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Especialista de Clínica Mayo: "El linfoma puede ser tratado exitosamente y muchos de ellos pueden ser curados totalmente"

El oncólogo hematólogo Stephen Ansell destacó los avances de los tratamientos del cáncer de sangre. Hay varias posibilidades, todo depende del tipo de linfoma. Por ahora son terapias caras; el desafío es hacerlas accesibles a todos.

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"El cáncer es una enfermedad devastadora, pero el linfoma puede ser tratado muy exitosamente y muchos de ellos pueden ser curados totalmente”. Estas alentadoras palabras corresponden al oncólogo hematólogo Stephen Ansell, director de la División Hematología de Clínica Mayo, y fueron pronunciadas en un encuentro con periodistas latinoamericanos del que participó El País.

El trabajo de este especialista se concentra en dos áreas básicas: por un lado, comprender la biología de este tipo de cáncer, es decir saber por qué la gente enferma de linfoma y por qué el sistema inmunitario no lucha en una forma más efectiva contra la enfermedad, y por el otro, ver cómo se puede mejorar el tratamiento para los pacientes.

Lo primero que hay que saber es que el linfoma es un cáncer de los linfocitos, células que son parte del sistema inmunitario, que es el que se ocupa de defendernos de las enfermedades.

“Los linfocitos pueden sufrir cambios y errores genéticos y cuando lo hacen, empiezan a crecer más rápidamente de lo que debieran y no se mueren como debieran. Entonces se tornan cancerosos, se acumulan y de la médula ósea pasan a los nódulos linfáticos y de ahí pueden pasar a cualquier otro tejido del cuerpo”, explicó Ansell.

Esas células están viajando a través de nuestro cuerpo, lo cual es diferente a si el paciente tiene un cáncer de mama o un cáncer de pulmón, donde la enfermedad se aloja solo en esos órganos. “En el linfoma las células pueden estar ubicadas en muchas partes del cuerpo a la vez porque viajan por su función de defender al organismo”, apuntó el especialista.

Es importante saber que hay varios subtipos de linfoma, pero los principales son dos: el linfoma de Hodgkin, que es el menos común, y el linfoma de no Hodgkin, que es más frecuente. Y dentro de los no Hodgkin hay a su vez dos categorías con muchas subcategorías: una causada por las células B y la otra causada por las células T.

Un aspecto clave a mencionar es que en el linfoma no importa la edad de la persona afectada sino el tipo de cáncer que padezca.

“La razón es que hay casi cien diferentes subtipos de linfoma y lo importante es que algunos crecen muy lentamente y puede que casi no necesiten tratamiento inmediatamente, y otros son altamente agresivos, crecen muy rápidamente y necesitan una quimioterapia intensiva inmediata. De su identificación dependerá el tratamiento que se recomiende”, señaló el oncólogo.

Laboratorio químico
Investigador en el laboratorio.
Foto: Freepik.

Alarma

Los pacientes que enferman de linfoma normalmente notan un crecimiento de los ganglios linfáticos que puede aparecer en el cuello, las axilas u otros lugares del cuerpo. También pueden surgir síntomas adicionales, como el crecimiento del bazo –y en ese caso hay molestias en el abdomen- o fiebre alta sin razón alguna, sudoración nocturna y mucha pérdida de peso inesperada.

Ante cualquiera de estos síntomas lo que se recomienda es consultar al médico y practicarse una biopsia de los ganglios linfáticos para de esa manera obtener un diagnóstico más preciso, porque lo que ocurre con el linfoma es que no causa dolor. Eso hace que la consulta llegue en etapas avanzadas de la enfermedad, lo cual no es demasiado grave porque como no es un cáncer tan severo se puede tratar con buenos resultados.

Otros elementos a tener presente son los factores de riesgo.

En primer lugar están los antecedentes familiares. “Si usted tiene muchos miembros dentro de la familia que han tenido un cáncer relacionado con la sangre, su riesgo personal de contraerlo es mayor. Hemos visto que muchos linfomas y cánceres hematológicos se asocian con riesgos familiares”, informó Ansell.

De todas maneras aclaró que no existe un gen que se pueda reconocer o señalar como el que falla, por lo tanto no hay un examen genético que detecte la posibilidad de este cáncer. Si hay antecedentes familiares, aconseja una revisión inmediata, pero teniendo cuidado de no provocar ansiedad ni estrés.

“Si usted cree que realmente va a sufrir un cáncer, eso le va a afectar su mente mucho más de lo necesario porque realmente el riesgo en este caso es bastante bajo”, destacó.

La coincidencia familiar también puede estar explicada por lo que se llama “exposiciones comunes”, que es que, al vivir en la misma casa, sus habitantes están expuestos a las mismas toxinas, a los mismos virus. En este caso tampoco hay un gen específico que se vincule con el linfoma.

Otro factor de riesgo es padecer algún problema que afecte el sistema inmunitario. “Si usted se enferma de HIV o de una enfermedad del sistema inmune, por ejemplo, el linfoma puede ser un problema porque los controles y equilibrios dentro del sistema inmunológico no están funcionando bien”, explicó el oncólogo.

Una tercera posibilidad es que se puede estar expuesto a ciertas bacterias o virus que pueden estimular el sistema inmunitario y muchas veces gatillar que algunas células se transformen en cáncer y en un linfoma. “Esto es complicado porque muchas personas están expuestas, pero un porcentaje bajo realmente enferma de linfoma”, señaló Ansell.

Finalmente hay toxinas del medio ambiente, como los herbicidas, que también pueden aumentar el riesgo de contraer el cáncer.

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Oncólogo hematólogo Stephen M. Ansell, M.D., Ph.D.
Foto: Clínica Mayo.

Tratamientos

La buena noticia es que los tratamientos para el linfoma son en general muy exitosos.

“Muchos linfomas responden bien, los pacientes mejoran significativamente y algunos se curan completamente; pero la meta es que todos mejoren”, remarcó Ansell.

De todas formas hay que aclarar que el beneficio de estas terapias no se mantiene en todos los pacientes, por lo que con el correr del tiempo el cáncer puede volver.

“En muchas de las formas más comunes de linfoma se tiene un excelente resultado, el cáncer muestra una remisión y no vuelve por años, si es que vuelve. Hay algunos tipos que tienen un comportamiento muy agresivo, que son muy difíciles de tratar y no tienen un tratamiento eficaz, pero es una minoría. Entonces los pacientes con linfoma deberían tener mucha esperanza porque realmente hay un buen tratamiento para la mayoría de ellos”, subrayó.

Ansell señaló que en los últimos 20 a 30 años se han ido incorporando terapias que hacen que el abordaje sea cada vez mejor. Lo que existía hace unos 30 años era quimioterapia por sí sola, luego se fueron sumando otros procedimientos.

Actualmente las personas con linfoma pueden recibir solamente la quimioterapia o una combinación de tratamientos quimioterapéuticos y no quimioterapéuticos. Las opciones no quimioterapéuticas incluyen inmunoterapia, terapia con células CAR-T, terapia dirigida, trasplante de médula ósea y radioterapia,

“Lo primero que surgió fueron los tratamientos con los anticuerpos monoclonales, que es una proteína en la que el anticuerpo ha sido generado para que se adhiera al cáncer y el sistema inmune luche contra esa célula. Luego se fueron agregando otros anticuerpos en el área del linfoma de Hodgkin que bloquean la respuesta inmune, con un excelente resultado”, describió el especialista.

Entre las incorporaciones más recientes se encuentra la terapia con células CAR-T, que es el uso del sistema inmunitario para luchar contra el cáncer. Se sacan células T del paciente, se manipulan genéticamente en laboratorio para que puedan luchar contra el cáncer y se las vuelve a infundir en el cuerpo del enfermo.

“Entonces, cuando se adhieren a la célula cancerosa y se reactivan, se convierten en una droga viviente que se expande, aumenta el número y aumenta la capacidad para luchar contra el cáncer”, detalló Ansell.

El tratamiento con CAR-T es efectivo en una variedad diferente de linfomas, pero generalmente se usa cuando la primera línea de tratamiento no da resultado o el paciente tuvo una recaída. “Aproximadamente de un tercio a una mitad de pacientes pueden ser curados con células CAR-T”, informó el oncólogo.

Vale aclarar que el blanco al que se apunta en estas terapias no es perfecto, por lo que muchas veces se puede estar afectando a células sanas, es decir la parte no enferma del sistema inmunitario.

A pesar de eso, Ansell insistió en que la gran mayoría se cura. “En el linfoma de no Hodgkin, la mitad va a sanarse. Y en el linfoma de Hodgkin, las cifras son incluso mejores. De 80.000 pacientes que se enferman, solo 20.000 mueren, lo que sgnifica que 60.000 se curaron con el tratamiento que ofrecemos”, indicó.

Lo que hay que saber es si el paciente está en buen estado de salud para resistir la terapia o si hay otros problemas sanitarios que hacen difícil que la soporte.

Consultado sobre las secuelas emocionales de someterse a estos tratamientos, comentó que hay un número de factores a considerar.

“Nosotros no solo queremos controlar la enfermedad, también queremos que el paciente y su familia se recuperen después de enfrentar el diagnóstico de cáncer. El paciente tiene que ser capaz de disfrutar su vida al mismo tiempo que se está tratando. Aunque el tratamiento tenga efectos secundarios, estos efectos son menores que el efecto del cáncer”, afirmó.

El dato no alentador es que en general los tratamientos son caros y requieren de manejo hospitalario, que tiene un costo elevado. “Pero a medida que vamos familiarizándonos cada vez más con las terapias, somos capaces de crear otros tratamientos que pueden ir abaratándose. Todavía es un desafío”, concluyó Ansell.

Cáncer de los ganglios linfáticos

El linfoma es un cáncer de sangre que comienza cuando un glóbulo blanco que combate los gérmenes -linfocito- muta y se multiplica rápidamente.

Hubo alrededor de medio millón de casos nuevos de linfoma no Hodgkin y 82.409 de linfoma Hodgkin en 2022, lo que los convierte en los 10º y 26º cánceres más comunes diagnosticados ese año, respectivamente, según el Centro Internacional de Investigaciones sobre Cáncer de la Organización Mundial de la Salud.

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