DÍA MUNDIAL DEL MEDIOAMBIENTE
El mundo devora recursos cada vez más rápido; Uruguay corre con ventaja; ¿qué dicen los expertos?
Al final del correo que envió Justin Boreson a El País figuraba una consigna: #MoveTheDate. El consultor ambiental, fundador del proyecto Sustento que ayuda al sector público y privado en Latinoamérica a tomar decisiones en base a la seguridad de los recursos naturales, recordaba así una necesidad imperiosa planetaria: aplazar la fecha del Día del Sobregiro de la Tierra.
Hoy, Día Mundial del Medioambiente, la organización Global Footprint Network dará a conocer cuándo la Humanidad comenzará a vivir fiado este año. En 2016 fue el 8 de agosto; en 2017, el 2 de agosto; en 2018, el 1º de agosto; y en 2019 fue el 29 de julio. Cada adelanto significa que se consumen antes todos los recursos ecológicos que la Tierra es capaz de generar ese año. En otras palabras, la Humanidad pide un préstamo para vivir al mismo ritmo. Puede que este 2020 traiga una sorpresa. La pandemia por COVID-19 redujo las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente por la reducción en transporte y actividad productiva alrededor del mundo, pero, “obviamente, nadie quiere que una pandemia sea nuestra solución para mitigar el cambio climático”, dijo Boreson.
Pero mientras que la fecha global siempre se adelanta, Uruguay tiene ventajas que lo colocan en un exclusivo club de 20 países que tienen un Día del Sobregiro de la Tierra tardío. Este año se espera para el 6 de noviembre, igual que en 2019. Y mucho mejor que la fecha que tenía en 2018: el 25 de julio. Para Óscar Blumetto, directivo y fundador de Vida Silvestre e ingeniero agrónomo, nuestro país “tiene la posibilidad de llegar al empate simplemente mejorando estrategias que ya se hacen y si se sostienen en el tiempo”.
¿Cómo se hace el cálculo?
El Día de Sobregiro de la Tierra para cada país y para el planeta entero se calcula de la siguiente manera: es una relación entre la biocapacidad (la suma de todos los recursos ecológicos que la Tierra es capaz de generar ese año) y la huella ecológica (el consumo de recursos ecológicos de toda la humanidad). Así lo explicó Boreson: “Dividimos la biocapacidad por la huella ecológica y luego multiplicamos ese valor por 365. Por ejemplo, en 2019, el ratio biocapacidad/huella ecológica fue de 0,575. Multiplicado por 365, llegamos al día 210 del año o 29 de julio”. En 2020, el cálculo global se hace por 366 por tratarse de un año bisiesto.
Si bien es un cálculo simbólico, su importancia es alarmante: es la fecha que indica cuánto los seres humanos están viviendo por fuera de la capacidad de la Tierra. “Cada vez que nos acercamos hacia el 1º de enero nos indica que la Humanidad está viviendo cada vez más por fuera de los límites físicos de la Tierra”, agregó Boreson.
Las economías, las poblaciones y la demanda de recursos crecen cada año, pero el tamaño de la Tierra sigue siendo el mismo y, por lo tanto, se utilizan más recursos naturales de los que el planeta puede regenerar.
El sobregiro ecológico solo es posible por un tiempo limitado antes de que los ecosistemas comiencen a degradarse y posiblemente a colapsar. Por eso Blumetto cree que Uruguay podría conseguir el “empate” –llegar al 31 de diciembre– pero “trasladarlo al planeta es una tarea muchísimo más difícil”.
Los impactos del gasto ecológico excesivo ya son evidentes en la erosión del suelo, la desertificación, la reducción de la productividad de las tierras de cultivo, el pastoreo excesivo, la deforestación, la extinción de especies, el colapso de la pesca y el aumento de la concentración de carbono en la atmósfera.
El primero de la lista es Qatar: entró en sobregiro ecológico el 11 de febrero. Cinco días después lo hizo Luxemburgo. El 7 de marzo lo hizo Emiratos Árabes Unidos; para ser seguido por Bahréin y Kuwait tres días después. Hay 68 países que no llegan a la mitad del año. Con excepción de Luxemburgo, para Blumetto es comprensible que países de Medio Oriente encabecen el listado puesto que son petroleros y desérticos.
Ventajas nacionales.
Uruguay, en cambio, figura entre las 20 mejores fechas para el Día de Sobregiro de la Tierra: está en el puesto 19. “El país está en una posición muy favorable. Cuando comparamos la huella ecológica de Uruguay versus su propia biocapacidad, vemos que tiene una reserva de biocapacidad casi cuatro veces superior a la huella”, apuntó el consultor. Y fue categórico: “Es algo que se debería proteger”.
Blumetto, por su parte, analizó distintas ventajas: una es la baja densidad poblacional; otra es que todavía predomina la producción ganadera que es “bastante compatible” con la conservación de los recursos; además, la disponibilidad de agua es muy buena y la matriz energética es, en su mayoría, de fuentes renovables.
“La ganadería es cuestionada a nivel internacional por las emisiones de gases de efecto invernadero pero el planeta se calienta con emisiones totales, y, de hecho, en Uruguay se han reducido”, analizó el fundador de Vida Silvestre.
En 2019, la entonces ministra de Medio Ambiente, Eneida de León, dijo que el país había logrado reducir las emisiones a valores de 1990, mientras que las emisiones mundiales habían aumentado entre un 40% y 50%.
Una forma de llegar al “empate”, a juicio de Blumetto, es que se expandan las áreas naturales bajo protección, lo que constituye una de las diferencias con los países que están mejor posicionados: Kirguistán, cuyo Día de Sobregiro de la Tierra es el 26 de diciembre; seguido de Níger y Myanmar (25/12), Indonesia (18/12), Marruecos (16/12) y Ecuador (14/12). En Uruguay, “la protección pública está en 1% cuando nos habíamos comprometido a tener el 17% en 2020. En esos países, la superficies protegidas son bastante importantes”.
Boreson añadió: “Uruguay debe buscar nuevas oportunidades para continuar reduciendo su huella ecológica. Por ejemplo, considerar incentivos y políticas para priorizar una flota vehicular eléctrica más grande”. De esta forma se podría aplazar la fecha más hacia fin de año.
Los efectos de la pandemia en el cálculo
La Global Footprint Network dará a conocer hoy el Día del Sobregiro de la Tierra correspondiente para todo el planeta para este año. La fecha, que históricamente siempre se adelanta, puede dar alguna sorpresa como consecuencia de la pandemia por la COVID-19. En particular, por la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente por la reducción en transporte y actividad productiva alrededor del mundo, pero, “obviamente, nadie quiere que una pandemia sea nuestra solución para mitigar el cambio climático”, dijo Justin Boreson, consultor ambiental. La Agencia Internacional de Energía estima que las emisiones globales caerán 8% este año.