Por Analía Filosi
"En el cáncer de pulmón la enfermedad es muy agresiva, resiste mucho la quimioterapia y la radiación, y siempre vuelve y vuelve”, señaló Jorge Pascual, médico neumólogo, sobre el cáncer que se mantiene segundo en la lista de los que más muertes provoca. En el caso de las mujeres, está detrás del cáncer de mama, y en los hombres, del cáncer de próstata.
El director médico ejecutivo para las Américas de Clínica Mayo señaló a El País que para él “lo más importante es el diagnóstico: ver qué cáncer es, de qué tipo y cuán diseminado está, y con esa información derivamos al paciente al cirujano o a radioterapia o a quimioterapia o a los tres”.
En tal sentido, hay varias formas de diagnosticar el cáncer de pulmón. Lo primero que hay que saber es que en general se disemina de los pulmones a los ganglios y de allí puede derivar a cualquier lado.
“En este momento la prueba de elección es el PET (tomografía de emisión de positrones) que mide la actividad metabólica. Es más útil cuando el resultado es negativo que cuando es positivo, porque si es positivo puede ser cáncer o puede ser una infección o una inflamación. Entonces lo que importa es el estadío”, explicó Pascual.
El problema que tiene la tomografía es que se aplica mucha radiación –“como 80 capas”, dijo–, así que se desarrolló una tomografía con baja energía que se puede hacer todos los años. Otra contra es que solo se puede utilizar en gente que ha fumado más de una cajilla por día durante por lo menos 15 años y si dejó de fumar tiene que haberlo hecho hace 20 años; si lo hizo hace 30 años no sirve.
“El tamizaje de pulmón ahora es un gran programa en los Estados Unidos”, apuntó.
El especialista destacó que el mayor avance con el que se cuenta hoy en día es que se puede estudiar la genética del cáncer y analizar las mutaciones, que son las que por lo general provocan la enfermedad.
“Para varias de esas mutaciones hemos desarrollado inmunoterapia. Básicamente lo que uno hace es crear un anticuerpo que ataca las células cancerosas y las destruye. Las únicas desventajas de la inmunoterapia son: primero, que puede provocar reacciones importantes en el organismo, nada viene gratis, y segundo, que el paciente la tiene que seguir recibiendo el resto de su vida porque las células cancerosas siempre van a estar por allí y la inmunoterapia garantiza que el cáncer va a quedar más o menos controlado”, detalló Pascual.
También puede ocurrir que si hay dos mutaciones, el cáncer puede responder al primer agente de inmunoterapia y luego reaparecer, por lo que ahí hay que comenzar un segundo tratamiento. “Es como las infecciones, en las que a veces los microbios resisten”, apuntó el neumólogo.
Pascual indicó que para el diagnóstico se están desarrollando algunos marcadores con muestras sanguíneas, pero todavía no están disponibles. La idea es poder realizar el diagnóstico líquido para tumores sólidos y que en el futuro se realice un examen de sangre anual para encontrar el cáncer cuando el tumor es tan pequeño que no se ve.
Las causas
“Ahora estamos viendo muchos pacientes que no fuman y aún así tienen cáncer, especialmente mujeres de 40 años”, indicó Pascual sobre la creencia que existía hasta el momento de que el cáncer de pulmón se debía al tabaquismo.
Si bien admitió que el 90% sigue respondiendo al tabaquismo, ahora se sabe que también interviene la genética. “La persona tiene alteraciones genéticas que la predisponen a la enfermedad y ese es el tipo de cáncer para el que tenemos la inmunoterapia como tratamiento”, comentó.
Otra de las causas que se conocieron más recientemente es la inhalación de humo dentro de ambientes cerrados, especialmente por la quema de estiércol.
“La gente desarrolla bronquitis crónica, enfisema y cáncer”, indicó.
Esto se constató sobre todo en China, país en el que se cocina dentro de las casas sin buena ventilación. “En este país hubo un crecimiento importante del cáncer de pulmón no por el tabaquismo sino por la inhalación de humo”, apuntó Pascual.
El especialista aclaró que siempre se trata de humo dentro de la vivienda, no hay que temer por los asados que hacen los uruguayos porque son al aire libre y el viento vuela las emanaciones. “Las sustancias químicas, cancerígenas están en el humo y al concentrarse en interiores es lo que lo hace peligroso”, acotó.
También se menciona como posible causa del cáncer la contaminación, pero eso no está comprobado.
“La única manera para demostrarlo es que tuviéramos dos poblaciones, una que viva en la ciudad y otra en un área rural, con las mismas edades y la misma cantidad de fumadores, y seguirlas durante 10 años. Es un estudio de largo aliento y uno o dos años no es suficiente para demostrarlo”, explicó Pascual.
Lo que sí está ampliamente comprobado es la relación cigarrillos-cáncer de pulmón.
“Durante décadas la industria tabacalera negó el vínculo. Llevó mucho tiempo probarlo, finalmente se logró y aún así la gente sigue fumando”, se lamentó el neumólogo.
En cuanto al vapeo aclaró que no existe ninguna prueba de que pueda provocar cáncer. “Lo que sabemos es que puede producir asma o bronquitis crónica y que daña o irrita los pulmones de la misma forma que los cigarrillos. La gente siempre está como si estuviera en un ataque de asma, ese es el problema del vapeo”, detalló.
Agregó que también persiste el debate en cuanto a si ser fumador pasivo favorece la aparición del cáncer. “Mis padres fumaban como chimeneas y yo miraba televisión al lado de ellos”, apuntó el médico como un ejemplo que haría dudar sobre una relación directa con la enfermedad.
Terapia
“Cada vez tenemos más tratamientos para ofrecer”, anunció como buena noticia Pascual en lo que refiere al abordaje de la enfermedad.
“Por ejemplo, si alguien tiene un cáncer en la tráquea podemos utilizar un láser. Es una lámpara de láser que introducimos, inyectamos un poco de contraste por el catéter y el exceso de luz, en combinación con lo que inyectamos, cura el cáncer. Tal vez no sea definitivo, pero reduce mucho la carga de la enfermedad y le permite a la gente vivir más tiempo”, explicó.
Otro procedimiento es el uso de la radiofrecuencia para personas muy frágiles, caso de pacientes muy añosos, con mucha comorbilidad o con muchos cánceres. “Pasamos una pequeña aguja, freímos el tumor y eso ayuda. Los tumores pequeños, en gente que no es pasible de cirugía, se pueden tratar con radiación local o con ablación por radiofrecuencia”, indicó a El País.
Otro avance son las células Car-T, nueva forma de inmunoterapia que lo que hace es tomar algunos leucocitos –glóbulos sanguíneos–, programarlos por ingeniería para atacar el cáncer y volverlos a inyectar.
“Lo hemos estado usando para leucemias, para linfomas y para mieloma múltiple. Son todos cánceres hematológicos, pero se está haciendo mucha investigación para tratar también cáncer de órganos sólidos, como por ejemplo hígado y pulmón”, detalló el especialista. Agregó que probablemente esto sea el futuro.
“Es el propio sistema inmune el que ataca el cáncer. Por ahora se usa en pacientes en los que fracasaron tres quimioterapias, pero se está tratando de que sea la segunda opción. Para el cáncer de pulmón es muy promisorio y en los tumores cerebrales se está utilizando también”, apuntó.
La enfermedad en Uruguay
El cáncer de pulmón es uno de los cánceres más comunes en el mundo, también en Uruguay, donde ocupa el primer lugar.
En nuestro país se diagnostican aproximadamente 1.300 nuevos casos y fallecen unos 1.200 pacientes por año.
La similitud entre cifras de incidencia y de mortalidad refleja el franco predominio de pacientes que se diagnostican en etapa tardía, y de pronóstico pobre
(Fondo Nacional de Recursos)