Redacción El País
Los granos de café, una vez tostados y molidos, brindan no solo esta bebida, sino que también ofrecen un abanico de usos alternativos que van más allá de su propósito inicial.

El café se cultiva principalmente en regiones de América del Sur y Central, el Caribe, África y Asia, pero su consumo es extendido en todo el mundo, aunque no todos conocen los casos en los que se puede reutilizar el café molido y recogió el portal Medical News Today.

La mezcla de posos de café (el residuo al preparar café) con agua o ingredientes naturales como la miel o el aceite de coco puede resultar en un excelente exfoliante, promoviendo la remoción de células muertas y la limpieza profunda de la piel. Un estudio de 2013 destacó los efectos anti-envejecimiento del ácido cafeico, un antioxidante hallado en el café, sobre la piel y su capacidad de incrementar el colágeno.

El intenso pigmento del café lo convierte en una tinta natural para varios tipos de tejidos. Estudios recientes subrayaron su efectividad y permanencia en las telas, así como su potencial para teñir pelo temporalmente sin efectos nocivos, mientras que algunos productos químicos en tintes comerciales podrían tener implicaciones para la salud.

Los nutrientes esenciales para las plantas, entre ellos el nitrógeno y el potasio, pueden ser mantenidos en el suelo gracias a los posos de café. Investigaciones han mostrado cómo estos residuos pueden enriquecer el valor nutricional de ciertos cultivos, como la lechuga, a pesar de que hay evidencia contradictoria sobre su influencia en el crecimiento de las plantas.

Los diterpenos presentes en el café funcionan como un repelente eficaz contra diversas plagas, incluyendo hormigas y mosquitos; estudios confirman la reducción en la eclosión de mosquitos cuando se encuentran en un ambiente con café.

Al ser un repelente natural, los posos de café pueden aplicarse sobre el pelaje de mascotas para combatir las pulgas. Es crucial, sin embargo, consultar con el veterinario debido a la toxicidad de la cafeína para animales domésticos.

La textura granulada de los posos de café permite su uso como limpiador abrasivo para remover suciedad dificultosa. No obstante, su aspereza puede ser dañina para superficies delicadas.

La cafeína en los posos de café también sirve como neutralizador de olores, aprovechando su capacidad para absorber moléculas odoríferas del aire.

Similar a los ablandadores comerciales que emplean enzimas de frutas, los posos de café, por su acidez y enzimas, pueden ser utilizados para suavizar las fibras de la carne.

Aprovechando su coloración, los posos de café pueden usarse para disimular rayones en muebles de madera, ayudando a mantener su apariencia original.

Este contenido fue hecho con la asistencia de inteligencia artificial y verificado por un periodista de El País.