Redacción El País
Barry Grifiths, un hombre de 57 años de la localidad de Powys en Gales, Reino Unido, apareció muerto en su casa y tenía una puñalada en el abdomen. Tras un año de investigación la Justicia determinó que el hombre murió intentando separar dos hamburguesas congeladas con un cuchillo.
Según informaron medios locales, un vecino se acercó a una de las ventanas de la vivienda de Grifiths, luego de días sin verlo por el barrio. Al notar que no respondía a los llamados, informó a la Policía. La escena dentro del hogar fue desoladora: el hombre estaba muerto.
Un año después de haber encontrado el cadáver de Grifiths, recién esta semana la Justicia descartó que se hubiese tratado de un asesinato o suicidio.
"El cajón inferior del congelador se había dejado abierto para poder acceder a los alimentos. En la mesada de la cocina, junto al frigorífico, había dos hamburguesas crudas, un cuchillo y un paño de cocina", detalló el Jefe de Policía de Powys, Jonathan Rees, según recoge The Mirror.
"La herida en el abdomen habría estado aproximadamente a la altura de la mesada", agregó Rees, por lo que la principal hipótesis es que la herida fuera autoinfligida de forma involuntaria intentando separar las hamburguesas.
El informe forense coincide con la hipótesis de la Policía. Además, detalla que la víctima tenía un uso limitado de uno de sus brazos a causa de un derrame cerebral.