La Nación/GDA
Un hombre que buceaba en el fondo del mar se encontró con una rara moneda de oro puro que resistió al paso del tiempo y a la corrosión del agua salada por 400 años. Zach Moore, de Mel Fisher’s Treasures, empresa experta en la recuperación de naufragios históricos, hizo un viaje hacia la zona donde la embarcación, bautizada como Nuestra Señora de Atocha, naufragó en 1662. Ahí, encontró, a 10 metros de profundidad, una moneda valuada en US$98.000, que seguía enterrada bajo mucha arena. Aunque el hecho comenzó a viralizarse recientemente, ocurrió en julio de 2021 y la pieza fue la primera de oro descubierta en 20 años.
De acuerdo con Keys Weekly, encontrar monedas de oro en el fondo de mar es un suceso muy especial, debido a que es más frecuente desenterrar objetos y otros artefactos más grandes. Hasta hace dos años, únicamente se habían recuperado menos de 130 monedas y nadie sabe con certeza la cantidad que llevaba la embarcación: “No aparecen en el manifiesto del barco como carga y si habrían sido transportados (o contrabandeados) a bordo del galeón por aristócratas o clérigos ricos”.
“El buceo en busca de oro corre en la sangre”, contó al respecto Moore al Miami Herald, citado por The Sun. “Simplemente, tengo que volver a salir para encontrar más”. El explorador marítimo explicó que tuvo que mover arena que estaba atorada en el pliegue de un agujero y que la moneda estaba un poco escondida, “brillando tanto como hace 400 años”.
Toda la familia del experto buzo se dedica a la misma actividad. Su padre, Bill Moore, y otras personas de su equipo encontraron barras de oro, cadenas y otros objetos del mismo material, en 1985. La madre, Julie Moore, también ha buceado en el sitio de Atocha y descubrió varias esmeraldas, indica Keys Weekly.
En la ubicación, donde la flota española se hundió debido al naufragio, se han localizado 121 monedas de oro. “El oro brilla para siempre”, manifestó el buzo. “Se ve y se siente exactamente igual que el día en que se hundió hace 400 años”. La nave marítima fue devorada por el mar a casi 60 kilómetros de Key West.
Monedas valiosas, enterradas por años bajo el mar de Florida
Entre otros hallazgos de ese momento, también se descubrió una moneda de plata, la cual fue el trofeo de ese día para el buzo Jacob Bell. Una segunda fue encontrada por Jerry McAdams, originario de la ciudad de Boise, Idaho, quien se dedica a las inversiones. Para él, era la primera experiencia como investigador cerca de los restos de lo que algún día fue Nuestra Señora de Atocha.
Los sorprendentes hallazgos se dieron a pocos días del aniversario del descubrimiento del barco hundido en Florida. Días después del gran suceso, la familia propietaria del también museo Mel Fisher’s Treasures organizó una importante recaudación de fondos en beneficio de dos instituciones: el Wesley House Family Services y la Heart Foundation.