ENTREVISTA
Para Matilde Rusticucci, experta en clima y autora de los informes del IPCC, la solución al cambio climático proviene de la voluntad política y todavía “hay chance” de revertir algunos impactos.
Durante mucho tiempo a Matilde Rusticucci le dejaban sobres anónimos en la facultad. Adentro había recortes de noticias viejas que le daban a entender que lo que pregonaba siempre había existido y que no era para preocuparse. ¿Qué pensará esa persona ahora?
Para esta doctora en Ciencias de la Atmósfera, profesora de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y autora de los informes del Panel Intergubernamental sobre cambio climático (IPCC), “casi nadie” puede ir en contra ahora de la evidencia: el cambio climático, causado “indudablemente” por la actividad humana, ha llevado al mundo a su periodo más cálido en 2.000 años, y tendrá efectos irreversibles durante milenios.
—El nuevo informe del IPCC advierte que ya hay efectos irreversibles en el planeta por el cambio climático y ratifica la responsabilidad humana. ¿Qué chances tiene la humanidad de reparar lo que está rompiendo?
—Siempre hay chance. Claramente los estudios muestran que es el humano el que intervino en el planeta y que produjo ese calentamiento y ese impacto general en el clima y en varios sectores debido a la emisión de gases de efecto invernadero. Conociendo cuál es el problema es que podemos decir qué es lo que se puede hacer para revertirlo. Revertir es un poco difícil en algunos aspectos pero sí se pueden ralentizar esos cambios tan acelerados que se están produciendo en algunos sistemas. Y hay opciones. Una es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La solución es siempre la misma. Lo que pasa es que implica cambios en el uso de energía, cambios en la producción agrícola para generar menos metano y cambios en el estilo de vida y de alimentación.
—¿Podemos tomar las conclusiones del informe como la última advertencia?
—En algunos aspectos es una última advertencia. Ya no queda casi gente que pueda decir que esto es natural porque está recontra probado y esto no es de ahora. Es el sexto informe. El cuarto informe del IPCC ya decía que el calentamiento era inequívoco. Fue cuando ganamos el Premio Nobel de la Paz. Lo que sucede es que pasaron 14 años y seguimos con los mismos resultados cada vez más detallados y con más certezas.
—¿Cuáles son los procesos ya irreversibles y cuáles son los que se pueden ralentizar?
—Por ejemplo, es más difícil que vos puedas recuperar los hielos que se están derritiendo porque eso tiene un proceso mucho más lento. O el aumento del nivel del mar. Este se va a seguir produciendo con el tiempo porque el océano acumuló un montón de energía y un montón de calor. Va a seguir aumentando aunque dejáramos de emitir gases de efecto invernadero. Pero sí podemos frenar el gran impacto que produce el cambio climático en la aparición de eventos extremos. Un evento extremo de precipitación, por ejemplo, que sabemos que cada vez es más frecuente y será cada vez más frecuente, inclusive en aquellas áreas donde el total de precipitaciones disminuirá con el tiempo. Este no es el caso de Uruguay y el sudeste de Argentina. Estamos en una región en la que la precipitación total va a aumentar significativamente y los extremos de precipitación van a aumentar significativamente. Esos extremos que cada vez están siendo más frecuentes, como las olas de calor, pueden ralentizarse. Ahí se puede tener un efecto más rápido, pero para eso hay que bajar las emisiones de efecto invernadero.
—Tenemos a favor que se consiguieron cambios positivos en el agujero de ozono.
—El agujero de ozono fue un problema que apareció por los años 80 e inmediatamente se hizo un acuerdo internacional porque se encontró cuál era la causa: los clorofluorocarburos. Este gas rompía la molécula de ozono y se reemplazó por otro. Eso hizo que con el tiempo, lentamente, se reconstruyera el agujero de ozono. Entonces hay opciones, hay conocimiento. La ciencia está avanzada en este tema desde hace años. Con este informe estamos refrendando que la ciencia sabe lo que se puede hacer y que la solución es, obviamente, política.
—Del Premio Nobel en 2007 a ahora, ¿ve más voluntad política?
—Cada vez más, aunque depende del país. Los gobiernos no pueden negar el problema. Eso está claro. Lentamente, más lentamente de lo que uno quisiera, se están tomando más medidas. Claramente sí se está tomando más conciencia. Ayer leía un artículo que decía que China ya está buscando la solución. Por un lado, son muy contaminadores, pero la solución tiene que venir por ahí. ¿Por qué no dejan de contaminar? Porque toda su economía está basada en una forma de utilizar la energía que es muy contaminante. Entonces no van a frenar la economía de golpe para dejar de emitir. Pero, por otro lado, están buscando la solución. Y es muy probable que la solución venga por una decisión política. EE.UU. y Europa ya llegaron a un máximo de contaminación y ya están bajando.
—¿La pandemia fue una tregua?
—En el cambio climático nada. Seguimos emitiendo la misma cantidad de contaminación. El nivel de emisiones fue el mismo. No se vio un impacto. Sí al principio de todo en los niveles de contaminación de las ciudades pero no a la larga. El sistema tiene una inercia. Los cambios no son inmediatos. Y fueron muy locales. Vimos hermosas imágenes de aguas más claras con peces nadando pero duró poco.
—El jueves presentará un estudio sobre las temperaturas máximas en el sur de América en las XI Jornadas Geociencias. ¿Cuáles son las principales conclusiones?
—Estudiamos el comportamiento de la temperatura extrema: aquellas máximas más altas de lo normal y las mínimas más altas o más bajas de lo normal. Estudiamos cuánto de ese cambio observado puede ser atribuible a la acción del hombre. Cuando vos estudiás la evolución de las temperaturas tenés dos componentes. Uno que es natural, porque naturalmente el clima tiene una variabilidad. Naturalmente un verano puede ser más caliente que otro. Y el otro es por la acción del hombre. En toda la zona patagónica casi todas las temperaturas extremas tienen una mayor responsabilidad antropogénica. Esto quiere decir que por la acción del hombre, los gases de efecto invernadero produjeron un desequilibrio. En todas regiones estudiadas (incluido el territorio uruguayo) la temperatura va a seguir aumentando y las temperaturas mínimas van a ser más cálidas.