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Claudia Machado (48 años) trabaja como administrativa en una automotora de la ciudad de Lascano (Rocha). Un día llevó un bolso en crochetque le regaló su madre que llamó especialmente la atención de sus compañeros, en su mayoría hombres.

Fue como el empujón que le faltaba para lanzarse a hacer algo que tuviera que ver con el crochet, una técnica que había aprendido de niña junto con sus hermanas en una casa de monjas a la que las enviaban sus padres. Además, sus abuelas habían sido muy buenas tejedoras. “Me crié en ese mundo”, dice en diálogo con El País.

La llegada del covid-19 al Uruguay también ayudó en esta decisión. “Como Lascano es una localidad chiquita, no hay mucho para hacer y con la pandemia la gente se guardó más, no salía. Yo me aburría y fue entonces que encontré unas cosas en crochet que tenía guardadas”, recuerda.

Claudia tuvo la fortuna de no perder su trabajo en la automotora y pensó en sus compañeros. Entonces se le ocurrió hacer materas utilizando esta técnica, aunque confiesa que las primeras las hizo para ella. “Pero a la gente le gustaron tanto que nunca pude tener una matera para mí porque las hacía y las vendía enseguida. Ahí fue que empezó mi emprendimiento”, señala.

Sus primeros clientes fueron la familia y los amigos, pero no demoraron en sumarse más personas y además aparecieron los comercios. “Un día fui a la farmacia vecina, San Mateo, con una matera porque le estaba probando el asa. Ahí la vieron y me la pidieron para un espacio que tienen para lo artesanal. Entonces empecé a hacer para otros comercios locales”, apunta.

La artesana considera abril de 2020 como la fecha oficial del nacimiento de Lugus. “Como siempre me gustó la cultura celta elegí este nombre porque es el dios maestro de todas las artes. Y el símbolo que uso, las tres líneas y el punto, significa el equilibrio entre las cosas. Me gustó y quedó”, comenta sobre las decisiones que debió tomar para entrar al mundo de las redes sociales.

“Solo tenía un Facebook común y después me enteré que había un Facebook Business y que podía hacer todo desde él. Fue algo que aprendí en Sembrando”, cuenta haciendo referencia al curso que realizó dentro de este programa de apoyo a emprendedores. Ella eligió saber más sobre redes sociales y herramientas digitales.

“Me ayudó muchísimo, sobre todo a posicionarme en redes. Si ves mi Instagram (@lugus.uy) de abajo hacia arriba, notás cómo fue cambiando. Yo no sabía ni cómo armarlo, al principio me ayudó mi hermana”, confiesa.

Las materas son el producto estrella de Lugus. Lo que más llama la atención es cómo están decoradas, la combinación de colores y los detalles que les agrega. Es un accesorio para llevar todo el año, pero que es una muy buena opción para el verano.

“Yo le aclaro a mis clientes que no puedo copiar, tengo que crear. Arranco a hacer una matera y no sé cómo la voy a terminar, la voy pensando mientras la tejo. Siempre estoy inventando algo nuevo”, señala entre risas.

Lo que hizo Claudia fue buscar un punto de crochet y lo trabajó para que quedara grueso y compacto como si se tratara de cuero, algo para lo que la ayudó el material que utiliza, que es el trapillo. “Adentro queda como un cesto”, explica.

Cuenta con un stock para elegir y llevarse, pero también hace a pedido, dejando en claro que no va a quedar idéntica a la que vieron en Instagram porque el material no lo permite.

Recientemente se unió a dos tejedoras para ofrecer también bolsos y muñecos en crochet. Tania López se ocupa de Tanus Tejido Creativo, que son los bolsos, mientras que Natalia Manzoni está a cargo de NM Creaciones, que son los amigurumis.

Las metas de Claudia son que sus creaciones lleguen a Montevideo y poder dedicarse el 100% a Lugus. “Siempre digo que hay que golpear 20 puertas y una se te abre. No hay que bajar los brazos; hay que perseverar, perseverar y perseverar”, destaca confiada de que sus sueños se harán realidad. “Espero sea pronto”, acota.