"Nos estamos dando cuenta de que a nivel mundial la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) está aumentando en forma exponencial”, señaló Víctor Chedid, gastroenterólogo y experto en EII de la Clínica Mayo de Rochester, en un encuentro con periodistas latinoamericanos del que participó El País. El médico es un especialista en esta afección médica crónica que ataca el tubo digestivo.
¿Cuáles serían los motivos de ese aumento? “No estamos demasiado seguros de cuál es la explicación directa, pero yo creo que una de las razones puede ser la globalización de la dieta, o sea que en el mundo se está haciendo cada vez más occidental la alimentación con, por ejemplo, la introducción de las comidas rápidas”, arriesgó el especialista.
Una segunda teoría apuntaría a la higiene. A medida que nos vamos industrializando, vamos viviendo en situaciones más higiénicas y eso, paradójicamente, altera nuestro sistema inmunitario, que ya no se prepara para combatir los gérmenes que antes eran más comunes.
La tercera explicación podría estar en que años atrás se pensaba que la EII era una enfermedad europeo-caucásica o de individuos de herencia asquenazi (judíos que se asentaron en Europa Central y Oriental), lo cual llevaba a que no se la estudiara lo suficiente.
“Ese estudio se ha empezado a hacer en los últimos años y tal vez haya llevado a que se diagnostique más la enfermedad en esas comunidades”, opinó Chedid.
Lo cierto es que en los últimos 10 o 20 años se ha visto un crecimiento muy rápido de la EII en todo el planeta, con entre seis y ocho millones de casos a nivel mundial.
Prevalencia
“En la clínica, la mayoría de los gastroenterólogos ve más frecuentemente casos de estreñimiento –10% o 15% de la población general– y síndrome del intestino irritable, mientras que la EII no es tan habitual”, explicó Chedid.
El diagnóstico de todas esas patologías se basa en los síntomas.
El estreñimiento y el síndrome del intestino irritable –también conocido como colon irritable– generalmente se manifiestan con movimientos abdominales y movimientos intestinales poco frecuentes.
Algunas veces es necesario hacer exámenes adicionales como, por ejemplo, una tomografía o un análisis de sangre, hasta incluso una colonoscopía para comprender la causa del padecimiento y así indicar el tratamiento.
Otra de las cosas que se ve con frecuencia es la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERG).
En cuanto a la EII, Chedid señaló que “los pacientes pueden tener una predisposición genética y exposiciones ambientales que pueden llevar a que las células inmunitarias e inflamatorias empiecen a atacar el tracto gastrointestinal y puedan producir inflamación en diferentes partes de ese tracto”.
Vale destacar que hay dos tipos principales de EII: la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
“La colitis ulcerosa es cuando la inflamación comienza en el recto y va subiendo, pero solamente afecta el colon. Mientras que la enfermedad de Crohn puede provocar inflamación en cualquier lado, desde la boca hasta el ano, o sea más allá del colon. Entonces puede afectar el intestino delgado, el estómago, el esófago; el paciente puede tener úlceras en la boca, enfermedad o abscesos alrededor del ano”, detalló el especialista.
También aclaró que para la EII hay muchos síntomas inespecíficos, como dolor abdominal, diarrea o náuseas, pero hay otros que sí están bien definidos, como la diarrea con sangre, fiebre, malestar general o pérdida de peso. “Son síntomas que representan una bandera roja”, acotó.
Además dijo que pueden haber manifestaciones extraintestinales, es decir inflamación en otros órganos y en otros sistemas fuera del tracto gastrointestinal. Como ejemplos, Chedid mencionó inflamación en los ojos, artritis, inflamación en la columna o eritemas cutáneos.
Claves: Dieta, ejercicio, salud mental y tomar agua
El doctor Víctor Chedid indicó que hay cuatro pilares a seguir para ayudar a mantener el intestino sano y las enfermedades inflamatorias a raya.
Primero, adoptar una dieta mediterránea bien equilibrada (verduras, frutas, granos enteros, semillas oleaginosas, frutos secos, aceite de oliva). Segundo, realizar ejercicio físico en forma regular y llevar un estilo de vida saludable.
Tercero, ocuparse de la salud mental dadas las muchas interacciones que hay entre el intestino y el cerebro. Dentro de esto se incluye el control del estrés.
Y cuarto, tratar de beber dos litros de agua por día porque ayuda a prevenir el estreñimiento.
Aclaró que ninguna de estas cosas asegura no enfermar, pero todas ayudan a estar mejor.
Cómo se trata
El tratamiento dependerá siempre de la enfermedad subyacente a atacar.
Lo primero que se hace es determinar qué tipo de enfermedad inflamatoria es: si se trata de Chron o de colitis ulcerosa.
Segundo, se identifica la ubicación de la patología. Puede estar impactando un determinado segmento del tubo digestivo, uno más grande o uno más pequeño.
Y tercero se evalúa la severidad, es decir, si es una manifestación leve o grave de la enfermedad.
“Todo eso nos ayudará a determinar el tratamiento que le vamos a ofrecer al paciente, por eso se tiene que ver caso a caso”, destacó el experto.
Agregó que “lo principal es la medicación, que ayuda a reducir la inflamación para lograr la curación del tracto intestinal y llegar así a un punto en que vuelva a la normalidad”.
Lo que se hace es ver al paciente como un todo para asegurarse de que se le está dando un enfoque holístico de tratamiento que funcione para ese individuo en especial.
“Eso es muy importante, por eso nuestro tratamiento es multidisciplinario, de manera que para cada paciente con EII que vemos hay todo un equipo de profesionales que lo atiende. Eso incluye un profesional que se especializa en enfermedad inflamatoria intestinal, una enfermera o asistente de EII, farmacéuticos, nutricionistas, psicólogos, endoscopistas, cirujanos… todos especializados en EII”, reseñó sobre cómo se trabaja específicamente en Clínica Mayo.
Ojo con los productos milagrosos
El Dr. Chedid alertó sobre “muchas cosas que hay en el mercado que no están bien estudiadas, pero que tienen mucho marketing” (proteínas, colágeno, creatina, mezclas para entrenar).
“Se las cataloga de sanas, se venden a precios muy altos y podés estar tirando la plata sin ningún beneficio”, apuntó.
Él pide a sus pacientes que se los lleven, los analiza y, si ve que son inocuos y los ayudan a sentirse mejor, deja que sigan tomándolos.
Precisiones
Consultado sobre la relación de la EII con las enfermedades autoinmunes, el profesional comentó que hay un vínculo “porque cuando pensamos qué es lo que produce la EII, pensamos que hay una predisposición genética y autoinmune para que una persona desarrolle este tipo de enfermedad. A menudo son enfermedades que están superpuestas”.
Eso determina que los gastroenterólogos trabajen mucho en consonancia con otros especialistas para atacar las afecciones en conjunto.
En cuanto al término “intestino permeable”, que se ha puesto muy de moda últimamente, señaló que no se tienen demasiados datos como para comprender la importancia de lo que significa.
“Lo que sí puedo decir es que cada vez que hay inflamación en el intestino, entendemos que la permeabilidad está alterada. Eso es porque nuestro intestino está compuesto por diferentes células que están una al lado de la otra y funcionan juntas para impedir que los microbios y los patógenos ingresen a nuestro torrente sanguíneo. De manera que es un órgano muy bien sellado que nos protege del mundo exterior y sobre todo de los microbios del exterior”, remarcó.
Aclaró que existen “microbios saludables que están allí, que simplemente viven en el colon y que no pasan al torrente sanguíneo”.
Cuando a Chedid se le preguntó si el intestino es el órgano más importante del cuerpo humano, como se suele decir, contestó que “el órgano más importante es el corazón porque bombea la sangre que nos mantiene vivos, pero en segundo lugar el intestino es muy importante porque es un órgano muy largo que abarca desde la boca hasta el ano y es el órgano que nos expone al mundo exterior. Lo que sea que ingiramos pasa por nuestro intestino, es absolutamente fundamental”.
¿Qué tan enemigo es el gluten del intestino?
Cuando los pacientes empiezan a tener síntomas gastrointestinales, de las primeras cosas que hacen es evitar el gluten y a veces no es necesario. Según el doctor Chedid, eso es obligatorio para los que tienen enfermedad celíaca y se recomienda para los que presentan sensibilidad al gluten. El resto puede consumirlo sin complicaciones.
“Veo muchos pacientes que tienen EII y lo primero que hacen es empezar a restringir uno a uno los alimentos, y llega un momento en que son sumamente restrictivos en su dieta. Entonces comienzan a adelgazar, tienen una desnutrición importante y eso realmente es muy malo a largo plazo para su salud, para su bienestar general y para su nutrición”, advirtió.
Agregó que lo bueno es liberalizar la dieta cada vez que uno puede y asegurarse de ingerir una dieta equilibrada, bien balanceada, para no perder proteínas ni reserva muscular. “Es una de mis principales preocupaciones”, dijo.