MEDICINA
Después de ocho años, dos cardiólogos y un urólogo reciben la atención por su trabajo en el tratamiento de la estrechez de uretra
"Una foto con el caso cero, por favor”. El cardiólogo Daniel Fiandra tuvo que posar para varias selfies. Ni él ni sus colegas, el urólogo Javier Zeballos y el cardiólogo Jorge Musetti, se esperaban tal repercusión aunque, en realidad, es merecida. Los tres son pioneros en un tratamiento para la estrechez de la uretrasin cirugía, una técnica que acapara la atención de profesionales del continente.
Fiandra es uno de sus creadores y, al mismo tiempo, el caso cero. En 2013 fue internado por una neumonía por la que requirió la colocación de una sonda vesical que le trajo más complicaciones que la propia patología. “Era desesperante”, dijo a El País sobre lo que vivió después.
Por meses padeció dolores y dificultades para orinar y debía dilatarse cada dos semanas para abrir la uretra que se le cerraba por una estenosis. La única solución era someterse a una cirugía por la que debían colocarle la sonda otra vez. No existía en ningún lugar del mundo una alternativa. Así que pensó y le propuso a Musetti hacer una prueba: ¿y si usaban en su uretra un balón con droga de los que ellos hacía poco tiempo colocaban en arterias tapadas?
El cardiólogo se convirtió en el caso cero de una técnica creada por uruguayos y que, ocho años después, Fiandra, Zeballos y Musetti enseñan a especialistas de Estados Unidos, Argentina, Chile y Colombia (los que piden las fotos). “Nunca hubo un reconocimiento explícito pero ahora vienen a ver cómo trabajamos”, apuntó Zeballos a El País.
Esto se debe a que la FDA aprobó en diciembre de 2021 un balón especial para la uretra “basado en series latinoamericanas” (sin nombrar a los pacientes uruguayos) y, con esta noticia, buscaron a los responsables de los resultados que se presentaban en congresos desde hacía años.
Desde 2014 hasta ahora, Fiandra, Zeballos y Musetti han aplicado la uretroplastía con balón con drogas a 60 personas. La técnica tiene una eficacia demostrada del 75%, igual que la cirugía; y tiene una aprobación del 95% de sus pacientes que afirman que les ha cambiado su vida.
No solo lo dice Fiandra. Beatriz Rodríguez es una de las dos primeras mujeres en el mundo que recibieron esta técnica y que, según el testimonio que brindó a El País, le solucionó un problema de molestias e infeccionesque arrastró por 25 años y que no había podido ser resuelto con cirugía.
Las causas de la estrechez.
La estrechez de la uretra ocurre en todas las edades. Puede ser una condición congénita o puede tener una causa traumática o inflamatoria. “Ha aumentado mucho la parte traumática”, indicó Zeballos.
Esto tiene dos motivos: por un lado, como secuela de traumatismos internos provocados por instrumentos quirúrgicos que son colocados en el conducto; y, por otro, por traumatismos externos ocasionados, por ejemplo, por accidentes de tránsito. En el caso de las mujeres puede deberse a un traumatismo durante el parto.
“Es una patología benigna pero que trastorna la calidad de vida. Orinar con dificultad es un trastorno muy severo y que puede ser doloroso. Altera todo aunque sea una estrechez pequeñita de un milímetro”, comentó el urólogo.
Esto pacientes, además, tienen dificultades para llevar una vida sexual satisfactoria, a menudo deben usar pañales y deben realizarse dilataciones periódicas de la uretra.
La uretroplastía consta de cuatro pasos: la aplicación de anestesia local, la inyección de una sustancia de contraste en la uretra para localizar la estenosis y medir el diámetro del tubo, la colocación del balón y la liberación de la droga. Es un proceso ambulatorio que no requiere una sonda.
“Es una herramienta nueva no quirúrgica para el tratamiento de la estrechez de la uretra que está demostrando que puede tener los mismos resultados que la cirugía. El paciente se va orinando”, señaló Zeballos.
Los 10 individuos siguientes al caso cero eran pacientes del urólogo en el Hospital Maciel, donde era jefe del servicio. Ninguno era candidato a la cirugía por diversas razones por lo que se los consideró como “los más difíciles” para empezar a validar la idea de Fiandra y Musetti.
Pero el 96% confirmaron haber mejorado su calidad de vida tras recibir la uretroplastía.
Con el paso del tiempo, el equipo también la ha aplicado a estenosis en los uréteres (los conductos que transportan la orina desde el riñón hasta la vejiga) y cada caso es diferente: la solución se adapta a las necesidades del paciente. “Desde Fiandra a hoy hemos mejorado la técnica”, apuntó Musetti.
El pasado 6 de abril el equipo realizó tres intervenciones para capacitar a médicos de la región. Inclusive participaron dos urólogos estadounidenses que están realizando las primeras prácticas en ese país luego de la aprobación de la FDA.
Intervención del azar: de un pino a los pacientes.
El comienzo de la realización de las uretroplastía con balón de droga fue totalmente accidental: en abril de 2013 Daniel Fiandra sufrió una neumonía que le ocasionó una estenosis uretral severa. Para no someterse a una cirugía y a una nueva colocación de una sonda, quiso probar con un procedimiento que realizaba en arterias tapadas. Para su colega Javier Zeballos, el azar no empezó ahí, sino en la década de 1950. Así lo explicó: “La droga paclitaxel se descubrió en la corteza de un pino en el noreste de Estados Unidos. Recién en 2000 se empezó a usar como droga antitumoral. Hoy es primera línea para cáncer de ovarios y otros tumores femeninos. Recién en 2012 se usó para afecciones coronarias. Y en 2013 Fiandra y Musetti la aplicaron para uretra. Llegó desde un árbol hasta Fiandra y ahora a los pacientes”. Para Zeballos, el azar interviene todo el tiempo en medicina, solo hay que “tener la mente abierta”.
El destino.
La técnica uruguaya resultó ser producto del azar. Zeballos expresó que nunca se le habría ocurrido aplicar un balón con la droga paclitaxel de uso cardiológico en la uretra. Fiandra y Musetti no sabían si iba a funcionar puesto que del aparato urinario sabían lo básico pero se decidieron a hacer el intento. Lo lograron.
Zeballos concluyó: “Yo creo mucho en las casualidades. Pero la medicina moderna es muy estructurada. Te enseñan a manejarte con protocolos. Hay una frase de Pasteur que dice: ‘El azar da resultados… pero en mentes que están preparadas’. Este fue un caso azaroso con un hecho más que significativo: Fiandra lo probó en él mismo”.