Hay que caminar, un paso detrás del otro, sin prisa, hasta encontrar un ritmo propio, la velocidad exacta en la que el cuerpo empieza a avanzar solo, en el que todo parece detenerse. Hay que avanzar, pero también hay que mirar, descubrir lo que hay alrededor, prestar atención a lo que no se conoce, a lo que a simple vista no se ve. Sentir el aire, el verde, el cielo, dejar de pensar. Entonces, quizás, se comprendan algunas cosas.

Caminar en la naturaleza tiene varios beneficios: conectarse con el entorno, disminuir el estrés, generar el hábito del ejercicio y nuevas amistades entre quienes caminen con nosotros, desconectarse, olvidarse de la rutina y, sobre todo, poner en perspectiva ciertos temas.

Dicen que una vez que se empieza a practicar senderismo o trekking (la diferencia entre los términos está en el tipo de camino que se elija) nunca más se deja de hacerlo. Dicen que uno siempre quiere más -más distancia, más lugares, más experiencias, más aventuras-, porque, una vez que se logra el hábito, después, lo que se logra caminando se puede aplicar en la vida de todos los días.

La pandemia, dicen desde Adventure Club Uruguay, fue un punto de quiebre para actividades al aire libre como trekking o senderismo. De hecho, el emprendimiento que crearon Daniel Guacci, profesor de educación física, Enrique Goméz, contador y “filósofo” y Nicolás Davyt, informático, surgió a raíz de la necesidad de Daniel de realizar salidas en grupos reducidos con sus alumnos del gimnasio cuando no pudieron seguir con las clases.

Los tres son amigos y apasionados por las carreras de aventura, algo que hacen juntos desde 2005. Cuando Daniel empezó con esas primeras caminatas con grupos muy pequeños, llamó a Nicolás y a Enrique para armar un proyecto en conjunto. La idea era llevar el deporte que tanto les gusta a personas que tal vez no lo conocieran o no lo practican, sacarlo del círculo de los deportistas para hacerlo más accesible y que pudiera llegar a todos. Esa sigue siendo la meta aún hoy.

Foto: gentileza Adventure Club

“Es una iniciativa para motivar a las personas a realizar al menos una aventura al aire libre
por mes (trekking, kayak, mountainbike, rappel) con el objetivo de mejorar su calidad de vida. Invitarlas a salir de su rutina, a compartir, a vivir experiencias que dejen enseñanzas, a desconectarse del día a día, a conectarse con la naturaleza”, cuentan.

En el caso de Inti Aventura, fundada por Sebastián Ferreira e Ignacio Lateulade, también surgió hace unos cincos años, aunque ellos, profesores de educación física, venían realizando actividades de aventura desde hace por lo menos 12 años.

Coinciden, tanto desde Inti como desde Adventure Club, en que Uruguay tiene varios sitios para practicar la actividad. Y, además, creen que cada vez más personas quieren salir a caminar por la naturaleza o practicar actividades y deportes que tengan que ver con conectar con el entorno.

“De los lugares más lindos del Uruguay es el Valle del Lunarejo, porque tiene un ecosistema que no lo vas a ver en ningún otro lado de Uruguay. Allí tienen trekkings para hacer en el día, uno de dos días, ahora están implementando uno largo, de cuatro, cinco, seis días. El Valle tiene la cascada más grande Uruguay, una vegetación increíble, me parece un gran lugar para practicar estas actividades”, dice Sebastián, de Inti.

Ubicado sobre la cuchilla de Haedo, en el departamento de Rivera, tiene una riqueza de flora y fauna que no se encuentra en ningún otro sitio del país. Además, es un sitio con una gran riqueza geológica y una historia muy rica, porque se encuentra muy próximo al sitio donde sucedió la Batalla de Masoller, el último enfrentamiento civil de Uruguay.

Además de caminar por el medio del monte, se puede conocer las cascadas Pindo y Contacto, el arroyo Lunarejo, y la Laguna de las Yeguas.

Entre los mejores sitios para realizar trekking o actividades de aventura que elige Sebastián también está la Quebrada de los Cuervos y Sierras del Yerbal, a 45 kilómetros de la ciudad de Treinta y Tres, el primer sitio en ser nombrado como Área Nacional Protegida, hábitat del 70 por ciento de las especies vegetales autóctonas y de más de 100 especies de aves.

Además, elige el Cerro Arequita, a 10 kilómetros de la ciudad de Minas, y el Salto del Penitente, también en Lavalleja, “buenos destinos para actividades de turismo aventura, de cuerdas, rappel, escalada, tirolesa”.

Desde Adventure Club, además del trekking por la Quebrada de los Cuervos, mencionan otras rutas: el trekking de los cuatro cerros por la Sierra de las Ánimas Cerros en la sierra de las Ánimas, que incluye el cerro Cimarrón, cerro Vichadero, el cerro Dos Hermanos y el tercer cerro más alto de uruguay, el cerro Tupambaé, que tiene 469 metros sobre el nivel del mar. A ese suman el trekking en la Cuchilla de Laureles, en el departamento de Tacuarembó, o el que va de Cabo Polonio a Valizas, en Rocha.