El artista de 24 años que le da vida a los dinosaurios

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Germán Peralta paleoartista

HISTORIAS

Germán Peralta se ha transformado en paleoartista; ¿cómo logra esculturas tan reales? Una pieza irá al nuevo Museo de Geociencias de Tacuarembó

"Y… me rechina un poco”. Un poco que los velociraptores midan como dos metros en vez del real medio metro. Un poco que todos los dinosaurios tengan escamas y ninguno protoplumas. Y un poco que el tiranosaurio rex tenga la velocidad para perseguir un auto cuando, en realidad, no podría hacer eso. A Germán Peralta le molestan las inexactitudes de la saga Jurassic Park aunque le tenga cariño. Él sabe que si quiere corrección científica debe leer enciclopedias, ver el Discovery Channel, revisar papers, consultar a paleontólogos y abrir la vitrina que compró para su casa. En esas tres repisas coloca su obra terminada: esculturas súper realistas de dinosaurios. Tan realistas que al Yutyrannus le corre baba por la boca.

Germán tiene 24 años –“cumplidos en octubre”–, estudia en la Facultad de Ciencias Económicas y en el Instituto Uruguayo de Normas Técnicas y no sabe por qué pero los dinosaurios le obsesionan desde niño. Los dibujaba, los estudiaba, los miraba en documentales, los recreaba en porcelana fría. Durante la adolescencia los apartó un poco pero los dinosauriossiempre lo esperaron. Hasta que un día, hace unos dos años y medio aproximadamente, y por esas cosas de las redes sociales que espían nuestros deseos, Germán vio una publicidad de un taller de esculturas.

Preguntó precio y se animó. “Empecé a esculpir dinosaurios”, dijo a El País.

Germán Peralta paleoartista
Escultura de Germán Peralta

En la cuenta de Instagram @cretacicaesculturas muestra cada escultura de principio a fin. Este proceso, en general, le lleva entre dos y tres meses. Empieza con un alambre que oficia de esqueleto. La forma, la torsión y el tamaño están hechos a escala. Por lo general, de 1:20. Este es recubierto por epoxi. Una vez que está hecha la estructura y es lo suficientemente firme, Germán comienza a moldear el dinosaurio con arcilla polimérica (la que compra en el exterior porque sale más barata).

Y luego viene lo que llama el “proceso de estanque”. O la prueba de fuego para la ansiedad. Es hora de los detalles: una escama tras otra, una protopluma tras otra, un diente tras otro.

Los dibujos sobre la piel de la criatura los hace tras haber secado la arcilla con calor. “Con una mezcla de arte y ciencia puedo representar al dinosaurio mediante la escultura”, contó.

Y añadió: “Lo que busco es lograr el mayor realismo posible. Siempre fui fan del realismo y de lo correctamente científico y de lo que se sabe hoy en día de los dinosaurios. Porque lo correctamente científico hoy puede ser incorrecto mañana”.

Por ejemplo, un tiranosaurio rex hecho hace unos años debía lucir una escamosa piel reptiliana pero uno de ahora debe llegar algunas protoplumas. Quizás el próximo tiranosaurio rex de Germán deba verse diferente.

La fascinación por el realismo lo lleva a recrearlos en movimiento. Las esculturas de Germán no son estáticas: los dinosaurios están al acecho, peleándose, corriendo, nadando.

Una de sus favoritas es una “batalla” entre el Lythronax y el Diabloceratops. Y aunque el primero sea el “rey sangriento” es el que sangra (y parece que la sangre está fresca) porque ha sido embestido por el “cara con cuernos del diablo”.

Germán Peralta paleoartista
Escultura de Germán Peralta

Estos dos forman parte de un diorama y constituyen la pieza más compleja y la más grande que ha hecho hasta ahora. “Es un carnívoro luchando en el suelo contra un herbívoro. Usé plantas artificiales (compradas por internet) e imité charcos de agua”, contó a El País.

Otra pieza terminada es un torvosaurio, uno de los dinosaurios “uruguayos”, cuyos dientes se encontraron en Tacuarembó y que donó a la Facultad de Ciencias. Para hacer la escultura, el paleoartista visitó la institución y vio los dientes de este carnívoro con sus propios ojos. “Los agarré, me saqué fotos con ellos con toda la emoción”, señaló con el mismo entusiasmo.

La última escultura, cargada de detalles, representa a un dicraeosaurio dejando las huellas en el terreno tal como fueron encontradas millones de años después en la zona, será exhibida en el futuro Museo de Geociencias de aquel departamento.

Germán Peralta paleoartista
Escultura de Germán Peralta

La invitación fue hecha por los paleontólogos que identificaron a este animal, Matías Soto y Pablo Toriño, quienes asesoraron el proceso creativo y para Germán fue “tremendo honor”.

Se tiene planeado hacer una réplica a tamaño real para exponer en el sitio ubicado sobre la ruta 26. Eso será todo un desafío puesto que esta era una bestia de entre 10 y 12 metros de largo.

Terminado el dicraeosaurio, Germán pasó al siguiente porque no hay espera entre uno y otro. Ahora está trabajando en un Therizinosaurus que lo atrapó porque es “muy desproporcionado”: la cabeza es chica, el cuello es largo y las manos y las garras son grandes. “A pesar del aspecto que tiene (lo más parecido para describir su cabeza sería la de una paloma) es bastante agresivo. Me pareció muy raro y me dieron ganas de hacerlo”, comentó.

La elección siempre es caprichosa: el que le recuerde a esas tardes de niño en el que solo leía, veía y respiraba dinosaurios.

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