del permiso por concepto de caza deportiva (aproximadamente 180 en los últimos 10 años; mientras que se han emitido cinco para caza de control). Con el cambio de normativa, ahora se permiten cinco ejemplares machos y cinco hembras y el permiso dura 365 días.
Ejemplares rojizos con manchas blancas.
El axis o gacelo es un ciervo de porte mediano, que alcanza 1,5 metros de longitud y 90 centímetros de altura a la cruz, con cola corta de hasta 20 centímetros y con un peso aproximado para los machos adultos de entre 80 y 95 kilos. Presenta pelaje de coloración rojizo-amarronado, con el cuerpo y el cuello ventralmente blancos.
A lo largo de todo su ciclo de vida tanto machos como hembras presentan manchas blancas en los flancos y una línea dorsal negruzca punteada de blanco. Únicamente los machos presentan astas ramificadas con tres puntas de hasta 90 centímetros de largo, las cuales cambian anualmente y aumentan de tamaño con la edad.
La especie es herbívora y se alimenta principalmente de gramíneas, pero incluye en su dieta hojas, frutos, cortezas, raíces e incluso cultivos agrícolas.
Alcanza rápidamente la madurez sexual y se reproduce a lo largo de todo el año.
Este régimen es diferente al correspondiente al jabalí a pesar de que se trata también de una especie exótica invasora conflictiva. La respuesta, a juicio de González, es que el ciervo axis tiene carisma y el otro es un chancho no agraciado; no hay una respuesta científica que justifique la discrepancia. “Hay una carga aparentemente subjetiva en la diferenciación legal entre el jabalí y el axis”, afirmó.
A pesar de la legislación vigente, los axis son cazados en forma furtiva en muchas partes del territorio. Se buscan machos adultos, con astas de gran porte, que sirven como trofeo; o también por la carne y ahí no se seleccionan ejemplares. La eventual selectividad puede provocar efectos contrarios a los deseables, incluyendo aumentos poblacionales. “Si uno hace cosas en la naturaleza y no las evalúa, son palos de ciego”, dijo.