La Nación/GDA
A sus 62 años, Nick Mead se volvió viral en todo Reino Unido luego de que se diera a conocer el millonario tesoro que encontró dentro de un tanque de guerra iraquí de 1980. El hombre descubrió cinco lingotes de oro por un valor de dos millones de dólares. Sin embargo, por actuar de buena fe, esa fortuna se le escurrió de las manos. Su historia, por estos días, da la vuelta al mundo.
En todo el mundo existen aficionados a los objetos antiguos, en especial a los que se vinculan con el ámbito militar. Uno de ellos es Mead, oriundo de Northamptonshire, en Inglaterra, quien hace seis años adquirió un tanque que participó de la invasión a Irak en 1990 y que dentro suyo portaba un tesoro proveniente de una posible familia adinerada... o del Gobierno de Kuwait, según las especulaciones de algunos coleccionistas.
Este hecho caló hondo y repercutió en occidente debido a que Mead actuó con buenas intenciones y devolvió el botín, pero nunca recibió un agradecimiento (ni dinero, ni recompensa ni nada). En diálogo con el medio británico Daily Mail Online, recordó que la compra del tanque de guerra surgió como un elemento más para completar la serie de vehículos que tiene en su granja de Helmdon. A modo turístico recreativo, suele organizar paseos para amantes de las historias bélicas.
El T-69 perteneció al ejército de Irak, sin embargo, se fabricó en China con el diseño del modelo soviético T-55. En 2017, lo adquirió por eBay a partir de un trueque de objetos que ya no quería: un camión militar y un cañón autopropulsado Abbot. Su valor de mercado se estima en US$ 30.
En un video que subió a su canal de YouTube, Nick enseñó el momento en que descubrió los lingotes, algo que nunca esperó encontrar, ya que imaginó que los iraquíes habrían guardado más municiones cerca del tanque de combustible. Lo cierto es que aparecieron muy bien escondidos los cinco lingotes de un kilo cada uno y valuados en 2 millones de dólares.
La situación siguió su curso: el hombre le entregó a la policía todo lo que halló por temor a recibir una multa o estar cometiendo, de alguna forma, un delito. No obstante, hace seis años que las autoridades todavía siguen en la búsqueda de los dueños verdaderos del oro, que sí se sabe, es de Kuwait.
“Me arrepiento de haberlo entregado. Al menos debería haber cobrado una comisión por encontrarlo, pero no obtuve absolutamente nada”, expresó desahuciado. “Cuando encontramos los lingotes de oro no sabíamos qué hacer con ellos. No es que podés llevar cinco lingotes de oro a la casa de empeño. Entonces llamamos a la policía”, recordó el hombre y agregó: “El oro tiene una huella dactilar. Saben dónde fue minado”.
Hasta el día de hoy, el coleccionista cuenta con 300 vehículos de guerra en su granja. Cuando compró el T-69 que se construyó en 1980, lo hizo con la idea de “atraer a nostálgicos rusos”. A pesar de que tenía importantes fallas, lo reacomodó, remodeló y en la actualidad funciona como nuevo.
Cuando cedió los lingotes a la policía local, esta le dio un recibo que afirma que se conservarán en una caja de seguridad en Londres hasta dar con los propietarios originales. De su parte, Nick Mead ya perdió toda esperanza de recuperar, al menos, una recompensa: “Si lo hubiera sabido, de que no habría conseguido nada por encontrarlo, habría cortado una porción y lo habría llevado a una casa de empeño”.
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