LABORATORIOS
Investigadores del Instituto Pasteur y Universidad de la República iniciarán pruebas clínicas de un compuesto que busca prevenir la epidemia del siglo XXI
Un grupo de investigadores del Instituto Pasteur de Montevideo y de la Facultad de Química de la Universidad de la República (Udelar) está en el camino de lograr un hito: realizar pruebas clínicas de un fármaco innovador para el tratamiento de la obesidad y sus complicaciones metabólicas. Para ello ya consiguió algo que Carlos Battyany, director del Instituto Pasteur, identificó como “inhabitual” para proyectos de este tipo en la región: una financiación de US$ 2,7 millones de parte de capitales privados. Con todo, el compuesto que hoy se llama Eolo3 puede convertirse en el primer medicamento de origen sudamericano en llegar hasta las farmacias.
“A pesar de tener tres premios Nobel en ciencia en Argentina, no se han generado medicamentos que hayan recorrido todo el camino desde Sudamérica hasta la farmacia. Todos los que consumimos fueron desarrollados en el norte. No es habitual lo que hemos logrado y menos con capitales privados”, explicó Battyany.
El objetivo ahora es realizar ensayos en humanos, lo que se prevé para el primer semestre de 2021. El ensayo clínico se realizará en Australia o eventualmente en Canadá. “Se podrá demostrar que el fármaco no es tóxico y, sobre todo, se tendrá evidencia de su eficacia y, a partir de ahí, seguir el camino”, apuntó uno de los investigadores principales. Eso cerraría un ciclo de trabajo que, en total, se habrá prolongado por 15 años.
Porqué es diferente.
Eolo3 es uno de los 60 compuestos que los investigadores han patentado a nivel internacional en los últimos años para enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurodegenerativas como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), trasplante de aloinjerto y enfermedades autoinmunes.
Eolo3 es el que “mejor se comportó” en el tratamiento de obesidad en modelos animales. “Lo que vemos es que el compuesto previene la ganancia de peso bajo dietas ricas en grasas”, señaló Battyany a El País.
Eso ya es destacable si se tiene en cuenta que en la actualidad casi un cuarto de la población adulta de la región sufre de obesidad, mientras que el sobrepeso en menores de 5 años ya alcanza el 7,5% por encima de la prevalencia mundial del 5,9%.
Pero Eolo3 no solo permite bajar de peso, sino que previene las complicaciones metabólicas de la obesidad: mejora la sensibilidad a la insulina, evita la aparición de diabetes tipo 2 y el hígado graso. El explosivo crecimiento de la obesidad no solo amenaza el bienestar de la población, sino su vida misma: según la Organización Mundial de la Salud, 600.000 adultos mueren al año en la región debido a enfermedades relacionadas con una alimentación poco saludable.
“La obesidad es la epidemia del siglo XXI y las complicaciones como la diabetes tipo 2 y la cirrosis hepática no alcohólica son muy complejas; del punto de vista médico son necesidades no satisfechas porque no hay tratamientos que puedan prevenirlas”, dijo el experto.
Eolo3 propone un mecanismo de acción diferente a las otras drogas que están siendo estudiadas por las compañías farmacéuticas. Estas, por ejemplo, operan sobre una enzima llamada quinasa trabaja a nivel central y reduce el apetito. Según explicó Battyany, el compuesto uruguayo no actúa sobre el sistema nervioso central, sino que lo hace a nivel periférico.
Los investigadores dieron con el vínculo entre Eolo3 y la obesidad y sus complicaciones metabólicas al revisar decenas de neutracéuticos y drogas conocidas con el objetivo de crear nuevos fármacos. “Los modificamos químicamente para dotarlos de nuevas propiedades biológicas”, apuntó. Y añadió: “Sabíamos que este compuesto podía dar un buen resultado”.
Fondos conseguidos.
El grupo fundó Eolo Pharma en 2017 cuando obtuvieron su primera inversión semilla por parte de CITES, el fondo de capital emprendedor y aceleradora de startups del Grupo Sancor Seguros, junto a una coinversión del programa de Aceleradoras Científicas del gobierno de Argentina. Antes se había recibido financiamiento de la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic), la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (Anii), Instituto Pasteur y Udelar.
“Empezamos a tener un gerenciamiento por parte de la incubadora que nos permitió contratar profesionales que nos ayudaron a hacer más de lo que nosotros hacíamos que era ciencia basada en la curiosidad para transformar un compuesto del que veíamos determinadas propiedades potentes en el laboratorio en un posible medicamento”, indicó a El País.
En la presente ronda de inversión participaron CITES y Ficus Capital y se obtuvieron US$ 2,7 millones.
Battyany agregó: “Estamos cumpliendo el mandamiento fundacional del Instituto Pasteur porque así era Pasteur como investigador: hacer siempre ciencia guiada por la curiosidad. Pero si los resultados lo ameritan, hay que transformar el conocimiento en productos innovadores que solucionen problemas a nivel global. Uruguay hoy exporta seres humanos; tenemos que exportar conocimiento; eso nunca se acaba”.