MEDIOAMBIENTE
Biólogo explica qué es la “mancha tibia” descrita por The Post que afecta los ecosistemas marinos.
Un informe del diario estadounidense Washington Post señala que una “misteriosa” mancha de agua tibia, que se extiende desde la costa uruguaya hasta el Atlántico Sur, se ha calentado extremadamente rápido durante el siglo pasado, en concreto, en más de 2 grados Celsius, el doble del promedio mundial. Y en su centro, la temperatura ha subido hasta 3 grados. La dimensión de esa zona es de 336.698 kilómetros cuadrados de océano, casi dos veces más grande que el territorio nacional.
Este punto caliente fue identificado por primera vez en 2012 y los científicos han visto cómo ha influido en la extinción masiva de almejas, así como también en la aparición de floraciones de algas, entre otros cambios en el ecosistema marino.
Respecto a las almejas, el artículo escrito por Chris Mooney y John Muysken indica: “El hecho de que estén muriendo en masa mientras las aguas se calientan en la costa de Uruguay es una de las muestras más vívidas de los impactos del cambio climático”.
En la costa.
Omar Defeo, investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República, explicó a El País que se han desarrollado varias investigaciones que evidencian lo mencionado por los periodistas del Washington Post. Los estudios apuntan a “un incremento de la temperatura del agua superficial del mar en nuestra zona, lo que se le llama hot spot, que es una zona caliente que está induciendo a cambios ecológicos”.
El experto es uno de los autores del estudio Evidence of ocean warming in Uruguay’s fisheries landings: the mean temperature of the catch approach recientemente publicado en Marine Ecology Progress Series en el que se asegura que el calentamiento del océano ha estado afectando a las pesquerías industriales uruguayas durante las últimas dos décadas. Los efectos a largo plazo del cambio climático han llevado a un cambio de las especies de aguas frías a las de aguas cálidas.
Esos cambios ecológicos, señaló el biólogo, incluyen, entre otros elementos, un incremento de las mortandades masivas de algunas especies como, por ejemplo, la almeja, que se han estado registrando por más de 30 años. En 1993, por ejemplo, hubo un episodio por aumento de la temperatura del agua y, posiblemente, por la presencia de algún virus y parásito. La mortandad fue total en Brasil, Argentina y Uruguay. Duró 14 años.
“Los rasgos de distribución, abundancia e historia de vida de los peces e invertebrados marinos se ven cada vez más afectados por el calentamiento del océano. En consecuencia, los desembarques de las pesquerías tradicionales y sus composiciones relativas de especies podrían modificarse potencialmente” lo que tendría, además, un impacto socioeconómico negativo, se lee en el documento.
El investigador señaló que el análisis de largo plazo que es realizado por los técnicos de la Facultad de Ciencias y la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos al respecto “muestra inequívocamente un incremento de episodios de mortandades masivas, las que se han atribuido a esos aumentos de temperatura”.
Esta no es la única señal de la presencia de la mancha de agua tibia, sino que recientemente se ha publicado evidencia científica de que las aguas oceánicas frente a la costa uruguaya registran una suba de las especies con afinidades tropicales. “Es un efecto de tropicalización”, apuntó.
Este afecto, además, favorece las floraciones nocivas de fitoplancton con afinidades tropicales y “eso se ha traducido últimamente en un incremento de mareas rojas”.
En el estudio publicado en Marine Ecology Progress Series se lee: “Hay una necesidad urgente de considerar los cambios ambientales para gestionar adecuadamente las poblaciones de peces, en particular los compartidos con los países vecinos”.
El artículo del Washington Post recuerda una ola de calor oceánica en 2017 que provocó la muerte masiva de peces y una peligrosa floración de algas que forzó el cierre de playas en Montevideo. “Tales eventos se están volviendo más comunes y más severos. Lo que experimentaron los almejares a lo largo de la costa cerca de Brasil hace décadas se está extendiendo y es cada vez más difícil de ignorar”, afirman los periodistas. Defeo coincide.
Lo "normal".
En los últimos cinco años, la Tierra ha pasado un umbral significativo. El planeta ahora es, en general, 1 grado Celsius más cálido que a mediados y finales de 1800, antes de que la industrialización se extendiera por todo el mundo. Las regiones “2C” como la zona oceánica frente a Uruguay incluyen muchos lugares ya cálidos, como el Medio Oriente, pero también franjas frías de Siberia y Canadá.
Debido a que la Tierra atraviesa varios ciclos naturales, los científicos climáticos consideran largos períodos, de varios años, para analizar el cambio de temperatura. El análisis del Post consideró dos períodos “preindustriales”: los 50 años comprendidos entre 1850 a 1899 y los 20 años comprendidos entre 1880 a 1899. También consideró dos períodos finales, los últimos cinco años y los últimos 10, que se compararon con los dos períodos preindustriales. Los últimos cinco años son los más calientes y muestran los puntos calientes de 2 grados Celcius más numerosos y expansivos. Y aunque cinco años pueden ser un breve período en términos climáticos, 2019 ya está siguiendo el mismo camino ultra cálido.
Salvo algún evento dramático como una gran erupción volcánica, que puede causar un enfriamiento global temporal al arrojar cenizas que bloquean el sol, los científicos esperan que esto continúe y empeore constantemente.
“No vamos a enfriarnos mucho en el futuro, por lo que los últimos cinco años son indicativos de la nueva normalidad”, dijo Zeke Hausfather, investigador de Berkeley Earth, que produce uno de los conjuntos de datos analizados por The Post.
Clima extremo desplazó cifra récord
El 2019 va camino a ser uno de los años más desastrosos en materia medioambiental en casi dos décadas: los eventos climáticos extremos que ocurrieron en el primer semestre desplazaron a un récord de 7 millones de personas de sus hogares, según publica The New York Times.
Esta cifra fue registrada incluso antes del paso del feroz huracán Dorian, que azotó la zona de las Bahamas recientemente. El Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno emitió un informe en el que señaló que las inundaciones, deslizamientos de tierra, ciclones y otros eventos climáticos extremos desplazaron temporalmente a más personas en la primera mitad de este año que durante el mismo periodo en cualquier otro año.
En el informe los expertos dijeron que “en el clima cambiante de hoy, el desplazamiento masivo provocado por los fenómenos meteorológicos extremos se está convirtiendo en la norma”. Agregaron que las cifras mencionadas representan “la más alta de mitad de año registrada para los desplazamientos asociados con desastres”.
En total, casi el doble de personas fueron desplazadas por fenómenos meteorológicos extremos, principalmente tormentas, que el número de desplazados por conflictos y violencia en los primeros seis meses de este año, según el centro de monitoreo.