AMBIENTE
En 700 kilómetros hay muy pocos puntos que los científicos consideran “playas sanas”; la pérdida de las dunas es la principal causa
"No han hecho un GACH de costas”, bromeó Ofelia Gutiérrez, investigadora del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias y del PEDECIBA Geociencias. Pero el chiste quedó resonando en la conversación y pronto lo repitió con seguridad: es necesario y hasta urgente establecer un “comité de costas” para que en un próximo Día de las Playas, que se celebra cada 8 de diciembre, se pueda hablar de “playas sanas”.
Hoy se puede hablar de “playas frágiles” y estas, en los 700 kilómetros de ambientes dominados por las olas, “están en todas partes”. Otro comentario fue lapidario: “No sé si realmente hay alguna playa en equilibrio en este momento”.
Salud y malestar.
¿Qué es una playa sana? Sin hablar de contaminación, floraciones de cianobacterias o pérdida de biodiversidad, una playa sana tiene un cordón dunar, es decir, la primera duna. “Es la garantía de que la playa está en buenas condiciones”, apuntó Gutiérrez. Y, de punta a punta de la costa uruguaya, “quedan muy pocos lugares” con un cordón dunar con el tamaño, la pendiente y la vegetación (no exótica) necesarias para servir de defensa ante la erosión.
Ramírez, Pocitos y Malvín en Montevideo han recuperado esta estructura natural en los últimos años, así como algunos lugares puntuales en el este del país, por ejemplo, en Cabo Polonio. Pero la especialista no nombró ninguno más. “Nuestro colega Miguel Simón estudia a la araña lobo que solo aparece en el cordón dunar y le cuesta mucho encontrarla”, ilustró.
La importancia de la primera duna es que, durante una tormenta, las olas llegan hasta ella y se infiltran y la erosionan cambiando la pendiente; pero, al hacerlo, en la próxima ola le cuesta más al mar llegar al mismo lugar. El cordón se reconstruye solo cuando sale el sol: la playa recupera la arena. El problema es que, si este no existe, no hay infiltración. “Las playas no están en su mejor momento por falta de sedimento”, afirmó Gutiérrez.
¿Qué es la erosión, por qué y cómo ocurre?
La erosión es la acción de desgaste que pueden ejercer algunos agentes (viento, curso fluvial, oleaje o glaciar, por ejemplo) sobre el terreno. Esto se traduce como una “destrucción” del relieve y, en el caso de la costa, confluyen varios agentes.
Existe otro proceso emparentado con la erosión que es la sedimentación que “construye” relieve: La erosión y la sedimentación son procesos muy ligados entre sí y hay lugares en la costa donde ocurren ambos.
Existen dos tipos de erosión: la natural y la antrópica. La primera puede ser causada por el agua de lluvia o por el viento. La segunda es consecuencia de actividades realizadas por el ser humano, como la pavimentación o nivelación de dunas, construcciones sobre dunas litorales, tránsito de vehículos motorizados en dunas y playas, forestación, tala de vegetación nativa y caza y pesca furtiva.
Si faltan sedimentos, como sucede en el presente, la línea de costa retrocede y la playa modifica su pendiente, presentando una menor inclinación por falta de arena; así, las próximas olas de tormenta ingresan más y erosionan más y lo hacen hasta donde pueden avanzar: escolleras, muros, viviendas, calles.
A esto hay que sumarle el nivel del mar creciente, un hecho que calificó como “incontrastable”. Lo que ocurre desde hace años es un incremento del nivel del mar de aproximadamente un milímetro al año en el último siglo, eso sumado a que ha aumentado la frecuencia de eventos extremos, principales agentes de erosión.
No obstante, la recuperación de un cordón dunar es “rapidísimo”. En un año ya se ven los cambios. Eso sucedió, por ejemplo, en Cabo Polonio y en San Luis, donde se instalaron vallas para que se acumule la arena con los vientos fuertes. En sí, la reparación es fácil y económica: bastan unas ramas o una malla sombra.
El tema es, a juicio de la especialista, que haya voluntad política para hacerlo y mantenerlo.
“Los departamentos que tienen costa no tienen políticas claras de cómo restaurar los problemas de las playas. Montevideo es el único que tiene un comité de playas y ha mejorado; hay otros con alguna acción pero, en general, no se destina dinero para mantener la costa. La restauración del cordón dunar debería ser sistemática pero casi nunca se hace y eso que es muy barato”, expresó a El País.
Los errores comunes.
Lo más común es lo contrario: los errores. Por ejemplo, unos espigones en Las Vegas o en Boca del Cufré que pretendían controlar la erosión y terminaron facilitándola; o el permiso para la extracción de canto rodado en Solís y Bella Vista.
“Hay cosas que son imperceptibles pero que afectan a kilómetros. El retiro de canto rodado afectó un gran tramo de la costa porque era la defensa contra la barranca; la arena se fue y las olas fuertes no tienen cómo disipar la energía”, señaló.
Al preguntarle a Gutiérrez dónde se requiere atención urgente, quedó en silencio. No porque no se le ocurriera un lugar, sino porque debía nombrar muchos.
Uno de los más degradados es la costa canaria hasta el arroyo Pando, donde ha crecido la urbanización. “Está cortado el ciclo de alimentación de arena; no hay más dunas que aporten a los arroyos”, apuntó.
La construcción de viviendas es topográficamente muy baja y, sumada a la pavimentación y relleno con tierra para los jardines, se amplifica la erosión de las playas y la inundación de la zona.
“En Ciudad de la Costa fuimos preparando todo para el desastre. Si se hubieran dejado las dunas originales y la forma natural del terreno, con esas grandes esponjas que permitían la infiltración, no se iban a tener las inundaciones que se tienen ahora”, añadió.
Lamento.
Una propuesta que hacen los técnicos de gestión costera del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales es que los guardavidas se conviertan en guardaparques durante todo el año; es decir, que sean ellos los que estén en alerta permanente del estado de las playas y puedan mantener las infraestructuras de recuperación del cordón dunar que se lleguen a colocar.
Mientras que esto no se hace, mientras que no existe un GACH para la costa, mientras que la arena se sigue escapando con el viento y el mar sube y avanza, Gutiérrez solo tiene una cosa más para decir: “Vivimos de espaldas al mar”.
Playas mojadas y sus efectos en el ambiente.
Hay otra situación que degrada el ambiente de playa y es la elevación de los niveles freáticos (se trata de una capa en la que hay acumulación de agua subterránea y que se encuentra a una profundidad relativamente pequeña) que provoca que las playas estén húmedas o incluso inundadas. Un ejemplo es la Playa Mansa de Atlántida o la Playa Anaconda en Rocha, entre otras. Eso limita el uso recreacional. Además, en algunos casos podría tratarse de aguas contaminadas, algo a confirmar, lo que supone un riesgo sanitario. Además de estas consecuencias sobre el turismo, también se pueden ver afectadas infraestructuras (viviendas, carreteras, ramblas), lo que conlleva a estar reparándolas o removilizando arenas, algo que tiene un costo para los municipios o el Ministerio de Transporte y Obras Públicas; o también acciones legales por inacción contra el Estado, pagando indemnizaciones decretadas por la Justicia a los promotores de las mismas.
¿Qué estudia el Pedeciba Geociencias?
Pedeciba Geociencias es una de las cinco áreas del Programa de Desarrollo de Ciencias Básicas (Pedeciba), organismo gestionado por Udelar y MEC que entre sus objetivos principales se cuenta la formación a nivel de maestrías y doctorado para profesionales en diferentes disciplinas de las ciencias básicas.
El área Geociencias, en particular, agrupa a los investigadores que se dedican al estudio de fenómenos físicos, químicos y biológicos que ocurren en el planeta y en el espacio exterior, que puedan afectar a la Tierra y a los seres vivos. Entre las disciplinas que involucra se cuentan la geología, la hidrología, la oceanografía, la paleontología, la geografía y las ciencias de la atmósfera (como la meteorología y climatología, por ejemplo).
Actualmente, el área está integrada por 50 investigadores, además de 69 estudiantes que cursan maestrías o doctorados actualmente. Desde su creación en 2010, Pedeciba Geociencias ha formado a más de 30 profesionales en las diferentes disciplinas que involucra.