La Nación/GDA
Uno de los métodos que captó la atención de aficionados y expertos en jardinería que ayuda a que los árboles frutales florezcan con fuerza es la inserción de un clavo oxidado en el tronco. Esta técnica ganó popularidad debido a su capacidad para promover la floración y mejorar la calidad de los frutos.

La eficacia de esta práctica se verifica, ya que el clavo puede suministrar nutrientes clave para el crecimiento de los árboles, según Enséñame de Ciencia. La razón detrás de este truco es sencilla: el hierro y el zinc, presentes en el clavo oxidado, son absorbidos por la planta a través de su sistema radicular o directamente por el tronco. Estos micronutrientes son vitales para el desarrollo de las plantas, al igual que lo son para otros seres vivos.

Así como el cuerpo humano requiere vitaminas y minerales para mantenerse en buen estado, las plantas necesitan elementos específicos del suelo para prosperar. Este proceso contribuye tanto a la floración como a la producción de frutas más grandes y jugosas.

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Cuando un clavo oxidado entra en contacto con el aire, se forma óxido, una reacción química que deja residuos ricos en minerales que las plantas pueden aprovechar. La planta absorbe el hierro y el zinc, que ayudan en la fotosíntesis y en la formación de clorofila, elementos indispensables para el desarrollo saludable de las hojas y frutos.

Por otro lado, La Colina Agrotecnología explica en su cuenta de TikTok que el clavo también estimula el mecanismo de defensa de la planta. Al percibir el daño físico, el árbol activa una respuesta biológica para asegurar su supervivencia. Como resultado, la planta aumenta la producción de flores y frutos en un intento de reproducirse antes de que el daño avance. Es un truco ingenioso que provoca curiosidad por la aparente contradicción de hacer un pequeño daño para promover la vitalidad.

Este método tiene la ventaja de ser accesible a todos aquellos que tienen una planta frutal en sus casas, ya que no se requieren productos químicos o fertilizantes comerciales. Cualquier clavo oxidado puede hacer el trabajo. Sin embargo, para aplicarlo, es fundamental seguir un par de indicaciones.

Primero, se debe comprobar qué tipo de árbol es. Si se trata de uno robusto, se puede insertar el clavo en el tronco. De este modo, la planta podrá absorber los nutrientes directamente a través de su estructura principal, ya que pueden soportar esta intervención. En cambio, si es joven, se recomienda colocar el clavo alrededor de la planta, clavado en la tierra para que el sustrato absorba los minerales.

Además, es crucial no abusar de esta técnica porque un exceso de clavos o el daño prolongado pueden perjudicar la salud del árbol. Colina Agrotecnología recomienda usar un solo clavo y evitar introducirlo en árboles débiles o enfermos.