El carnívoro gigante de Tacuarembó: el torvosaurus

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CIENCIA

Dientes encontrados en una cantera apuntan a los torvosaurus, un dinosaurio que hasta ahora no se había visto en Sudamérica

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El hallazgo ocurrió en 2016 en una cantera ubicada en la ciudad de Tacuarembó, cerca de la Laguna de las Lavanderas. Allí aparecieron unos 20 dientes; algunos estaban completos y otros, rotos en pedazos. Medían entre siete y ocho centímetros con un dentículo por milímetro. “Para un dinosaurio carnívoro es un disparate. Ni siquiera el tiranosaurio rex tenía un dentículo tan grande”, contó Matías Soto sobre las piezas. El dinosaurio popularizado por el cine y la televisión tenía dos dentículos por milímetro.
Antes se habían encontrado objetos similares y fragmentadas cerca del cerro Batoví (a 25 kilómetros) y en Valle Edén (a 23 kilómetros) que habían llamado la atención pero no habían permitido avanzar en su estudio.

Desde entonces, el investigador del Instituto de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República los ha estudiado con rigurosa meticulosidad y ha llegado a una conclusión: “Proponemos que es un dinosaurio que hasta ahora no se conocía en Uruguay ni en Sudamérica ni en el hemisferio sur”.

Los dientes pertenecerían a torvosaurus –que significa “reptil salvaje”–, unos dinosaurios que habitaban lo que hoy es Tacuarembó hace 150 millones de años, a finales del período jurásico, cuando el paisaje estaba cubierto por dunas y algo de vegetación y los ríos eran el hogar de tiburones, celacantos, peces ganoides, tortugas y cocodrilos; mientras que por los cielos volaban los pterodáctilos.

Hasta ahora, solo se habían encontrado fósiles de torvosaurus en Estados Unidos y Portugal; sin contar unos restos en Tanzania que no han podido ser confirmados.

Una revista científica está revisando el trabajo de Soto. De comprobarse, el torvosaurus se convertiría en el carnívoro terrestre más grande de todo el territorio uruguayo.

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Los dientes que se encontraron en Tacuarembó miden entre siete y ocho centímetros con un dentículo por milímetro

Un animal largo como dos autos

Se estima que los torvosaurus eran unas bestias de entre 10 y 12 metros de largo. Para calcular el tamaño del reptil que pudo haber dejado sus dientes en Tacuarembó, Soto proyectó la medida a partir del diente más grande. Así concluyó que el dinosaurio en cuestión tenía un cráneo de un metro de largo y medía, de punta a punta, unos ocho metros. “Dos autos atrás del otro”, ilustró. Y apuntó: “Por eso decimos que es el carnívoro terrestre más grande de todo el territorio uruguayo”.

Los dientes son llamativos no solo por su tamaño, sino por otras características. Para empezar, tienen un borde aserrado. El grueso de los dentículos les da la apariencia de “un cierre”. Así lo explicó Soto: “Si se miran de frente, parecen un cuchillo. Eso no pasa con el tiranosaurio”. Y, además, los dientes tienen textura: unas pequeñas estrías recorren toda la superficie.

“Los comparamos con dientes de todo el mundo y concluimos que los más parecidos eran los del torvosaurus”, afirmó el paleontólogo.

Para dar más evidencia, Soto realizó un árbol genealógico –que no fue incluido en el paper presentado en la revista especializada– que también arrojó que la vinculación más probable es que los dientes hayan pertenecido a los torvosaurus luego de examinar 174 caracteres. Se cumple la mayoría.

Fósiles de peces celacantos y ganoides

Si bien Uruguay posee materiales mucho más escasos y fragmentarios que los países vecinos, los expertos han encontrado piezas en varios departamentos: Formación Tacuarembó, con una edad de unos 150-130 millones de años; y las formaciones de Guichón, Mercedes y Asencio, con una edad de unos 85-65 millones de años. En Tacuarembó, por ejemplo, rocas sedimentarias, de la era Mesozoica, han aportado los restos de los dinosaurios más antiguos del país. El paleontólogo Matías Soto indicó que actualmente se encuentran en Tacuarembó huesos de cráneo de celacantos, peces que se creían extinguidos hasta que en la década de 1930 se encontraron ejemplares vivos en el océano Índico. “Son muy numerosos en la cantera de donde salieron los dientes de carnívoros; aparecen huesos completos y casi articulados. Los de Uruguay medían hasta dos metros de largo”, explicó. Los fósiles más abundantes en Tacuarembó “son escamas de peces ganoides”.

“La otra posibilidad es que nos digan que no y que haya que poner un nombre nuevo (al dinosaurio); es algo que a uno le tienta. Aunque quizás no lo aprueban solo en base a dientes. Pero las posibilidades son buenas”, dijo a El País.

¿Y qué comían estos animales? “A un bicho de este tamaño no lo arreglás con peces”, señaló el experto. Es probable que su menú incluyera a los dinosaurios más conocidos en el país: los saurópodos. Estos eran los herbívoros de grandes dimensiones que dejaron sus huellas en Cuchilla del Ombú, una localidad ubicada a 30 kilómetros de la cantera donde aparecieron los dientes de los supuestos torvosaurus. Una señal de que eran uno de los platillos es que los dientes examinados por el paleontólogo están rotos en la parte superior “como si hubieran mordido hueso”.

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Los dientes son llamativos no solo por su tamaño, sino por otras características. Para empezar, tienen un borde aserrado

¿De dónde vienen?

Hasta ahora se había seguido el rastro del torvosaurus en Estados Unidos y Portugal. De confirmarse su presencia en Uruguay y su vínculo con los fósiles no identificados de Tanzania, el trabajo de Matías Soto “duplicaría su distribución” en el mundo. “Lo hacemos saltar” de continente a continente, ilustró el investigador del Instituto de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República.

Pero ese salto sobre los océanos solo ocurre en el presente. Hace 180 millones de años, a mediados del período jurásico, existía un supercontinente llamado Pangea por lo que todo estaba más cerca. “En algún lugar se originó la familia de los megalosaurus. No tenían grandes barreras. No había montañas; a lo sumo, algún desierto. Por eso no es raro que los encuentres en estos lugares”, explicó el paleontólogo.

Hasta ahora, se creía que estos grandes carnívoros habían aparecido en la actual Europa porque allí aparecían sus fósiles, pero ahora se tiene evidencia de que pueden haberlo hecho en otro lugar. ¿Por qué no en las tierras de Gardel?

La cantera del hallazgo quedó “revuelta y tapada”

El paleontólogo Matías Soto continúa buscando huesos en la zona que den más evidencia de que los torvosaurus pisaron Tacuarembó. Una porción de un cráneo sería lo ideal.

No obstante, será difícil rescatar más fósiles de la misma cantera donde encontró los dientes, puesto que unas retroexcavadoras arruinaron parte del lugar.

“Quedó casi todo destruido, revuelto y tapado. Si volvemos ahí, no va a ser lo mismo que antes. Hay que remover para llegar al lugar y ahora todo está expuesto a la lluvia y al viento”, contó a El País.

Soto dijo, además, que él y el resto de los investigadores pecaron de “cierta ingenuidad” por no recurrir a la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación para asegurar la protección del sitio.

Antes de este incidente, los técnicos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República rescataron otro diente que está metido en un pedazo de roca. Todavía no fue extraído para su estudio.

Empero, Soto aseguró que “no todo es negativo”. Y explicó: “El hecho de haber roto (el terreno) permitió exponer partes a las que no hubiéramos llegado. Rasqueteando hubiéramos tardado siglos”.

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