El Tiempo/GDA
Como la isla más grande del mundo, Groenlandia ha sido explorada por diferentes investigadores a lo largo de los años. Una reciente investigación reveló que sus gruesas capas de hielo esconden un microcontinente, una pequeña masa terrestre continental que se desprendió de las principales.
Groenlandia es una isla autónoma perteneciente al Reino de Dinamarca, pero ubicada en la zona nororiental de América del Norte, entre el océano Atlántico y el océano Glacial Ártico, aunque su territorio se encuentra en el continente de América del Norte; sin embargo, políticamente la isla es europea.
Aunque es la isla más grande del mundo, posee una población aproximada de 56.661 habitantes ya que su territorio está cubierto en un 80 % de una espesa capa de hielo.
Por mucho tiempo, Groenlandia ha sido territorio de exploración científica, esto debido a su importancia geológica y climática, pues expertos indican que esta amplia extensión de hielo juega un papel importante en el equilibrio climático global y se pueden esconder una gran cantidad de secretos bajo la vasta capa de hielo.
Al descubrir que existe un microcontinente, el nombre de esta isla está nuevamente en el ojo del interés científico.
“Se necesitaría sumergirse en las aguas heladas frente a la costa oeste de Groenlandia para encontrarlo, pero en algún lugar bajo la superficie del Estrecho de Davis, los científicos han declarado que existe un microcontinente”, informaron los científicos en ‘Gondwana Research’.
Así mismo, el estudio publicado en ‘Gondwana Research’ menciona que este descubrimiento podría ser la causal de los movimientos tectónicos que se registran en la zona. “La corteza continental ahora declarada un proto-microcontinente recién descubierto (también conocido como microcontinente primitivo)”, se reseña en la investigación.
La investigación referencia que tras el hallazgo se han reconstruido los movimientos tectónicos que se han registrado en el Estrecho de Davis desde hace aproximadamente 33 hasta 61 millones de años, asegurando que esto habría ocasionado la formación de esta corteza continental sumergida de unos 24 kilómetros de largo.
Jordan Phethean, uno de los investigadores, explicó que: “Los cambios bien definidos en el movimiento de las placas en el mar de Labrador y la bahía de Baffin, que tienen complicaciones externas relativamente limitadas, hacen de esta área un laboratorio natural ideal para estudiar la formación de microcontinentes”.
En el informe entregado por ‘ScienceDirect’ los investigadores resaltan que este tipo de estudios no solo aporta conocimiento sobre el Estrecho de Davis, sino que tiene implicaciones más amplias. “El estudio del proto-microcontinente del Estrecho de Davis y la teorización sobre su formación abre el camino para entender estructuras geográficas similares”, menciona la publicación.
-
Asteroide con el tamaño de un barco se dirige a la Tierra: el plan de la Agencia Espacial Europea
Transmiten en vivo una "mega madriguera" de serpientes de cascabel en Colorado, Estados Unidos: qué hay detrás
Instalan el primer vivero flotante de coral del Mediterráneo para luchar contra el cambio climático