Cómo ir a la isla Gorriti: consejos, travesías y datos curiosos de este paseo de Punta del Este

Recomendaciones que pueden mejorar la visita a la isla, desde cómo llegar y qué llevar, hasta qué actividades realizar y cómo disfrutas al máximo sin dañar el ecosistema.

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Isla Gorriti.
Foto: Archivo El País.

Uno de los destinos más visitados cada verano en Punta del Este es la isla Gorriti, ubicada a 2,5 kilómetros de la costa. Con su exuberante naturaleza, aguas cristalinas y la paz que ofrece su entorno, es el escape perfecto para quienes buscan desconectar del bullicio urbano. Hay una serie de recomendaciones que pueden mejorar tu visita a la isla: desde cómo llegar y qué llevar, hasta qué actividades realizar y cómo cuidar el ecosistema, conocé cómo aprovechar al máximo tu día de aventura.

Cómo llegar a la isla Gorriti

El acceso a la isla es sencillo. Se debe abordar alguna de las lanchas que parten desde el puerto de Punta del Este y brindan el servicio de traslado hasta la isla. El viaje tarda unos 15 minutos. Durante la temporada estival, la actividad es intensa —han llegado a viajar más de mil personas por día— y el horario más recomendado para evitar tumultos en el puerto es antes de las 10 de la mañana.

“A partir de las 10 y cerca del mediodía es cuando se concentra el grueso de gente y en la tardecita también, cuando la mayoría de las personas regresa”, dijo a El País Jorge Píriz, Director de Gestión Ambiental de la Intendencia de Maldonado.

No se puede acampar ni pasar la noche en la Isla así que hay que estar atentos al último retorno. Sí se puede ir a la playa, comer en el parador, hacer picnics, pasear entre la naturaleza y conocer los patrimonios históricos. También se alquilan sombrillas y sillas de playa.

Según Píriz, es fundamental llevar protector solar y gorro, y para el resto hay un parador que brinda servicios y también baños públicos. Además, contó que colocaron cartelería nueva y que durante la temporada intensifican las tareas de mantenimiento y limpieza.

En cuanto al cuidado del ambiente, recomendó que los visitantes se lleven la basura que generen en lugar de dejarla en la isla y que eviten llevar objetos de vidrio que puedan romperse.

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Isla Gorriti.
Foto: Archivo El País.

Travesías en grupo a la isla Gorriti

Cada año se organizan travesías a nado, en kayak y paddle surf hacia la isla Gorriti. Los cupos para participar de la actividad a nado en enero están agotados, pero pronto se abrirán las inscripciones para la de kayak y paddle surf, que tendrá lugar el domingo 12 de enero. La salida será a las 8 de la mañana en la parada 9 de la Playa Mansa y la actividad es apta para mayores de 12 años siempre y cuando estén acompañados por un mayor de edad. El chaleco de seguridad y el cabo de cinco metros es obligatorio.

El período de inscripción para dicha actividad se habilitará el 2 de enero por la plataforma de Acceso Fácil. Y las siguientes fechas en febrero y marzo —para las cuales aún no se abrieron las inscripciones— son:

  • Sábado 8/2: Travesía a nado a la Isla Gorriti.
  • Domingo 9/2: Travesía en kayak y paddle surf a la Isla Gorriti.
  • Domingo 2/3: Travesía a nado a la Isla Gorriti.
  • Sábado 15/3: Travesía en kayak bajo la luna llena. San Carlos - La Barra.
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Isla Gorriti.
Foto: Archivo El País.

Datos curiosos de la isla Gorriti

  • Fue declarada Patrimonio Histórico Nacional.
  • El registro escrito más antiguo de la isla data del año 1516, cuando el navegante Juan Díaz de Solís dejó constancia en su diario de la expedición: “...Siguiendo la costa vieron una saliente de arena en una isla rasa al sur...”.
  • La isla cumplió el rol de cementerio. Se enterraban tripulantes que morían a bordo y habitantes de Maldonado que no profesaban la fe católica, y aún pueden verse algunas lápidas de la época.
  • Hubo también un hospital, el Hospital de la Misericordia, fundado durante la ocupación portuguesa y continuado durante la brasileña.
  • La isla fue sede de la Real Compañía Marítima, que existió a principios del siglo XIX y se dedicaba a la pesca y caza de ballenas y lobos marinos. Armaron hornos para derretir la grasa de la ballena y también tenían almacenes, viviendas y huertas.

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