CIENCIA
Cómo es el Modelo de Piel Humana Reconstruida y que se espera de la investigación en el país.
El pasado 30 de noviembre estuvo en Uruguay Rodrigo De Vecchi, CEO de Episkin Brasil Biotecnología, para dar una conferencia sobre el modelo de Piel Humana Reconstruida y otros métodos alternativos al uso de animales en experimentación científica. En diálogo con El País, afirmó: “Me impresionó muchísimo la tecnología que tiene Uruguay para hacer investigación en este tema”. Veamos qué es lo que se viene en el terreno de la piel sintética.
Investigación.
De Vecchi es graduado en Farmacia y máster en Farmacología, y desde sus inicios le interesó el área de investigación. Sin embargo, siempre pensó que el modelo animal no era la mejor opción: primero por las “cuestiones éticas” de probar en animales, y segundo porque “el modelo reconstruido a partir de células humanas es mucho más confiable en tanto es mucho más cercano a la condición humana”.
Hace tres años empezó su trabajo en Episkin, una empresa del Grupo L’oréal que produce tejidos humanos reconstruidos a escala industrial “para compartir esta tecnología con todas las empresas que quieran reemplazar las pruebas en animales”, dijo. Según explicó, trabajan con un modelo de piel sintética que parte de células humanas que fueron aisladas de fragmentos de piel rechazados en cirugías plásticas.
“Hay un banco de células en Francia, que es donde está la sede de Episkin, y siempre está el consentimiento del cirujano para su uso en investigación in vitro”, señaló. Reciben los componentes en Brasil y allí realizan el montaje: “Hacemos el cultivo dentro de salas limpias y después tenemos un proceso muy riguroso de control de calidad”. La reconstrucción para la piel lleva siete días y para la córnea humana, ocho.
Según un comunicado de prensa de la empresa, con este modelo de piel sintética “los investigadores pueden replicar y detectar reacciones adversas como alergias o irritaciones, así como los efectos de los rayos UV en la piel, el envejecimiento o el proceso de bronceado, sin necesidad de recurrir a animales”.
Muchas industrias pueden utilizar la piel sintética para evaluar la seguridad y eficacia de sus productos, como la cosmética, farmacéutica y fitosanitaria. “También puede implementarse para los materiales escolares y juguetes que pueden irritar la piel de los chicos y para dispositivos médicos como mascarillas o implantes”, indicó De Vecchi.
Además, el doctor afirmó que “las nuevas generaciones son muy conscientes de que hay alternativas al modelo animal y muchos consumidores no aceptan usar productos que fueron testeados en animales”.
Un mundo que camina hacia la regulación.
Según De Vecchi, el primer modelo de piel humana reconstruida en laboratorio fue desarrollado en L’Oréal Francia, en 1979. “Diez años más tarde, gracias a esta innovación, L’Oréal pudo tomar una decisión muy importante de no usar más animales en sus pruebas de productos”, señaló.
Y añadió: “Esto fue 14 años antes de la reglamentación que prohibió testear en animales en Europa”.
Entonces, si desde hace tanto tiempo existen alternativas al testeo en animales, ¿por qué hay empresas que aún lo hacen? Para De Vecchi, esto tiene que ver con que hay países en donde no se ha avanzado en materia de reglamentación. A su vez, entiende que es un tema de costumbre: “Muchos están acostumbrados a usar modelos animales y uno tiene que hacer un esfuerzo para cambiar”.
No obstante, indicó que “hay una tendencia mundial en cuanto al tema de la regulación”. En este sentido, expresó: “En Europa se prohibió en 2003, en India en 2015 y ahora es el momento de América Latina”. De hecho, expuso que en Brasil el gobierno recomendó más de 40 métodos alternativos in vitro sin uso de animales, y Colombia y México ya han sacado leyes al respecto.
Además de sus estudios en Farmacia y Farmacología, De Vecchi tiene un MBA en Innovación y Liderazgo y es doctor en Genética Humana y Biología Molecular. Trabaja en Episkin desde hace casi tres años, cuando la empresa llegó a Río de Janeiro, Brasil. Antes ya contaban con sus fábricas en Lyon, Francia, y en Shangai, China. Forma parte del departamento de investigación avanzada de L’Oréal, un área integrada por cuatro mil investigadores en todo el mundo.
A nivel local.
La charla del 30 de noviembre tuvo lugar en el Hospital de Clínicas y estaba dirigida a médicos, estudiantes de medicina y representantes del Ministerio de Salud, de asociaciones de salud y de laboratorios de testeo, indicó De Vecchi. “Todos ellos pueden ayudar a avanzar en la promoción e implementación de modelos in vitro”, sostuvo.
El CEO de Episkin Brasil recorrió las instalaciones de la institución y afirmó que “Uruguay está muy avanzado en investigación de terapia regenerativa y terapia celular”.
Álvaro Mombrú, decano de Facultad de Química de la Universidad de la República, está de acuerdo: “Están dadas todas las condiciones para que Uruguay empiece a caminar fuerte sobre todas estas temáticas”.
Según Mombrú, implementar una producción a escala como hace Episkin en Brasil es algo “muy lejano”, pero sí “estamos preparados para empezar a incursionar en ese terreno”. De hecho, contó que el 20 de diciembre el Hospital de Clínicas inaugurará “unas instalaciones muy apropiadas para empezar a trabajar en ingeniería de tejidos”. Esta iniciativa está siendo impulsada por las doctoras Cristina Touriño y Mika Bengochea.
Asimismo, agregó que “esto abre nuevas perspectivas que son muy promisorias incluso en la combinación de tejidos naturales con algún tipo de base artificial, pensando en aplicaciones en robótica”.
Mombrú sostuvo que esta tendencia está alineada con la resolución que tomó el gobierno uruguayo en conjunto con el de la República Popular China de “lanzar un laboratorio conjunto en bio, nano y farma”. En este sentido, aseguró: “Si hay una enseñanza que nos está dejando este nuevo campo es que la interdisciplina y el trabajo en red con gente de distintas áreas es lo que se impone”.
Además, si bien la producción a escala parece lejana, “podemos avanzar a nivel de laboratorio, lo cual sin dudas abre la oportunidad para que vengan inversiones que quieran ir a otro tipo de desarrollos, con instalaciones específicas y de alto costo”.
Para el decano, que es magíster en Química y doctor en Física, “Uruguay está frente a los primeros cinco años de mucho crecimiento en tejidos artificiales, bancos de prueba, órganos en chips y otras posibilidades muy modernas”.
Los primeros pasos de la piel sintética en Uruguay.
Una experiencia interesante que tuvo Uruguay en el campo de la piel sintética comenzó en el año 2007. La UdelaR, a través de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC), hizo un llamado de investigación para la inclusión social. “Nuestro grupo trabajaba en materiales y se nos ocurrió que podíamos trabajar en piel sintética”, recordó Mombrú.
Lo explicó así: “En aquel momento, la piel sintética era a base de colágeno de tendón bovino, que es un desecho”. El proceso implicaba “desarmar el tendón, disolver el colágeno y reconstituirlo”.
El trabajo tuvo buenos resultados a nivel de investigación: “Teníamos la ventaja de que Uruguay es un país libre de encefalopatía espongiforme bovina, o vaca loca, y se podía producir el colágeno a partir de tendón bovino sin reparos”. Si bien fue un proyecto que se desarrolló durante mucho tiempo, “desde el punto de vista tecnológico ha quedado un poco obsoleto respecto de las nuevas tendencias”.