El 29 de junio fue el día más corto registrado en la Tierra: experto explica por qué los días están durando menos

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El planeta Tierra.
El planeta Tierra.
Foto: Pixabay

FENÓMENO

Ese día la Tierra giró 1,59 milisegundos más rápido que las 24 horas habituales; la respuesta puede ser el cambio climático

A menos que usted sea un “físico obsesivo con el tiempo” –como Tabaré Gallardo se definió a sí mismo–, no se habrá dado cuenta que el pasado 29 de julio tuvo 1,59 milisegundos menos. Ese día fue reconocido como “el día más corto de la historia” desde que se tienen registros pero, en realidad, puede suceder lo mismo o más hoy o mañana o dentro de un mes.

Desde 2020, la Tierra rota más rápido de lo que lo ha estado haciendo desde hace millones de años. “La tendencia es que los días se acortan cuando lo normal era que se alargaran debido al frenado de la Luna. Esto va en contra de esto”, explicó el profesor agregado del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias. Y esto tiene varias posibles explicaciones y no es sorpresa que el hombre tenga que ver con una de ellas. “Se sospecha que juega el cambio climático”, apuntó.

Cuáles son los efectos.

De acuerdo con los reportes del 19 de julio de 2020, la Tierra completó en dar la vuelta sobre su eje 1,47 milisegundos antes de su duración de 24 horas habitual. Una semana después, el 26 de julio, la diferencia fue de 1,50 milisegundos. Y siguió fluctuando y bajando hasta ahora que apuró el ciclo diurno en 1,59 milisegundos la semana pasada y los expertos “no entienden hasta cuándo va a ser así o si va a frenarse de nuevo”.

Lo normal hasta 2020 era que los días fueran un poquito más largos debido al enlentecimiento de la rotación de la Tierra. Cuando se acumulaba un segundo, se sumaba ese tiempo a los relojes (hoy se actualizan de forma automática) y, al ser tan poca la sumatoria, la vida seguía su curso sin ningún problema.

Gallardo explicó: “La Tierra no está aislada. Recibe los efectos de la Luna y del Sol que mueven el eje de rotación en el espacio y generan lo que se llama la precesión que completan un gran cono en un periodo de 26 mil años. Además, la marea de la Luna sobre la Tierra tiende a frenarla, lo que explica que se alarguen los días”.

Pero hoy ocurren otros fenómenos que tienen el efecto contrario. Uno de ellos es el “tambaleo de Chandler” que es aquel que genera el movimiento polar. Si hoy colocamos una bandera exactamente en el Polo Sur y la vamos a buscar dentro de un mes, veremos que el polo ya no está en el mismo lugar sino que estará corrido unos tres o cuatro metros. No es que se mueva en el espacio, sino que la Tierra es la que gira respecto al polo. “El eje de rotación está fijo pero la pelota terrestre es la que se bambolea”, dijo Gallardo. El tambaleo de Chandler existe independientemente de los efectos de la Luna y el Sol y afecta la rotación.

Y, por otro lado, la Tierra no es un objeto rígido sino que cambia su forma sutilmente en las estaciones por la interacción con la atmósfera. Esto afecta el momento de inercia (distribución de masa de un cuerpo respecto a un eje de giro) de la Tierra que se traduce en un cambio de rotación.

El tema es que el momento angular terrestre es constante y, si se modifica la distribución de masas (como ocurre en cada estación por los cambios de temperatura), el planeta se adaptará cambiando la rotación. Pero lo que es natural deja de serlo cuando la Tierra tiene que “reacomodarse” por los efectos del cambio climático. Por ejemplo, al derretirse los casquetes polares, se libera presión sobre la superficie y la Tierra responde elevando, por ejemplo, a la Antártida. De esta manera, disminuye el momento de inercia y, en consecuencia, se acelera la rotación y se acortan los días.

“Ahora hay un evento que revierte eso y que acelera la rotación. No es por causa de la Luna y se sospecha que es por cambios en la parte física de la Tierra debido a la interacción con la atmósfera o a los reacomodos internos. Si la Tierra fuera rígida, el tambaleo sería siempre el mismo, pero la Tierra tiene cierta plasticidad y el tambaleo cambia al modificar la distribución de masas internas o en la superficie, por ejemplo, por la pérdida de hielo, y con eso estás cambiando el momento de inercia y la rotación”, explicó Gallardo.

Este efecto del cambio climático es visible en la operación de los satélites del Sistema de Posicionamiento Global (GPS). “Como la Tierra rota ‘a lo loco’, los satélites tienen que saber cómo lo hace para dar direcciones por lo que se los corrige permanentemente”, dijo Gallardo.

Días de 20 horas; años de más de 400 días

“Históricamente, los días se estaban alargando”, apuntó Tabaré Gallardo, profesor agregado del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias.
En un pasado muy remoto, los días tenían 20 horas y no 24 horas. “Lo que está dominando la escala de tiempo es el frenado de la Luna”, apuntó en diálogo con El País.

Y añadió: “Se conoce que el año terrestre hace 200 millones de años tenía más de 400 días. (Se acortó) no porque la Tierra cambió de órbita sino porque cambió el periodo de rotación. Antes rotaba más rápido y después empezó a rotar cada vez más lento por el frenado de la Luna y ahora gira más rápido”.

El cambio climático no solo hace su parte para que ocurra este fenómeno, sino también los desastres naturales como los terremotos.

Por ejemplo, los sismos de 2004 en Asia acortaron el día en casi tres microsegundos.

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