CIENCIA
Bióloga prueba cómo eliminar cianobacterias y prevenir floraciones en lagos y tajamares; probará varios tratamientos con reactivos químicos
Hay dos posibilidades y las dos son malas: o es irreversible o va a peor. Esto no conforma a Lucía Boccardi quien hace cuatro años está abocada a encontrar una tercera: una fórmula que elimine y prevenga las cianobacterias en lagos y tajamares.
Ahora está lista para probar distintos métodos en experimentos controlados de pequeña escala directamente en un lago hipereutrófico –es decir, extremadamente comprometido– en la zona de Paso Carrasco.
“Antes los vecinos pescaban, nadaban, hacían remo. Hoy nadie se mete en esa agua y hubo situaciones de mal olor”, apuntó la investigadora de Fundación Latu y y estudiante de doctorado de Pedeciba Geociencias. En lagos cercanos hubo, además, mortandad de peces.
Las pruebas en el laboratorio la alientan: ha logrado muy buenas tasas de remoción de cianobacterias y clorofila-a (la clorofila es una familia de pigmentos y tiene varios tipos) en las muestras tomadas en el llamado lago Fiscal tras la aplicación de policloruro de aluminio y combinaciones con peróxido de hidrógeno y Phoslock, tres productos para lograr la coagulación y floculación de cianobacterias.
En otras palabras: los reactivos químicos desestabilizan a las cianobacterias, las arrastran hasta el sedimento y, además, “les quita el alimento” al adsorber el fósforo.
Por ejemplo, en el tratamiento simple se observó una disminución del 78% de cianobacterias, 76% de clorofila-a y de 8% en pH en superficie.
En los experimentos combinados los datos arrojaron reducciones de 46% y 45% en el caso de las cianobacterias y clorofila-a, respectivamente; además se registró un descenso de la turbiedad (29,9%) y de fosfato (45%) en superficie a las 24 horas de exposición.
A partir de estos resultados, Boccardi comenzará en octubre los experimentos controlados en el lago que se prolongarán por un año. De esta manera, se verá qué sucede no solo a las 24 horas de la aplicación de determinados productos en dosis específicas en pequeña escala sino a lo largo de un año y cómo impacta en los peces, fitoplancton y organismos bentónicos que habitan ese cuerpo de agua. “El objetivo es devolverle la vida”, apuntó.
La problemática.
Las cianobacterias del lago Fiscal no son las mismas que aparecen en las playas del Río de la Plata como manchones verdes. Las estudiadas por Boccardi corresponden al grupo de las cianobacterias en filamentos. En particular, la bióloga identificó a tres: Planktothrix cf. suspensa, Raphidiopsis raciborskii y Raphidiopsis mediterránea. Las Raphidipsis son conocidas por producir neurotoxinas.
Pero sean las cianobacterias de agua dulce o las de agua salada, Boccardi solo ve “una problemática a nivel mundial” que necesita una respuesta urgente. Y, por tal motivo, ha estado trabajando en una solución que sea eficiente y con buena relación costo-beneficio. Por ejemplo, prueba solo productos que están disponibles en el país.
El policloruro de aluminio –usado en la potabilización del agua– fue elegido porque absorbe el fósforo. El peróxido de hidrógeno es un oxidante (usted lo conoce con el nombre de agua oxigenada). Y el Phoslock es una arcilla modificada para eliminar el fósforo del agua (su elemento activo es el lantano, que es una tierra rara, y que posee una gran afinidad para unirse al fosfato).
“Lo que buscamos no es solo sacar las cianobacterias de los primeros centímetros de la columna de agua sino captar el fósforo y que no esté disponible como alimento. También probamos sedimentar para impedir su liberación hacia la columna de agua. Así cortás las entradas que tiene en determinadas épocas del año en las que el sedimento actúa como una caja que libera nutrientes”, explicó Boccardi.
Y añadió: “Vas limitando los nutrientes a largo plazo”.
En campo.
La eficacia de los productos demostrada en el laboratorio de Latitud-Fundación Latu será puesta a prueba en experimentos controlados en el lago, lo que está previsto para octubre.
Primero se deben culminar unos análisis sobre los impactos de distintas dosis en distintos organismos. Luego se instalarán varios mesocosmos que son una especie “de aros de hula hula cerrados con cemento en el fondo”. Con un diámetro de un metro, estos mesocosmos formarán “mini piscinas” que aislarán una parte de la columna de agua del resto del ecosistema.
Etapa actual: bioensayos en dos especies.
Esta semana la investigación de Lucía Boccardi, bióloga investigadora de Latitud-Fundación Latu y estudiante de doctorado por Pedeciba Geociencias, ingresó en una nueva etapa: los bioensayos. En este momento se están realizando prueba con los reactivos químicos en dos especies: Daphnia magna, que es un crustáceos vulgarmente conocido como pulga de agua; y Pimephales promelas, unos peces conocidos como carpita cabezona.
“Tenemos que ver si hay alguna mortandad o alguna alteración de movimiento en ellos”, comentó Boccardi.
Las pruebas servirán para ajustar las dosis de los productos para ser aplicados a pequeña escala en el lago para reducir la cantidad de cianobacterias. Y aclaró: “Las dosis deben eliminar el problema sin afectar negativamente el ecosistema”.
Una vez terminados los bioensayos, se procederá a aplicar los distintos tratamientos en el lago de Paso Carrasco elegido para esta investigación.
En cada uno de ellos se aplicarán reactivos químicos y se monitorearán distintas variables a lo largo de un año. El objetivo es que las cianobacterias sean removidas, que no se reproduzcan condiciones para su reaparición y los peces, fitoplancton y organismos bentónicos (caracoles, mejillones, entre otros) sigan vivos. “A largo plazo, tengo la esperanza de que los resultados de la combinación (de productos) sea mayor que en el laboratorio”, señaló.
Consultada sobre si la fórmula descrita para el lago Fiscal es extrapolable a otros lagos comprometidos por las cianobacterias, comentó que puede serlo la combinación de productos pero la dosis dependerá de la densidad de las cianobacterias y de la concentración de fosfato en la columna de agua y en los sedimentos. “Un lago que esté enfrente a otro no es igual”, apuntó.