SALUD
La forma de pisar impacta en todo el cuerpo y causa lesiones; un estudio puede evitar futuras dolencias
Crondomalacia rotular. No lo sé decir de memoria pero sé perfectamente cuanto duele. No sé si nací con eso o pasó después pero tengo una desalineación en la rótula derecha que, según determinados movimientos, se inflama y se tranca. Y destrancarla duele mucho. Eso afecta o ha sido afectado por mi forma de caminar y lo he descubierto hace poco con una valoración biomecánica.
Con este estudio se pueden conocer distintos aspectos de la mecánica del cuerpo en diferentes circunstancias: de pie, en equilibrio, con ojos abiertos o cerrados.
La forma de nuestros pies, la manera en la que pisamos y distribuimos el peso, el movimiento de la cadera y de las rodillas son algunos de los aspectos que condicionan la postura general.
A veces puede ser cuestión de milímetros pero con el paso de los años genera tensiones, dolores y problemas más serios. Por ejemplo, mi cuerpo está unos milímetros anteriorizado, es decir, está hacia adelante (cuando debería ser perpendicular al piso) y eso genera que presione más sobre la parte de delante de la planta del pie y, al mismo tiempo, una tensión lumbar porque el cuerpo está en permanente lucha para posicionarse de forma correcta.
Cómo se hace una valoración biomecánica.
Un estudio biomecánico utiliza herramientas provenientes de la mecánica como la cinemática, cinética, electromiografía y baropodometría (medición de las presiones del pie). Dura media hora, aproximadamente. La persona, por ejemplo, camina sobre un sistema de evaluación del apoyo plantar, al tiempo que un software analiza su postura y la marcha; o mantiene el equilibrio con los ojos abiertos y con los ojos cerrados. Además, se para sobre una plataforma que escanea la morfología del pie y analiza las áreas con mayor presión. Puede usar un sensor en miniatura que permite evaluar los movimientos, aceleraciones y revoluciones y puede utilizarse también unos dispositivos que efectúan un análisis del calzado. Al finalizar, el software realiza una proyección tridimensional de cada pie y define las características que debe tener las órtesis plantares en caso de que el paciente quiera contar con unas. BioHealth Group ofrece el servicio del estudio biomecánico sin costo. La tecnología es provista por la empresa italiana Sensor Medica con la que se firmó una alianza.
Distintos dolores.
Hay patologías típicas de acuerdo con si se tiene un pie cavo, pie plano, pisada pronadora y pisada supinadora. Eso se determina con el estudio biomecánico.
Por ejemplo, mi pie izquierdo es cavo (el derecho es lo que se conoce como “ideal”), es decir, en vez de hacer la carga en tres sectores, se hace en dos: en la zona del talón y del metatarso (debajo de los dedos) y no realiza el apoyo que debería por la parte media y externa del pie.
Los síntomas más frecuentes son lumbalgias, rigidez en las articulaciones, exceso en la tensión muscular, tendinitis, dolor al apoyar el talón, endurecimiento y dolor en zonas de apoyo, acortamiento del largo del pie, dedos en garra y cansancio al estar de pie.
Un pie plano es aquel cuyo arco de la parte interna está aplanado. Sus síntomas incluyen calambres en las pies y piernas, dolor en la musculatura interna de la pierna, rodillas y tobillo, colapso del arco del pie e inclinación del talón.
“Un pie plano es como un auto sin amortiguadores”, ilustró Gustavo Graña, director de Biohealth, centro de medicina y cirugía de pie y tobillo que realiza sin costo la valoración biomecánica. Añadió: “Tu cuerpo lo balancea y lo reordena pero altera otras cosas; entonces, la energía no pasa por los lugares donde tiene que pasar, no trabajás las cadenas musculares que deberías trabajar y este tipo de compensaciones traen a la larga un montón de problemas”.
La pisada pronadora, que desplaza la carga hacia el interior, provoca una absorción menos efectiva de los impactos y aumenta la contractilidad muscular. Los dolores en tendón rotuliano son frecuentes, así también como los cuadros de tendinitis tibial posterior, síndrome piramidal (comprensión del nervio ciático) y la aparición de los famosos juanetes.
La pisada supinadora implica una rotación externa del pie al caminar. Esto genera estrés en los músculos, aumenta la posibilidad de sufrir esguince de tobillo y fracturas, dolor e inflamación en ligamentos, músculos y tendones al caminar, dolor en espinillas, calambres y dolor interno en la tibia y problemas en la cadera.
Plantillas personalizadas.
Esta información es fundamental para deportistas pero, a juicio de Graña, no debería quedarse ahí. Una valoración biomecánica es útil para adelantarse a lesiones. Insta a que la realicen las embarazadas, los niños, las personas de tercera edad, los diabéticos y las personas obesas.
Biohealth da la posibilidad de fabricar plantillas personalizadas para solucionar los problemas de postura. Por ejemplo, más estabilidad para los ancianos o descomprensión en los pies diabéticos. En el último caso, sucede lo siguiente: un callo en el pie puede convertirse en una úlcera que no cicatrizará y, en el peor de los casos, terminará en una amputación. Si la persona usa una plantilla logrará distribuir las presiones de forma tal que no se agrande una herida.
Tres veces más lesiones por falta de ortopedia.
Un estudio realizado en EE.UU. en 2011, para el que se seleccionaron 400 militares al comienzo de su formación básica, reveló que aen los que se les dio un tratamiento con plantillas personalizadas, el número de lesiones de importancia era tres veces menos; por otra parte, disminuyeron más de 10 veces las lesiones musculares en la parte interna de la pierna y en siete veces las lesiones por síndromes compartimentales. Es decir, el riesgo de lesión ante una actividad física intensa se multiplica por tres de forma genérica en los individuos que no usan plantillas ortopédicas personalizadas y de forma más específica se multiplican por 10 las lesiones en estructuras como el tibial posterior, tibial anterior y otras estructuras de la parte interna de la tibia.
La órtesis plantar es el resultado del cálculo de la correcta distribución de las cargas, alineación del pie durante la marcha, la redistribución de las presiones, la amortiguación, estabilidad y absorción del impacto de cada persona. Luego de hacerse el estudio biomecánico, un software ordena la fabricación de las plantillas en una goma eva especial de distintos grosores.
En el caso de los atletas, por ejemplo, estas van a ser diferentes según la disciplina. Un tenista necesitará unas que le alivian la presión que ejerce por las frenas y los cambios de ritmo.
Por Biohealth han pasado Andrés Silva y Sebastián Abreu, también los planteles de Rentistas, Nacional y Peñarol, los Cuervos y Malvín y Olimpia, entre otros. “No tenían una cultura de la biomecánica ni de conocer los aspectos de su cuerpo. Hay muchísimas lesiones que se explican por la biomecánica, por ejemplo, la contractura de gemelos”, apuntó Graña.
Diferencias entre los tres tipos de pisadas.
Hay tres tipos de pisada: pronadora, neutra y supinadora. El pie tiene tres puntos de apoyo o presión, que son el talón, la cabeza del primer metatarsiano y la cabeza del quinto metatarsiano y distintos arcos: interno, externo y anterior. Cuando el arco interno está “vencido” o disminuido, tenemos un pie plano y una tendencia a ser un pie pronador. Cuando el apoyo es más del lado externo, es un pie supinador. Y neutro es el que pisa en forma equilibrada con los tres puntos de apoyo. Si no se corrigen o tienen en cuenta estas características, además del calzado deportivo y el terreno, se pueden generar lesiones. Pueden darse a nivel de la tibia, como una periostitis tibial (irritación e inflamación de los músculos, los tendones y los huesos de la parte inferior de la pierna), que puede llegar a una fractura por estrés mecánico.