Washington - El ajo tiene una fama milenaria de ser beneficioso para la salud, pero un estudio publicado hoy afirma que ni crudo, ni cocido o concentrado en píldoras reduce el colesterol "malo" de manera significativa.
El colesterol viene en dos formas: lipoproteínas de baja densidad (LDB) y lipoproteínas de alta densidad (LAD). El LAD es bueno porque elimina el LDB de la sangre, y el LDB es malo porque tiende a acumularse en las paredes de las vías sanguíneas y amenaza con bloquearlas.
A su vez hay dos fuentes de colesterol: el que produce el organismo en el hígado, y el que se obtiene de los alimentos.
Los fabricantes y vendedores de píldoras que contienen dosis concentradas de diversos condimentos, frutas, verduras y minerales han estado promoviendo el ajo, durante décadas, como un método eficaz para la reducción del LDB.
El estudio, publicado en la revista "Annals of Internal Medicine" y encabezado por Christopher Gardner, de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford, en California, sostiene que ninguna de las tres formas de ajo probadas, crudo y dos tipos de suplementos alimenticios de venta en tiendas, redujeron significativamente el LDB en una prueba de seis meses.
"Las píldoras de ajo, muchas de las cuales buscan combinar los beneficios del ajo crudo con una presentación más suave para el paladar, se promueven como agentes que reducen el colesterol, y se cuentan entre los productos de herbolario más vendidos", indica el artículo.
La trituración de los dientes de ajo inicia la formación de un compuesto llamado como alicina, que en pruebas de laboratorio ha mostrado que impide la formación de colesterol. Pero las pruebas clínicas del ajo como agente reductor del colesterol en humanos no han dado resultados coherentes.
Para el estudio, Gardner y sus colegas enrolaron a 192 adultos, con edades de 30 a 65 años, con niveles moderadamente altos de LDB (de 130 a 190 miligramos por decilitro), a partir de noviembre de 2002.
A 49 participantes se les asignó, al azar, una dosis de ajo crudo. Además, 47 tomaron ajo en polvo, 48 tomaron otro suplemento de ajo y 48 tomaron un placebo.
La cantidad de ajo consumido en los tres grupos que recibieron ajo fue equivalente a un diente de ajo por día, seis días por semana. Mes a mes los investigadores evaluaron los niveles de colesterol en la sangre, en ayunas, y se verificó regularmente la composición química de los suplementos.
"No hubo efectos estadísticamente significativos de las tres formas de ajo sobre las concentraciones de LDB", detalla el artículo.
EFE