NUEVA YORK
La obra del artista estadounidense, terminada años después de la muerte de la actriz, se convirtió en la obra de arte más cara del siglo XX.
La temporada de subastas de primavera ha empezado este lunes en Nueva York por todo lo alto. Ajeno a guerras, turbulencias económicas o el azote de un virus, el mercado del arte se ha apuntado otro récord por la obra de un artista del siglo XX tras la venta en la sala Christie’s de una Marilyn de Andy Warhol por algo más de US$ 195 millones (concretamente, US$ 195.040.000, tasas e impuestos incluidos).
La puja, que duró apenas cuatro minutos, supera la cotización no sólo de cualquier otro artista estadounidense, sino también el récord mundial pagado por una obra contemporánea, que ostentaba hasta ahora el cuadro Mujeres de Argel (1955) de Picasso, vendido por 179,5 millones en 2015. La firma esperaba alcanzar los 200 millones de millones de dólares (182 millones de euros), y el precio de remate, aunque ligeramente inferior, demuestra la buena salud del mercado del arte, o su valor como refugio en época de creciente inestabilidad económica.
Que la subasta haya tenido carácter benéfico -el dinero se destinará a financiar los proyectos de una fundación de ayuda a la infancia- no desmerece la cuantía pagada por la serigrafía Shot Sage Blue Marilyn, de 1964, una de las cuatro que el artista pop hizo de la actriz. Esta versión, terminada dos años después de la muerte de Monroe, tiene unas dimensiones reducidas (100x100 centímetros), pero, para el experto de Christie’s Alex Rotter, responsable del departamento de los siglos XX y XXI, “es la esencia de todo Warhol, define su estatus en la historia del arte y la cultura popular”. “Oportunidades como esta hay pocas y van a ser menos”, añadió, dado que se trata de “la pintura del siglo XX más significativa que se subasta en una generación”. Al anunciar su venta, en marzo, Christie’s subrayó que se trata de una de las imágenes más raras y trascendentes que existen.
“La Marilyn de Andy Warhol es la cumbre absoluta del pop estadounidense y la promesa del sueño americano que encierra, a la vez, el optimismo, la fragilidad, la celebridad y la iconografía”, abundó Rotter en un comunicado. A raíz del trágico final de la actriz, en agosto de 1962, Warhol le dedicó cuatro serigrafías que tituló Shot Marilyn, todas del mismo tamaño pero con colores diferentes. Una de ellas, el Marilyn naranja, se subastó en 1998 por 17 millones. La diferencia abisal con la rematada este lunes -ojos pintados en color salvia, cabello rubio platino y labios rojos- estriba, según Rotter, en su condición de obra de arte, “a la altura de la Mona Lisa, la Venus de Botticelli y las Señoritas de Aviñón de Picasso”, señaló el experto.
La subasta de esta Marilyn pone también fin a un particular duelo, a título póstumo: la rivalidad, paralela a su camaradería, entre Warhol y Jean-Michel Basquiat, su joven amigo, que le arrebató el honor de ser el artista estadounidense más cotizado con una calavera subastada en 2017 por 110 millones de dólares, cinco millones más que el récord hasta entonces en poder de Warhol, por una obra vendida en 2013. Un lustro después, el más celebrado representante del arte pop se ha tomado la revancha y derrotado por KO a su amigo Basquiat, dada la afición al boxeo que ambos compartían y los guiños pugilísticos que se cruzaron en sus respectivas obras.
La subasta celebrada en la noche de este lunes -la temporada siempre se inaugura el primer día de la semana- se considera un termómetro de las próximas dos semanas de ventas, así como un indicador de la salud general de un mercado global que no parece haberse visto perjudicado en exceso por la pandemia, a juzgar por los resultados cosechados en la sesión de otoño, la primera con público en las salas en dos años, y ventas de cifras estratosféricas como los 73 millones pagados por un Rothko. Pese a que Nueva York se halla en nivel medio de alerta por coronavirus, la expectación en torno a la primera subasta de la quincena era evidente este fin de semana en las salas de exposición de la sede de Christie’s, donde el público podía contemplar los lotes, incluida la inalcanzable Marilyn.
El Warhol subastado pertenece a la colección de Thomas y Doris Ammann, empresarios suizos. Forma parte de un lote de 36 piezas, el importe de cuya venta se destinará a financiar la fundación de programas para la infancia que lleva su nombre. El comprador del Marilyn podrá decidir, gracias a un acuerdo poco habitual, a qué organización benéfica destina el 20% del precio de remate del cuadro, ha anunciado Christie’s este domingo.
En total, las subastas de primavera pueden alcanzar los US$ 2.000 millones en ventas, según los expertos, en parte debido a un saldo de ahorro por la retracción de los compradores durante los dos años de pandemia, con los coleccionistas asiáticos ganando cada vez más protagonismo en detrimento de los millonarios rusos, constreñidos por la situación política. Entre las 36 piezas que componen el lote Ammann, destacan otras exclusivas como dos cuadros de Cy Towmbly, con un precio de salida entre 10 y 15 millones de dólares cada uno; una pintura de flores de Warhol, en torno a los 20 millones y, juntos de nuevo su amigo Warhol y él, un Basquiat entre 6 y 8 millones.