El aeropuerto en el que es tan difícil aterrizar que solamente 50 pilotos pueden hacerlo: ¿dónde es y por qué?

El Aeropuerto Internacional de Paro (Bután) es conocido por tener que afrontar condiciones adversas para aterrizar un avión, que no lo convierte en peligroso, siempre y cuando el piloto sepa hacerlo.

Compartir esta noticia
El Aeropuerto Internacional de Paro, en Bután.
El Aeropuerto Internacional de Paro, en Bután.
Foto: Adli Wahid / 500px / Commons

La Nación/GDA
Bután, un país ubicado en el sur de Asia, es parte de la cordillera del Himalaya y cuenta con una población de alrededor de 800.000 habitantes. Una de sus cuatro terminales aéreas, el Aeropuerto Internacional de Paro (PBH), es la única que opera con vuelos internacionales y es considerada como una de las más peligrosas del mundo.

El aeropuerto se encuentra a seis kilómetros de la ciudad que lleva su nombre y a 48 kilómetros de Timbu, la capital del país, y cuenta con solamente 50 pilotos capacitados para su aterrizaje en el lugar.

Por esta razón, todos aquellos que desean visitar la Tierra del Dragón del Trueno, como se conoce a Bután, deben vivir una de las experiencias de vuelo más desafiantes del mundo. La ubicación geográfica y las condiciones climáticas de la región hacen que aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Paro (PBH) sea una tarea apta solo para pilotos capacitados.

Por qué es difícil aterrizar en Paro

Bután está compuesto en más del 97% por montañas y Paro se encuentra a 2.230 metros sobre el nivel del mar, de acuerdo con CNN. Ante esto, Chimi Dorji, piloto y entrenador de la tripulación de cabina de Druk Air, explicó al medio: “A mayor altitud, el aire es más fino, por lo que el avión tiene que volar más rápido. La velocidad aerodinámica real será la misma, pero la velocidad aerodinámica en comparación con el suelo es mucho mayor”.

Un factor clave para la seguridad es el horario de los vuelos a Paro, que suelen ser por la mañana, con el objetivo de evitar las fuertes condiciones del viento en el aterrizaje y alcanzar una seguridad óptima. “Tratamos de evitar las operaciones después del mediodía porque entonces hay muchos vientos térmicos, las temperaturas suben y las lluvias aún no han llegado”, comentó Dorji.

Esto no es un problema durante los despegues, por lo que los aviones pueden salir de Bután por la tarde. Sin embargo, nunca se realizan vuelos nocturnos debido a que los pilotos no disponen de radar para el aterrizaje. A su vez, a los vientos se le suman las tormentas eléctricas con granizo que se producen durante la temporada de los monzones, entre junio y agosto.

Por último, volar a Paro es difícil por el terreno montañoso que lo rodea, con picos de hasta 5.480 metros que dificultan la visibilidad de los pilotos al momento de identificar la pista de aterrizaje. Esta cuenta con solo 2.250 metros de largo y 30 metros de ancho, según consigna El Economista.

Ante esta combinación de factores geográficos y climáticos, aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Paro “es un desafío para la habilidad del piloto, pero no es peligroso, porque si lo fuera, no estaría volando”, expresó Dorji.

Un avión Airbus A319-115 de Druk Air en la terminal aérea de Paro, Bután.
Un avión Airbus A319-115 de Druk Air en la terminal aérea de Paro, Bután.
Foto: Md. Aminul Hassan / Dominio público

Quiénes pueden aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Paro

En la actualidad, solamente 50 pilotos están capacitados para aterrizar sobre la pista del Aeropuerto Internacional de Paro, que es de categoría C. Esto significa que los aeronautas deben tener una formación especial, por tener que hacerlo de forma manual y sin radar.

Pese a esto, la cifra de pilotos capacitados podría duplicarse en los próximos años ante el interés nacional declarado en contratar y entrenar a más jóvenes locales, debido a que es esencial que conozcan el paisaje de la zona para evitar cualquier tipo de inconveniente.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

GDA

Te puede interesar