BIOLOGÍA

"Yo decía bromeando: hasta National Geographic no paramos. Y ahora estamos acá. Y la idea es no parar”, se rio Juan Manuel Ordoqui, de 23 años, al otro lado del teléfono. Este joven estudiante de ciencias biológicas, que confiesa sentir “admiración por el mar” desde niño a pesar de que recién a partir de 2017 vive cerca de él, creció en Rivera mirando los documentales de los canales de National Geographic y Animal Planet que fueron formando sus intereses y una gran meta: contribuir a la conservación de los animales silvestres.

El pasado 1º de diciembre recibió un mail de National Geographic que le daba la bienvenida a su sociedad de investigadores como uno de los “jóvenes exploradores” de 2021. Juan Manuel es uno de los elegidos entre 25 exploradores de todo el mundo, el único representante de Uruguay y uno de los ocho seleccionados en América Latina.

En breve contará con financiamiento y asesoramiento para comenzar un proyecto que busca la declaración de área protegida a Playa Verde.

Para la organización internacional National Geographic, los “jóvenes exploradores” como Juan Manuel son “intrépidos, comprometidos, innovadores y motivados por el impacto. Se rehusan a aceptar el statu quo. Son jóvenes que derriban obstáculos y usan su voz para el cambio, introduciendo ideas transformadoras en sus comunidades”.

¿Qué tiene este balneario ubicado a seis kilómetros de Piriápolis? Juan Manuel lo resumió la respuesta con la palabra “riqueza”. Esta se reparte entre la fauna y la flora, entre el Río de la Plata, la desembocadura del arroyo Tarariras y la influencia del océano Atlántico. “Hay mucha variación de temperatura y de salinidad y eso hace que sea un lugar muy rico. Hay mucha presencia de tortugas verdes y de algas”, comentó.

Pero esto no quiere decir que sea una completa buena noticia para las tortugas verdes (Chelonia mydas). El lugar que eligen para alimentarse también puede ser una sentencia de muerte. En el verano pasado 15 ejemplares de esta especie protegida murieron en una red de pesca ilegal.
“A la persona se la encontró y se la multó pero son 15 animales que ya no están y que son prioritarios para nuestra conservación y que están protegidos ante la ley”, señaló el joven explorador.

Para el Estudio exploratorio de una potencial área costera marina protegida en Playa Verde trabajarán varios expertos: biólogos, veterinarios y voluntarios de la organización Karumbé–Juan Manuel participa activamente en el centro de rehabilitación de Montevideo desde 2017–, instructores de buceo y pescadores artesanales.

El proyecto fue elaborado con la ayuda de la coordinadora científica de la ONG, Gabriela Vélez-Rubio, y la coordinadora de educación ambiental Ayelén Pacheco. Juan Manuel es el responsable y la cara visible del equipo.
“Nuestra idea es generar una base de datos sólida con estudios de morfología e identificación de especies tanto invasoras como nativas”, contó.

La tarea principal será la inmersión de buzos para realizar filmaciones y fotografías subacuáticas que permitan completar un relevamiento de los seres vivos (macroalgas, invertebrados, peces óseos y cartilaginosos, tortugas marinas, mamíferos marinos, entre otros) que habitan este ecosistema para luego elevar ante el Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Ministerio de Ambiente la información que conduzca a la incorporación de Playa Verde a la lista de paisajes protegidos del país.

“Desde los humedales de Santa Lucía hasta la Laguna Garzón no hay ninguna área protegida a pesar de que hay lugares muy ricos como Playa Verde”, añadió en diálogo con El País.

Otro objetivo es realizar actividades de educación ambiental en la zona para, por un lado, fomentar el buceo científico y recreativo y, por otro, para que la comunidad esté al tanto de la importancia de la conservación de especies.

Nacido y criado en Rivera, Juan Manuel estaba lejos de los animales marinos. “Las únicas tortugas que había eran las de río”, bromeó. Siempre fue fanático de los perros y, como le gusta estar al aire libre, paseaba por bosques y rescataba a animales heridos.

Al mudarse a Montevideo para iniciar la carrera en Facultad de Ciencias, se unió a Karumbé y a Socobioma, dos centros de rescate y rehabilitación de fauna silvestre. También se incorporó al Programa para la Conservación de los Murciélagos de Uruguay. Además, trabaja como guía y coordinador de la agencia INTI Aventura en el campo del turismo ecológico y sostenible.

En Karumbé ve de cerca una realidad que, según afirma, “no lo deja orgulloso”. Se trata de un horrible récord para Uruguay: “Es el país número uno en el mundo en muertes de tortugas marinas por ingesta de plástico”.

La práctica de Karumbé con las necropsias revela que nueve de cada 10 animales muertes tienen plástico en su organismo. No obstante, el material que se encuentra en el interior de las tortugas que aparecen muertas en la costa no es necesariamente de consumo uruguayo; a veces traen inscripciones en chino.