La Nación/GDA
Una familia compró la casa de sus sueños por US$ 2 millones en Queens, Nueva York, para vivir cerca de uno de sus hijos y que este los ayude a cuidar a su hermano que tiene síndrome de Down. Sin embargo, al llegar a la propiedad, se encontraron con un inesperado obstáculo: un okupa estaba instalado allí y no los dejó ingresar a la propiedad. Se trata de un cuidador que se adueñó de esa vivienda desde que murió el antiguo propietario, quien lo había contratado. El caso desató una intensa disputa legal que aún sigue sin tener final.
Los Landa: la familia damnificada que trabajó en la Casa Blanca
Los damnificados en este caso son Joseph y Susana Landa, un matrimonio que administra la importante empresa de diseño de interiores Interiors by JC Landa, que trabajó incluso con las cortinas de la Casa Blanca durante la administración Barack Obama. “Estamos muy honrados y orgullosos de haber servido a la Casa Blanca durante los últimos ocho años”, expresó la compañía en una publicación en su cuenta de Facebook, en 2016, lo que confirma este vínculo.
En octubre de 2023, la pareja decidió adquirir en el vecindario de Douglaston y Little Neck una casa que estaba junto a la de vivienda de uno de sus hijos, en la misma cuadra. Su plan era, luego de jubilarse, mudarse allí junto a su hijo Alex. De esa manera, ante cualquier emergencia, el joven, que tiene síndrome de Down, podría recurrir también a la ayuda de sus hermanos. Sin embargo, luego de firmar la escritura, se encontraron con un insólito problema: alguien vivía allí y no estaba dispuesto a abandonar el lugar.
En la puerta principal de entrada, el okupa dejó un cartel con un insólito mensaje: “La señora y el señor Landa, o cualquiera de sus representantes, no cuentan bajo ningún concepto con mi consentimiento para entrar aquí a mi residencia. Rechazo cualquier solicitud de contacto con los Landa y cualquier contacto se interpretará como acoso. Por favor, envíe todas las comunicaciones a mi abogado, Dennis O’Sullivan, cuya información de contacto figura a continuación. Gracias”.
Quién es el hombre que se niega a abandonar la casa en Nueva York
Brett Flores, un enfermero de 32 años, era el cuidador del propietario anterior de esa casa, Bernand Fernández, que murió a sus 80 años el 12 de enero de 2023. Al ser llevado a la Justicia, afirmó que Fernández, antes de fallecer, le había dado permiso para quedarse en esa propiedad. Aunque aún no pudo presentar pruebas que respalden esa versión, encontró un vacío legal para poder permanecer allí: se declaró en quiebra, por lo que el proceso legal se entorpeció.
De todas maneras, el abogado de la familia Landa, Anthony Mordente, confía en un desenlace favorable: “Estamos en el proceso de levantar la suspensión automática de la quiebra para que podamos volver a los tribunales y proceder con un juicio. Creo que tendremos éxito. No hay ninguna razón por la que el juez de quiebras mantenga la suspensión en vigor”.
“La casa no es parte de su patrimonio de quiebra porque no tiene un contrato de arrendamiento de diez años que le dé tiempo para quedarse aquí, así que sin un contrato de arrendamiento y sin un acuerdo para quedarse, el juez de quiebras va a decir: ‘¿Qué es todo esto?’”, explicó en diálogo con Fox News Digital.
Si bien el término okupa se utiliza de manera coloquial para referirse a las personas que toman posesión de una propiedad de manera ilegal, el abogado Mordente aclaró que, en este caso, Flores “no es un okupa en el sentido legal del término”, ya que “no irrumpió en la propiedad ni entró sin el permiso de su empleador”. No obstante, aclaró: “En mi opinión, no tiene ningún derecho posesivo del espacio porque, en realidad, su trabajo ha sido rescindido por la muerte de su empleador”.